"Ha existido una precipitación indebida con falta de argumentos científicos en la gestión de la crisis"
Antonio Martín/DICYT Elías Rodríguez Ferri, nuevo director desde hace unos meses del Instituto de Biotecnología de León (Inbiotec), explica en esta entrevista las características de la bacteria Escherichia coli, que en las últimas fechas ha saltado a la atención mediática por el brote epidémico ocasionado por una cepa de este microorganismo que surgió en Hamburgo (Alemania) en la última semana. Rodríguez Ferri, especialista en Inmunología y Microbiología, considera que la gestión de las autoridades alemanas "no ha sido adecuada" y ha adolecido de "argumentos científicos" que han perjudicado los intereses de la industria hortofrutícola española.
P: ¿Qué es la bacteria Escherichia coli?
R: Escherichia coli es una pequeña bacteria con forma de bacilo, ligeramente alargada, que reside habitualmente en el intestino de los animales vertebrados y el hombre. Se denominó así en honor a Teodor Escherich, su descubridor, un bacteriólogo alemán de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Inicialmente la bacteria se denominó Bacillus coli o colibacilo en atención a que el colon (intestino grueso) es su lugar de residencia habitual.
P: ¿Dónde se encuentra de forma natural?
R: Se ha señalado ya su residencia habitual en el intestino, desde donde es eliminado en grandes cantidades en las heces diarréicas y en menor proporción en el caso de los pacientes (especialmente animales) que se comportan como reservorios del agente (generalmente sin síntomas, asintomáticos o subclínicos).
P: ¿Cuándo se convierte en un riesgo para la salud pública y cómo se propaga?
R: Debe precisarse que Escherichia coli representa en la práctica una especie bacteriana con una gran diversidad. Hasta que en los años sesenta no comenzaron a describirse su relación con procesos infecciosos (por lo general diarreas) en el hombre y los animales, se le utilizaba como un indicador clásico de contaminación fecal de agua o alimentos, significando que su presencia advertía de peligros más graves, como la presencia de salmonelas u otras bacterias intestinales menos conocidas por el gran público, pero igualmente importantes desde el punto de vista de la Salud Pública, como Shigella sonnei o Vibrio cholerae. A este interés de marcador o indicador de contaminación fecal y, en consecuencia de alertar sobre la posible presencia de otros patógenos, se unió después el derivado de su utilidad directa como auténtico laboratorio biológico al servicio del hombre. Pocos microorganismos como E. coli han proporcionado al hombre tantos servicios, expresando proteínas, enzimas, hormonas y muchas otras sustancias de interés, después de haber sido manipulados insertando en ellos los genes correspondientes y todo ello con mayor rapidez y menor coste que el que suponía su síntesis química. Todavía, por la sencillez de su cultivo y su representatividad, Escherichia coli ha sido también para los bacteriólogos, un extraordinario modelo de estudio que ha permitido todo tipo de estudios (genéticos, de crecimiento, mecanismos de acción de antibióticos...) aplicados después a otros. Finalmente, E. coli en el intestino del hombre y los animales, facilita la vida a partir de su capacidad de síntesis de vitaminas B y K.
Sin embargo, a partir de los años 60 comenzaron a describirse implicaciones de grupos definidos de estos agentes, relacionados con procesos patógenos, a los que se denominó patotipos y de los que se consideran los seis siguientes: E. coli enteropatógenos (EPEC), enterotoxigénicos (ETEC), enteroinvasivos (EIEC), enterohemorrágicos (EHEC ó STEC) (también denominados verotoxicogénicos o productores de toxinas semejantes a la toxina de Shiga), enteroagregativos (EAEC) y adherentes difusos (DAEC). Los E. coli enterohemorrágicos están ahora de triste actualidad.
P: ¿A qué personas afecta más?
R: Aunque todas las edades son susceptibles, niños y ancianos lo son particularmente. A nivel mundial y especialmente en países en desarrollo, las diarreas producidas por algunos de estos tipos de bacterias son causa de elevada mortalidad.
P: ¿Qué cepas son las más peligrosas y por qué motivo? ¿Qué características tiene la cepa del brote de Alemania?
