Ciencia España , Valladolid, Viernes, 06 de julio de 2012 a las 15:24

“Internet es un descendiente directo de las investigaciones realizadas por el CERN”

El catedrático de Física de la Universidad de Valladolid Mariano Santander valora las implicaciones del recientemente hallado bosón de Higgs

Cristina G. Pedraz/DICYT El pasado miércoles, 4 de julio, el Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN), ubicado en Ginebra, hizo públicos los resultados preliminares de la búsqueda de la partícula de Higgs a través de los experimentos ATLAS y CMS del Gran Colisionador de Hadrones (LHC). Tal y como avanzaron, a través de ambos experimentos se observa una nueva partícula en el rango de masas alrededor de 125-126 GeV (gigaelectrónvoltios, unas 134 veces la masa de un protón), compatible con el tan buscado bosón de Higgs. El descubrimiento del bosón, una partícula elemental hipotética cuya existencia está prevista en el modelo estándar de la física de partículas pero que hasta el momento no había sido observada, ayudará a desentrañar el origen de la masa de las partículas, es decir, a identificar los "ladrillos" esenciales que componen la materia del Universo y, por ende, el propio ser humano.

 

El catedrático de Física Teórica, Atómica y Óptica de la Universidad de Valladolid, Mariano Santander, valora en una entrevista concedida a DiCYT la importancia de la noticia, así como sus presentes y futuras implicaciones. “Desde el punto de vista de la vida cotidiana, está claro que ni hoy ni en los próximos años el descubrimiento del bosón de Higgs va a cambiar nada de manera sustancial. No obstante, se demuestra que el hecho de controlar mejor nuestro entorno y ser capaces de encontrar soluciones a todos los retos que tiene la Humanidad en la actualidad que se hace a través de la Ciencia”, subraya.

 

A nivel científico, añade, el descubrimiento del bosón “es extraordinariamente importante porque nos viene a decir que es correcto el modelo estándar de partículas que ya tenía 50 años y que es nuestro mejor conocimiento actual de cuáles son los constituyentes fundamentales de la materia del Universo y de cómo interaccionan entre ellos”.

 

A su juicio, se abre ahora un terreno “impresionantemente amplio” para estudiar “cuáles son las propiedades reales de este bosón, más allá de haber comprobado casi con certeza que existe”. “Hay que analizar cuáles son sus propiedades y esto requerirá mucho más trabajo y mucha más experimentación”, apunta el científico de la Universidad de Valladolid.

 

Por otro lado, Mariano Santander hace hincapié en que aunque el descubrimiento del bosón no va a producir a corto plazo una grandísima revolución en la vida cotidiana, la tecnología que se ha necesitado para descubrirlo “sí va a originar, y de hecho ya ha se han producido, cambios sustanciales en nuestra vida”. El científico cita como ejemplo internet, “descendiente directo de un desarrollo que se hizo en el CERN”. El creador de la World Wide Web (WWW), el físico británico Tim Berners-Lee, “trabajaba en el CERN cuando desarrolló hace unos 20 años las etapas iniciales de lo que es hoy la red, lo que en muy poco tiempo ha modificado nuestra vida cotidiana hasta extremos que eran totalmente insospechados”.

 

Papel español

 

España es uno de los principales contribuyentes al CERN, dado que su aportación asciende al 8’11 por ciento del total de las aportaciones para el ejercicio 2012. En este sentido, el físico de la Universidad de Valladolid incide en que la participación española en los experimentos ha sido “bastante importante”. “La participación española creo que ha sido bastante buena y España es un país que tiene un suficiente nivel científico y creo que eso es reconocido en todos los niveles”, añade.

 

No obstante, “el CERN es un modelo de colaboración científica donde la procedencia nacional se diluye y lo que interesa es tener a gente dispuesta, comprometida a trabajar en un proyecto común ilusionante”. Asimismo, Santander insiste en que “conviene no olvidar dónde, cuándo y por qué ha nacido todo el proyecto, de una voluntad decidida de llevar adelante una colaboración científica entre varios países europeos y de invertir en lo que se debe invertir, que es en Ciencia, conocimiento y desarrollo, y no inversiones anti-económicas que nos han llevado a la situación de crisis actual”.

 

En cuanto a cómo pueden influir los recortes en próximas investigaciones, el físico recuerda que “revistas como Nature han denunciado que el recorte en investigación científica es una de las medidas más antieficientes que puede tomar un Gobierno”.

 

“Desafortunadamente nuestro Gobierno no lo ve así de claro y se equivoca profundamente pensando que el recorte en investigación es algo coyuntural, si esa política se hubiera tomado antes actualmente no tendríamos ninguno de los recursos, por ejemplo de salud, que disponemos ahora. Todas las técnicas de escáner, tomografía por emisión de positrones, etc, son subproductos de la investigación básica hecha hace 30, 40 o 50 años. España es un país que, por motivos históricos bien conocidos, no se mantuvo en primera línea científica en los siglos XVIII y XIX, y que durante el 20 había iniciado un despegue. Ahora está a un nivel aceptable en la comunidad internacional y es lamentable de que se pueda perder, porque el riesgo es real”, concluye.