Alimentación España , Salamanca, Viernes, 18 de marzo de 2005 a las 12:24

Investigadores salmantinos desarrollan un test diagnóstico para detectar un parásito de las gallinas

Fernando Simón, profesor del Departamento de Biología Animal de la Universidad de Salamanca, coordina los trabajos

Ana Victoria Pérez/DICYT Fernando Simón, profesor del Departamento de Biología Animal y Parasitología de la Universidad de Salamanca, es el encargado de coordinar los trabajos para obtener un método de diagnóstico precoz capaz de detectar la ascaridia galli. Se trata de un pequeño gusano que parasita diversas especies de aves alojándose en su tracto intestinal y causándoles diarrea, enteritis (inflamación de la mucosa que recubre el intestino) y pérdidas de sangre. La patología tiene especial relevancia económica para las granjas avícolas, como es el caso de la empresa vallisoletana Ibérica de Tecnología Avícola (Ibertec) que ha encargado el estudio, ya que son estas empresas las que deben asumir, además de los costes del tratamiento, el descenso en la tasa de crecimiento que experimenta los animales infestados y su pérdida de peso.

Según ha explicado a DICYT el propio Fernando Simón "en un estudio realizado en la provincia de Salamanca durante la década de los 50 se detectó una prevalencia de ascariadiasis aviar del 13’5% en las gallinas estudiadas". Estas cifras disminuyeron paulatinamente a medida que se introdujo en las granjas españolas la modalidad de mantenimiento de las aves en jaulas independientes dispuestas en batería. "Recientemente la normativa europea tiende a que la cría y mantenimiento de los animales se realice en condiciones similares a las de suelo, llegando a prohibir algunos países el uso de cualquier tipo de jaula. Este hecho ha favorecido el resurgir de la enfermedad, que ha alcanzado índices de prevalencia en Europa cercanos al 64%", comenta el profesor Fernando Simón.

A este respecto Simón añade que "la relación entre las condiciones de cría y la infestación queda confirmada con estudios que demuestran que tan sólo un 5% de las gallinas mantenidas en jaulas dispuestas en filas aloja el parásito, mientras que éste está presente en un 41’9% de los animales mantenidos sobre una cama de paja, y en un 63’8% de los que viven en explotaciones al aire libre".

Diagnóstico precoz

En este contexto la empresa Ibérica de Tecnología Avícola, ubicada en el Parque Tecnológico de Boecillo, ha encargado un estudio para desarrollar un método de diagnóstico de la enfermedad que permita detectar a los animales infestados antes de que el parásito haya alcanzado su fase adulta y comience a poner sus huevos. Los huevos del parásito son expulsados por las gallinas junto con las heces, y constituyen la mayor fuente de infección para el resto de los individuos de la explotación.

"Llevamos dos años trabajando en este proyecto. En una primera fase hemos realizado un estudio en siete granjas avícolas españolas, en las que se ha intentado identificar la presencia de la ascaridia galli. Para ello, los técnicos han analizado las heces de animales individuales en tres de las explotaciones, mientras que en las cuatro restantes se ha analizado la presencia de los huevos del parásito en una mezcla de heces. El resultado determina que cinco de las siete granjas estudiadas estaban infestadas por ascaridia galli, dos de ellas con una prevalencia que superaba los 100 huevos del parásito por cada gramo de heces", relata Simón.

Paralelamente los investigadores han querido probar la eficacia de un diagnóstico inmunológico. En esta ocasión analizaron 140 muestras de sangre recogidas en las mismas granjas en las que se realizó el estudio anterior. El objetivo de los análisis es detectar la presencia de anticuerpos contra el parásito, y comprobar que los casos positivos se correspondían con individuos de las granjas que en el estudio anterior aparecían infestadas.

Los resultados de los dos estudios se correspondían, y según explica el profesor Simón, "la segunda fase del trabajo se centró en determinar si el test inmunológico era eficaz para detectar la presencia de la ascaridia galli antes de su maduración". En esta ocasión se administraron dosis de 150 huevos del parásito a gallinas jóvenes por vía oral. Durante un periodo de 10 semanas, se tomaron muestras de sangre y heces de estos animales que, tras ser analizadas, demostraron la existencia de huevos del parásito en las heces de las aves a partir de la séptima semana. El profesor Fernando Simón advierte que "lo más relevante fue comprobar como, hacia la cuarta o quinta semana, las muestras de sangre de los animales infestados presentaban niveles de anticuerpos contra el parásito muy por encima de los habituales. Esto nos permite certificar que el diagnóstico inmunológico de la enfermedad es efectivo dos o tres semanas antes de que los gusanos se conviertan en adultos y comiencen a poner sus huevos en el intestino de las aves”.


De este modo el trabajo de los investigadores salmantinos permitirá a la empresa contar con un test efectivo para detectar al parásito a tiempo para tratar al animal y evitar el contagio, lo que impedirá que las aves vean menguado su crecimiento y su peso y las empresas avícolas sus cuentas de resultados.