R: La cepa aislada de humanos en el brote alemán, que coincide con aislados del microorganismo a partir de tres pepinos de origen español, según informó Cornelia Prüfer-Storcks, responsable de Sanidad de Hamburgo, quien se refirió a los análisis efectuados en el Instituto de Higiene de aquella ciudad (Hamburgo), se corresponden con el patotipo enterohemorrágico (EHEC) de E. coli, habiéndose identificado como el tipo O104:H4 de E. coli. Debe señalarse que las siglas O y H, seguidas de números arábigos, se corresponden con el sistema de clasificación antigénica utilizado en estos microorganismos, que utiliza el tipo de antígeno O (somático) y H (flagelar), también utilizado en otras bacterias de origen intestinal, como las salmonelas.
La característica común de los E. coli EHEC (enterohemorrágicos) es la capacidad de producir un tipo de diarrea sanguinolenta, hemorrágica, acompañada de dolores abdominales de tipo cólico, muy intensos (tipo calambres abdominales), raramente fiebre y ocasionalmente vómitos. Se estima que un 5-10% de los pacientes evolucionan aproximadamente una semana después de la colitis hemorrágica hacia el temido síndrome urémico hemolítico (SUH) de graves consecuencias entre las que se incluyen anemia hemolítica, trombocitopenia y fallo renal (que puede requerir diálisis e incluso transplante). Tanto la colitis hemorrágica como los problemas renales se asocian al daño producido por toxinas producidas por este microorganismo denominadas SLT (Shiga Like Toxins) y también verotoxinas (VT) I y II dada su acción citotóxica sobre la línea vero de células de riñón de mono (aunque también son activas sobre células HeLa). La SLT (ó VT) I es casi idéntica a la neurotoxina de Shigella dysenteriae (toxina de Shiga) y el antisuero anti-Shiga la neutraliza, pero no así en el caso de la SLT-II, con la que solo tiene una identidad del 50%, aproximadamente.
Las cepas de E. coli enterohemorrágicos incluyen principalmente al serotipo O157:H7, hasta la fecha el responsable del mayor número de casos. También se han implicado otros serotipos (numerosos) como causa de brotes humanos (O103:H2, O104:H21, O111:H-, 0117:H4, etc), la mayoría de origen humano o bovino, pero también de otras especies animales.
La cepa de E. coli EHEC O104:H4 que ha sido descrita como causa de este brote en Alemania, es muy poco común. De hecho, en la literatura científica se recoge un caso de síndrome urémico hemolítico en Corea en 2005 en cuyo origen se especuló (pero no se probó) el consumo de hamburguesas contaminadas. Hasta la fecha algunos serotipos próximos como O104: (H-, H2, H7 ó H21) han sido denunciados en algunos países (incluyendo España) en relación o no con brotes humanos, pero la combinación O104:H4 ha sido muy rara, como se señala. En cualquier caso, se atribuye a esta cepa la producción de toxinas SLT que se responsabilizan directamente tanto de la colitis hemorrágica como del daño renal (SUH) e incluso trombocitopenia y trombos hepáticos de pronóstico muy grave, resultado del depósito de fibrina en el interior de los vasos, e incremento de la fragilidad de los glóbulos rojos que da lugar a su lisis y anemia consiguiente.
P: ¿A qué factores se puede atribuir el brote de Alemania? ¿Puede estar en la cadena de producción de los pepinos españoles o en el transporte a Alemania su posible origen y por qué motivos?
R: Es muy posible que su presencia se deba a la contaminación ambiental motivada por un reservorio animal en el final de la cadena, en ausencia de medidas de higiene adecuadas, o un manipulador humano con excreción fecal de bacterias, igualmente en ausencia de una higiene debida. La llegada de bacterias intestinales desde los reservorios animales a los alimentos de origen animal u otros orígenes, puede producirse por fallos en el procesado, cada vez menos frecuentes, pero posibles (errores en el eviscerado de los animales...) que contaminan la superficie de la carne, por ejemplo, o materiales que pueden entrar en contacto con ella (utillaje de los centros de carnización). La contaminación de vegetales que se consumen crudos puede producirse, igualmente, en supuestos de llegada de restos fecales vehiculados por el agua o los fertilizantes orgánicos no saneados por ejemplo, como consecuencia del riego por inundación o por aspersión. Este tipo de contaminaciones en origen en las explotaciones altamente tecnificadas como las que se utilizan en la producción de este tipo de verduras y hortalizas en el sur de España son prácticamente imposibles, habida cuenta de la calidad del agua de riego que se utiliza y el sistema de goteo (gota a goata) utilizado en el riego. Es más probable pensar en otras posibilidades.
