Technology Argentina , San Luis, Thursday, June 24 of 2010, 16:02

Investigadores argentinos crean destiladores solares para el ahorro de agua y energía

Los desarrollos permitirán la producción de agua caliente, aire caliente, agua destilada, calefacción de viviendas e iluminación natural

INFOUNIVERSIDADES/DICYT Investigadores de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) desarrollaron destiladores solares. La conversión térmica a pequeña y mediana escala de la energía solar fue el punto de partida para el emprendimiento, lo que los investigadores consideran la alternativa más viable para la masificación del uso del recurso. Los desarrollos permitirán la producción de agua caliente, aire caliente, agua destilada, calefacción de viviendas e iluminación natural, con un ahorro de 800.000 litros de agua potable.


El proyecto, llevado a cabo por investigadores de aborda el aprovechamiento de la energía radiante del sol, a la vez que prevé el estudio y propuestas para la construcción y desarrollo de equipos y dispositivos solares para la producción de agua caliente, aire caliente, agua destilada, calefacción de viviendas e iluminación natural. Además emprende soluciones provenientes de otras áreas del conocimiento como novedosas aplicaciones de procesos termodinámicos, donde, con la tecnología actual y una adaptación del equipo comercial, se extrae calor de un reservorio y se direcciona para, por ejemplo, calefacción de viviendas.

 

Amílcar Fasulo, integrante del equipo de investigación, explicó las características de la planta de destilación solar en la que trabajan: “Esta planta lleva diez años en funcionamiento y presta diversos servicios, entre ellos, entrega agua destilada a los laboratorios de la UNSL, produce 30 mil litros de agua destilada por año, con lo que se ahorran unos 30mil Kw. de energía, pero fundamentalmente ahorramos 800 mil litros de agua potable que es la cantidad que requieren los destiladores convencionales”.

 

Fasulo destacó también que los destiladores logrados sólo consumen el agua que se evapora y se convierte en destilada y además no necesita refrigeración porque el medioambiente cumple esta función. Los diseños de los destiladores se han mantenido desde 1880, año en el que surgen en el desierto de Atacama, Chile. “Incluso parte de nuestra planta se basa en esos diseños, a los que perfeccionamos, mejoramos sus materiales, descubrimos y solucionamos todas las fallas que tenían, de manera que optimizamos ese diseño”, anunció Fasulo.

 

En referencia a los objetivos y el alcance de la investigación, aclaró: “Pensamos en buscar algo más eficiente y el resultado fue la creación de un sector de la planta paralelo, con nuevos dispositivos que patentamos, como destiladores solares con acumulación, y el acople de colectores planos para incrementar la temperatura en la batea”.

 

El grupo de trabajo centró su atención en la conversión térmica a pequeña y mediana escala de la energía radiante del sol. En este tipo de aprovechamiento, la eficiencia alcanza entre un 40% y un 60%. Tiene una desventaja que reside en la inercia térmica de los dispositivos y la fluctuación del recurso que es intermitente ya que depende de las condiciones climáticas imperantes. Las grandes instalaciones deben concentrar la radiación, lo que implica pérdidas, superar la inercia térmica de los dispositivos y la fluctuación (para ello usan como parte del proceso la energía convencional como apoyo) y por último distribuir la energía a los usuarios, lo que conlleva una adicional pérdida de energía.

 

Como contrapartida, los emprendimientos a pequeña o mediana escala aparecen como la alternativa viable para la masificación del uso del recurso, ya que son menores los inconvenientes que ofrecen; así lo entienden países muy dependientes de los hidrocarburos extranjeros que han puesto énfasis en el desarrollo de energías no convencionales, como Israel o la India. Este argumento cobra validez también al ser aplicado a los emprendimientos productivos de pequeña y mediana escala.

 

Energía solar

 

La fuente de energía decisiva e importante que impulsa y sostiene los sistemas vitales del planeta es la que recibe del sol. Esta energía que recibimos y que podemos considerar invariable en los últimos millones de años fue usada por los sistemas biológicos a lo largo de las eras geológicas y, además, acumulada en forma de hidrocarburos. El desarrollo y prosperidad de nuestra civilización están basados en el consumo de este ahorro, que se realiza desde hace aproximadamente 100 años. Hasta la actualidad se ha consumido la mitad de las reservas que el planeta tiene de hidrocarburos, por lo que Odicino, advierte: “Hemos consumido en una centuria la mitad del ahorro energético que el planeta realizó a lo largo de cientos de millones de años”.

 

El aumento de los costos de este combustible se hará cada vez más elevado y su escasez será evidente en un plazo que se puede contar en términos de una vida humana. “No nos debe asombrar que sean cada vez más recurrentes crisis como la de los años ‘70, o como la sufrida últimamente en el primer semestre del año 2005, donde el precio de los combustibles basados en los hidrocarburos se duplicó, en cada una de las crisis, respecto del valor previo a éstas” expresó Odicino.

 

El uso, por medio de ingenios tecnológicos, de la energía que el sol envía sobre el planeta tiene antecedentes que se remontan por lo menos a 150 años, mientras que el uso directo, como por ejemplo el secado de frutas y el calentamiento de viviendas, se remonta a los albores de la civilización. Si bien el recurso tiene la magnitud necesaria como para sostener la vida en el planeta y generar alternativas como la eólica y la hidroeléctrica, que pueden considerase como formas de la energía solar radiante, éste tiene las desventajas de su baja densidad y de su intermitencia.

 

El recurso es de aproximadamente 0.8 Kw./m2 promedio anual para nuestra región. La creación de desarrollos de aprovechamiento ligados a sistemas de acumulación resulta una necesidad debido a las características de intermitente y fluctuante del recurso.