La calidad de las mieles monoflorales centra la atención de un Curso de Verano de la Universidad de Salamanca
AVPR/DICYT El análisis de la calidad de las mieles monoflorales centrará la atención de los cerca de 300 asistentes que, según prevé el Departamento de Botánica de la Universidad de Salamanca, asistirán a las jornadas que tradicionalmente organiza el Grupo de Palinología de la institución académica salmantina dentro de la oferta formativa de los Cursos de Verano. La especificidad del tema elegido ha motivado un incremento del número de plazas disponibles, ya que, según las organización, a las inscripciones de los alumnos interesados habrá que sumar las matrículas de numerosos profesionales y especialistas del sector apícola que demandarán una plaza para estar en Salamanca del 4 al 6 de julio.
El interés que despierta este curso está motivado, en parte, por la importancia que el sector apícola tiene en Castilla y León, comunidad en la que se produce el 16% de la miel que se cosecha en España, siendo Salamanca la provincia en la que se asienta mayor número de colmenas del país, con más de 164.000. A estos datos hay que sumar la calidad de las investigaciones que ha desarrollado el Grupo de Palinología del Departamento de Botánica de la universidad salmantina, encargado hace tres años de elaborar el reglamento oficial que aplican los técnicos de la Consejería de Agricultura a la hora de conceder la marca de calidad a las distintas mieles que se producen en la región.
Aunque en esta ocasión los asistentes al curso recibirán también información general sobre los criterios de producción, la composición de la miel y sus posibles adulteraciones, así como sobre las características que debe poseer el polen de calidad, los organizadores del curso, con el profesor José Sánchez a la cabeza, han decidido introducir a los alumnos y profesionales en el análisis de la calidad de las mieles monoflorales.
Mieles con alto valor añadido
Se trata de un producto cuya composición proviene mayoritariamente de una especie vegetal, lo que incrementa extraordinariamente su valor en el mercado y los beneficios que reporta a los apicultores. Las mieles monoflorales se producen en determinados momentos de la temporada, cuando una especie concreta se encuentra en floración. Esto requiere que los apicultores controlen rigurosamente el calendario de floración de las diferentes especies evitando la entrada de néctar de distintas flores en una misma colmena. La recogida de la miel es mucho más costosa, ya que debe hacerse de manera muy precisa y en fechas concretas.
En la provincia de Salamanca, las mieles monoflorales suelen recogerse en las áreas de montaña donde predominan variedades como la miel de brezo y de erica. Dichas variedades son también muy abundantes en las sierras del noroeste de Zamora y sobre estratos silíceos de diversas cordilleras castellanoleonesas. También es habitual la cosecha de mieles monoflorales de encina, que pueden recogerse de algunos bosques extensos repartidos por toda la región. El romero tiene poca entidad como para dar mieles monoflorales, mientras que el cantueso, que florece en primavera, ocupa extensiones importantes en las estribaciones de los montes silíceos de cualquier cordillera. Lo contrario sucede con el espliego, que tiene floración tardía, pero está presente sobre cualquier sustrato calcáreo no labrado de la región.
La última jornada del curso estará dedicada, como en ediciones anteriores, a la cata de mieles.Los asistentes aprenderán a valorar su calidad a través de los análisis sensoriales y la degustación de distintas variedades de este producto.
Los apicultores salmantinos | |
La provincia de Salamanca genera el 63’3% de la producción total de miel de Castilla y León, y su sistema de explotación se corresponde al de colmenas movilistas que invernan principalmente en Extremadura. A comienzos de la primavera, los apicultores salamantinos las trasladan a Huelva y Sevilla para aprovechar la floración temprana de esas tierras meridionales, regresando posteriormente a Cáceres y el sur de Salamanca a últimos de abril o primeros de mayo. A partir de esas fechas y prácticamente durante todo el verano las colmenas son trasladadas por el centro y norte de la provincia aprovechando las flores de encina, cantueso, lavanda y romero, que se encuentran en plena floración en la provincia durante esa época del año. |