En la actualidad, desde la aprobación del Libro Blanco de Seguridad Alimentaria en el marco de la UE, que permitió la introducción de un sistema de trazabilidad que hace posible seguir el camino de un determinado producto de consumo (humano o animal) desde su origen hasta el final, unido a la disponibilidad de técnicas de detección y caracterización rápida, sensible y específica de todo tipo de patógenos, este tipo de situaciones son excepcionales. Los avances en Seguridad Alimentaria, no excluyen, no obstante, de forma ocasional, incidencias que deben de ser investigados, corregidos y utilizados para ajustar posibles puntos débiles de la cadena alimentaria y evitar su repetición.
En cualquier caso, las últimas declaraciones de las autoridades alemanas excluyen la participación de los vegetales de origen español en estos brotes y tratan de esclarecer la fuente de contaminación que, previsiblemente, estarán en otros puntos de la cadena alimentaria.
P: ¿Cuál puede ser la evolución del brote de Alemania? ¿Es normal este nivel de mortandad que está ocasionando? ¿Ha sido adecuada la gestión de la crisis realizada por varios países, cerrando su mercado a los productos hortofructícolas españoles?
R: Este tipo de brotes son autolimitantes por lo que es esperable que su evolución tienda a la solución, esperemos que sin más víctimas que añadir a los quince o dieciséis fallecidos hasta la fecha. Las autoridades deben de seguir investigando la fuente de infección y la de contaminación consiguiente para tratar de esclarecer el origen de los brotes, tanto en lo que se refiere definitivamente a la fuente de infección como al origen de la misma. Solo cuando se consiga de forma completa, podrán establecerse las medidas más definitivas para cerrar la crisis.
No parece muy acertada la gestión de la crisis tal como ha sido llevada por las autoridades de los países implicados. Ha existido una precipitación indebida con falta de argumentos científicos para asegurar el origen de la contaminación y ello ha perjudicado notablemente a los productores españoles. Tampoco se han seguido los protocolos de alerta establecidos a nivel de la UE. Todo ello, en armonía con una sensibilización de los ciudadanos comunitarios por los temas alimentarios, ha hecho recordar episodios pasados, no muy lejanos en el tiempo, que nunca debiera repetirse, principalmente porque en la actualidad no se justifican. El sistema de control alimentario europeo, en base a la intervención de la Autoridad Alimentaria Europea (EFSA) y las Agencias de Seguridad Alimentaria de los Estados miembros (Aesan en el caso de España) y los recursos de que disponen una y otros, han supuesto un salto cuanti-cualitativo en el tiempo que no justifica episodios como este.
P: Además de estos factores sanitarios, E. coli también es una bacteria modelo vinculada a la investigación científica básica. ¿Para qué se emplea?
R: Ya nos hemos referido a ello. Escherichia coli es un gran aliado de la humanidad a la que ha rendido y lo sigue haciendo innumerables beneficios. En la actualidad E. coli convenientemente modificado genéticamente produce hormonas, antitumorales, proteínas de todo tipo, alcoholes, hormonas, insulina..., en competición con levaduras y otros vectores de expresión de genes de utilidad. Ya nos hemos referido también a su papel inicial como indicador accesible de contaminación fecal, alertando de la posibilidad de presencia de otros patógenos en agua o alimentos.
P: ¿Qué usos específicos realiza el Inbiotec al respecto y cuáles han sido los principales resultados de investigación obtenidos?
R: Como Centro Tecnológico de ámbito estatal (CT número 58 del Ministerio de Ciencia e Innovación) y perteneciente a la Red de Centros Tecnológicos de Castilla y León, Inbiotec es un usuario habitual de este microorganismo con propósitos diversos, incluyendo producción de antibióticos, antifúngicos, inmunosupresores, antitumorales, proteínas de interés industrial, etc. Los resultados de estas investigaciones han sido objeto de numerosas publicaciones que están accesibles desde la página web de Inbiotec y de otros se han derivado patentes y acuerdos y convenios con empresas e instituciones.
P: ¿Qué diferencias hay entre las cepas de uso científico y las que se encuentran en la naturaleza?
R: Las cepas que se utilizan en investigación y tecnología industrial son cepas bien conocidas y caracterizadas de forma exhaustiva, validadas en sus características bioquímicas, estructurales y genéticas y depositadas en instituciones de ámbito internacional, accesibles a los científicos de todo el mundo. De ordinario son cepas estables, carentes de factores de virulencia que justifican su condición patogénica y autorizadas por las autoridades sanitarias internacionales.