Alimentación México , México, Miércoles, 07 de julio de 2010 a las 18:16

La Biología molecular le apuesta al virus de insecto

La tecnología diseñada permitirá desarrollar biológicos que no caduquen ni requieran algún tipo de refrigeración para mantener su efectividad

Agencia ID/DICYT Las vacunas han representado uno de los logros médicos más significativos para la humanidad. Desde su creación a la fecha, esos recursos han evitado millones de muertes alrededor del mundo al contener más de una pandemia. A partir de la aparición de la primera vacuna (para viruela) a finales del siglo XVIII, los avances en la materia son varios y la ciencia médica continúa en la búsqueda de prevenir más enfermedades. Sin embargo, poco se había avanzado en materia de almacenamiento de esos materiales biológicos, que para su conservación requiere condiciones de enfriamiento específicas (4 a 6 grados).

 

El desarrollo del doctor Luis Alfonso Vaca Domínguez, del Instituto de Fisiología Celular (IFC) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) busca cambiar ese panorama, al optar por la elaboración de vacunas termoestables con cristales proteicos, obtenidos a partir del virus que ataca al gusano de seda.

 

A decir del experto, los agentes infecciosos de los insectos han evolucionado durante 50 millones de años, por lo que desarrollaron una cápsula de proteínas (cristal), cuyo tamaño no excede las cinco micras (millonésima de metro), lo que les permite estar expuestos a temperatura ambiente y gracias a la cual permanecen estables durante varios años.

 

En función de esa premisa, el investigador universitario decidió comprobar si la cápsula ofrecía las mismas propiedades de resguardo a las vacunas. Para lo cual, con técnicas de biología molecular, clonaron y modificaron los genes de la proteína del autographa californica (virus que ataca al gusano de seda).

 

El material obtenido, explicó, se reproduce con el propósito de crear las cápsulas en el laboratorio. Además, su equipo de trabajo ha desarrollado los mecanismos de importación (incorporación) de la vacuna al cristal, ya que sólo admite al virus que la produjo.

 

De acuerdo con Vaca Domínguez, la tecnología diseñada permitirá desarrollar biológicos que no caduquen ni requieran algún tipo de refrigeración para mantener su efectividad.

 

Asimismo, señaló que generarán vacunas más limpias con la identificación de las proteínas de virus que estimulan al sistema inmune a producir anticuerpos; aquellas que sean tipificadas se colocarán en el nanocristal en vez de utilizar todo el agente infeccioso (como ocurre en vacunas tradicionales).

 

Esta tecnología de generación de vacunas –indicó- es universal, por lo que puede aplicarse a biológicos de origen bacteriano o parasitario y, en teoría, el cristal debe funcionar de la misma manera.

 

Por otro lado, el experto universitario expuso que al cambiar aminoácidos en la estructura de la proteína del autographa californica es posible modificar la forma y tamaño del cristal, y con ello controlar el periodo de liberación de la vacuna en el torrente sanguíneo.

 

“En general las cápsulas cúbicas más grandes tienen mayor inestabilidad; por lo que si son inyectadas intramuscularmente a un animal experimental, en unos días desaparece el cristal”, afirmó.

 

Cabe mencionar que la tecnología mexicana cuenta con patente en el Instituto Mexicano de Protección Industrial (IMPI), gracias al apoyo del Instituto de Ciencia y Tecnología del Distrito Federal (ICyTDF).

 

Aplicaciones

 

Con el propósito de probar la eficacia de esta tecnología, el equipo de trabajo de Vaca Domínguez elabora una vacuna contra la enfermedad de Aujezky o pseudorrabia, que afecta al ganado porcino y bovino.

 

De acuerdo con el investigador, este padecimiento es ocasionado por un agente patógeno del herpes que afecta el sistema nervioso central, vías respiratorias y el aparato reproductivo de los animales. La población más susceptible son las hembras y crías, por lo que la industria alimentaria mexicana se ve afectada fuertemente.

 

Vaca Domínguez reconoció que en el mercado existen varios biológicos para prevenir y controlar la propagación de este mal; sin embargo, son vacunas tradicionales de virus atenuados, los cuales no tienen las ventajas y tecnología de punta desarrollada por este grupo de investigación.

 

Asimismo, el doctor en Ciencias Biomédicas tiene nuevos planes para este proyecto, entre los que figura la creación de vacunas útiles a la salud humana contra la amibiasis y la influenza AH1N1; razón por lo cual, admitió, busca mayor apoyo económico.