La apicultura y el vacuno acaparan el 80% de la ganadería ecológica de Castilla y León
Ana Victoria Pérez/DICYT Castilla y León cuenta con un total de 33 explotaciones ganaderas que han recibido la catalogación de ecológicas, de las que un 80% se dedica a la cría de ganado vacuno destinado a la producción de carne o a la apicultura, mientras que escasean las explotaciones de ovino, caprino y bovino de este tipo. La razón, según ha explicado a DICYT la directora técnica del Consejo de Agricultura Ecológica de Castilla y León, Encarna Olmo, es que talto el sector apícola como el vacuno "cuentan con mejores canales de comercialización y mayor demanda de los productos derivados". Las provincias de Ávila, Salamanca y Palencia se sitúan a la cabeza en el número de explotaciones de teste tipo.
Ávila es la provincia castellanoleonesa en la que se ubican mayor número de ganadería ecológica, ya que cuenta con nueve explotaciones de vacuno de carne, a las que se suma la producción obtenida de otras dos explotaciones, una de ovino y otra de porcino, más una granja apícola. Esas 12 explotaciones marcan una distancia con la segunda provincia, Palencia, que cuenta con cinco ganaderías ecológicas, y de Salamanca, con cuatro. En los últimos lugares del ránking regional se sitúan León y Valladolid, donde el Consejo de Agricultura Ecológica de Castilla y León ha registrado una única explotación en cada una de dichas provincias.
Con estos datos, el registro nacional de explotaciones ganaderas ecológicas, elaborado por el Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación, sitúa a Castilla y León como la décima comunidad con mayor número de explotaciones que cuentan con el sello de ecológicas, muy por debajo de las 561 de Andalucía o de las 345 de Cataluña.
La comercialización, clave
Con respecto a la escasez de explotaciones agrícolas de carácter ecológico, Encarna Olmo puntualiza que "es de esperar que tanto por su extensión, como por la importancia que el sector agrícola y ganadero tiene en Castilla y León, la comunidad contase con mayor número de explotaciones de este tipo de carácter agrícola. Creemos que los principales condicionantes que desaniman a los agricultores son la falta de formación específica y el hecho de que ellos mismos deban asumir las tareas de comercialización de sus productos, algo que para los apicultores y ganaderos tradicionales ya está solucionado".
La comercialización de los productos procedentes de la agricultura ecológica es muy importante, ya que su caducidad es muy corta, por lo que es fundamental contar con los canales de distribución adecuados. Por el contrario, la falta de intermediarios facilita que los beneficios de los agricultores y los ganaderos dedicados a este tipo de producción sean mucho mayores que los que lo hacen en explotaciones tradicionales. Por lo general el precio de estos productos es hasta un 30% más caro que los procedentes de explotaciones no ecológicas.
La directora técnica del Consejo de Agricultura Ecológica de Castilla y León cree que "estas pueden ser las claves que expliquen el éxito de las explotaciones apícolas en la comunidad. Los principales productos derivados de esta actividad son el polen y la miel, que tienen una demanda importante y su caducidad ofrece cierto margen a los productores a la hora de comercializarlos. A esto sumamos el que los beneficios obtenidos por los apicultores ecológicos son considerablemente mayores que los que consigue un apicultor tradicional".
Cinco millones de euros anuales
La ganadería ecológica se bsa en garantizar la alimentación a los animales exclusivamente con materias primas de origen ecológico, para lograr que los derivados de estos animales se hayan elaborado sin ayudas químicas y con técnicas de cultivo que favorecen el equilibrio ambiental. La crianza de los animales se realiza en un entorno amplio dejando que el ejemplar se críe libremente sin condicionar su crecimiento. "El sector mueve al año en Castilla y León unos cinco millones de euros, si incluimos la agricultura y las industrias de transformación que trabajan con productos ecológico en la comunidad", explica Esther Olmo.
Aunque existen algunas ganaderías ecológicas, como la ubicada en Segovia, que coloca buena parte de su producción en las diferentes provincias castellanoleonesas, lo más habitual es que estos productos sean exportados a Cataluña y Madrid, donde la demanda de los consumidores es mucho mayor.
Una práctica que comienza en los 70 | |
La agricultura ecológica comienza su andadura en Europa al finalizar la II Guerra Mundial y se va extendiendo a diferente ritmo por los distintos países, pero no llega a España hasta los años 70. A partir de entonces se experimenta un aumento de las superficies cultivadas, al mismo tiempo que aparece una legislación que reconoce el interés de estas prácticas. La superficie nacional dedicada a la agricultura ecológica asciende a 773.182 hectáreas, según los datos publicados por el Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación. De éstas, 14.470 hectáreas (menos del 2% del total nacional) pertenecen a Castilla y León, y se dedican especialmente al cultivo de pastos y forrajes (8.794 hectáreas), a los cereales y leguminosas (3.973 hectáreas). |