Ciencia Colombia , Valle del Cauca, Martes, 25 de enero de 2011 a las 14:30

Huellas de enfermedades en la cerámica prehispánica

Las enfermedades que padecieron comunidades aborígenes de la costa pacífica en Colombia y Ecuador quedaron plasmadas con realismo en sus expresiones estéticas

AUPEC/DICYT Las Culturas precolombinas se destacan por el realismo de sus cerámicas, que en la actualidad se conservan en museos de todo el país y hacen parte del patrimonio arqueológico. A través de un estudio, un equipo de investigadores de la Universidad del Valle determinó que miembros de la cultura Tumaco – La Tolita II llegaron a sufrir de enfermedades genéticas y malformaciones congénitas. 

 

La Cultura Tumaco - La Tolita existió entre los años 300 a.C. y el 600 d.C en la costa pacífica colombo-ecuatoriana. La salud, la enfermedad, el género, el poder, la vestimenta, los ritos chamánicos, entre otros elementos identitarios, fueron temas recurrentes de sus alfareros.

 

La investigación Salud y enfermedad en el arte prehispánico de la cultura Tumaco- La Tolita II fue realizada en conjunto por el Grupo de Investigación en Arqueología y Diversidad Sociocultural Prehispánica – Arqueodiversidad, dirigido por Carlos Armando Rodríguez, y el Grupo de Investigación en Malformaciones Congénitas – Macos, dirigido por Carolina Isaza de Lourido.

 

El proyecto se inscribe en una disciplina científica conocida como Arqueomedicina, que busca conocer cómo vivían, que comían y de qué se morían los seres humanos del pasado, aplicando conocimientos obtenidos de la arqueología, la historia, la medicina y la historia del arte.

 

 

La cerámica es una de las principales fuentes primarias de esta investigación sobre los estados de salud y enfermedad. Para llevar a cabo el estudiose seleccionaron 258 piezas, las cuales hacen parte de colecciones disponibles del Museo Arqueológico Julio Cesar Cubillos de la Universidad del Valle, Museo Arqueológico Calima-Darién del INCIVA, Museo del Oro del Banco de la República, entre otros. 

 

Esta comunidad indígena no fue ajena a enfermedades en donde la herencia es un factor importante para la aparición de una condición. Esa fue la conclusión a lo que llegó el equipo de trabajo, luego del análisis de datos iconográficos, el contexto histórico y sociocultural, la información arqueológica y el análisis clínico de las piezas. Se reconocieron y diagnosticaron 20 probables estados patológicos, dentro de ellos el labio leporino, identificado por primera vez en una sociedad prehispánica latinoamericana.

 

Efecto fundador

 

Para el grupo de investigadores, una posible explicación para la aparición de estas enfermedades en la cultura Tumaco – La Tolita II se debe a lo que se conoce como el efecto fundador: al estar las poblaciones aisladas geográficamente eran comunes los matrimonios entre personas de la misma comunidad con ancestros comunes (endogamia), lo que genera un aumento en la concentración de los genes recesivos dentro de la población.

 

De esta forma, el aislamiento y el alto grado de endogamia serían la causa de estas enfermedades, entre las que se encuentran: alteraciones cromosómicas (sobra o falta tanto material genético que es posible de ver en un microscopio); alteraciones monogénicas (alteración de un solo gen) y enfermedades multifactoriales (patologías donde se encuentran involucrados varios genes y elementos ambientales).

 

Dentro de las patologías detectadas se encuentran síndromes como el de Down, de Klineffelter, Crouzón, Apert, Saetre-Chotzen, Treacher Collins, acondroplasia (enanismo), mucopolisacaridosis, estrabismo, polidactilia, defecto del tubo neural, prognatismo, sirenomelia, parálisis facial, entre otros. 

 

En las sociedades aborígenes se hablaba de bienestar y malestar para hacer referencia a los estados de salud y enfermedad. Según su cosmovisión, los indígenas creían que el malestar no sólo afectaba a los individuos, sino a toda la comunidad, por lo que es muy posible que muchas de estas piezas hubieran sido utilizadas en ritos funerarios de curación o sanación.

 

Como resultado de este proyecto los profesores Carlos Armando Rodríguez y Harry Pachajoa publicaron en febrero de 2010 el libro que lleva el mismo nombre de la investigacióny se está preparando una exposición que estará lista a mediados de este semestre.