Alimentación España Le贸n, León, Lunes, 15 de septiembre de 2008 a las 17:03

La cuenca del Duero es la zona con m谩s riesgo de erosi贸n de Castilla y Le贸n

Ante la reciente publicaci贸n del Plan Nacional de Lucha contra la Desertificaci贸n, los expertos reclaman m谩s estudios b谩sicos sobre el suelo

IGC/DICYT La zona geológica que coincide con la cuenca del río Duero es la zona de Castilla y León que sufre mayor riesgo de erosión o pérdida de suelo, uno de los principales problemas asociados a la desertificación. Las actividades humanas como la agricultura están detrás de este proceso, que conlleva la pérdida de biodiversidad y que resulta difícilmente reversible. Para combatirlo, el Ministerio de Medio Ambiente hizo público este verano el Plan Nacional de Lucha contra la Desertificación, una estrategia que deja en manos de las comunidades los estudios básicos sobre el suelo. Los de Castilla y León datan de principios de los años 90.

 

Según explica a DiCYT Eduardo Alonso Herrero, profesor de Edafología (ciencia que estudia los suelos) de la Universidad de León, “la desertificación es un problema importante que está relacionado con muchos factores. Entre ellos, uno de los más importantes es la erosión del suelo”. La erosión supone la pérdida del suelo (la parte más superficial de la Tierra, a partir de la roca madre. Es una matriz donde confluyen litosfera, biosfera, atmósfera e hidrosfera para crear un sistema con unas características físicas, químicas y biológicas). Su degradación implica un cambio en sus propiedades: pérdida de nutrientes, acidez, salinidad, etcétera.

 

A nivel mundial la erosión se debe a varias causas: agricultura (28 por ciento), deforestación (30 por ciento) y sobrepastoreo (35 por ciento). “En Castilla y León”, argumenta Eduardo Alonso, “la actividad humana que causa mayor degradación del suelo es la agricultura, aunque en determinadas zonas como la montaña de León también influyen actividades industriales como la minería”. A priori, según el investigador de la Universidad de León, los suelos más erosionables de la región son los que se dan en zonas con materiales terciarios (arcillas y margas, sobre todo) y cierta pendiente.

 

Erosión en el Duero

 

En Castilla y León “la zona más erosionable es la zona geológica es la cuenca del Duero”, manifiesta Alonso, donde “se ha practicado la agricultura desde hace siglos y se ha eliminado casi toda la vegetación natural”. En León, la zona que está perdiendo más suelo es también la cuenca terciaria del Duero (la parte sureste de la provincia, que coincide con las comarcas del Páramo, los Oteros, Payuelos), desprovista también de la vegetación natural y donde sólo quedan cultivos. Según el edafólogo, también hay erosión en suelos que se dan sobre pizarras (tanto metamórficas como sedimentarias), como ocurre en la sierra de La Cabrera.

 

Hay que distinguir entre la erosión natural, la que se da en montañas como Picos de Europa como consecuencia de las grandes pendientes y los procesos geológicos, de la antrópica, la causada por la acción del hombre. “Ésta es difícilmente reversible”, opina Alonso. El nuevo Plan Nacional de Lucha contra la Desertificación establece medidas, pero, según el experto, “falta un programa básico de estudio: un inventario de suelos, desarrollar nuevos modelos de medida de la erosión y realizar un seguimiento a largo plazo”, ya que “la erosión es un proceso lento e inexorable”.

 

Variabilidad entre comunidades

 

Otra de las cuestiones es que este Plan deja en manos de las autonomías los estudios y las acciones a emprender, por lo que hay gran variabilidad. Según Alonso, los estudios sobre la erosión del suelo se han realizado sobre todo en el sureste español (Almería, Murcia)”. Los datos más fiables los realizó el ICONA por cuencas hidrográficas a principios de los años 90, pero, en algunas comunidades como Castilla y León, “no se han realizado estudios en profundidad sobre la erosión posteriores”. Además, el mejor mapa de suelos de la región tiene una escala de 1:500.000. “Se necesitaría un conocimiento más detallado para saber las zonas más susceptibles a la erosión”, opina el investigador. “Castilla y León es la autonomía más extensa, por tanto la que más suelo tiene y más puede perder”.

 

La desertificación asociada al declive de las grandes civilizaciones
 
Para el profesor de Edafología de la Universidad de León Eduardo Alonso Herrero, que una zona se convierta en desierto puede ser un proceso natural o también un proceso provocado por la actividad humana. Hay estudios que asocian el declive de las grandes civilizaciones antiguas (los egipcios, los pueblos mesopotámicos, los aztecas) a la degradación del suelo provocada por la sobreexplotación agrícola. “Lo primero que se hacía en la Antigüedad es recolectar”, relata Alonso. “Después llegaba la ganadería y posteriormente se talaban los bosques para dar paso a la agricultura”.