La investigación en biocombustibles busca utilizar todas las partes de la planta, no sólo el aceite
IGC/DICYT Una de las líneas de investigación en biocarburantes trata de aprovechar toda la materia de la planta para producir gasóleo o etanol de segunda generación, productos que serían totalmente compatibles con los motores actuales y poco contaminantes. Así lo ha puesto de manifiesto hoy Javier Aríztegui, investigador de Repsol-YPF, durante su conferencia sobre motores y biocombustibles que ha impartido en las V Jornadas Técnicas sobre Energías Renovables, organizadas por la Cátedra de Energías Renovables de la Universidad de León.
Según ha explicado Aríztegui a DiCYT la obtención de gasóleo y etanol de segunda generación mediante esta técnica se basa en un proceso que utiliza cualquier materia con contenido carbonoso para gasificarla y sintetizar el gasóleo. Este método se desarrolló en Alemania después de la Segunda Guerra Mundial para paliar el desabastecimiento, "pero hoy día es un proceso complejo y no es rentable", dijo el investigador. Sin embargo, debido a su potencial la empresa española Abengoa tiene una planta piloto para producir etanol de segunda generación en Salamanca.
"El gasóleo que se produce de esta forma es totalmente compatible con los motores actuales. De hecho los optimizan para reducir las emisiones contaminantes", aseguró Aríztegui. Según el experto, en biodiésel de primera generación la investigación busca obtener el combustible a partir de aceites de plantas no combustibles. "Hay dos líneas prometedoras, con algas o con jatrofa, una oleaginosa que no compite con el consumo humano". En cuanto a la polémica sobre si los biocombustibles son una de las causas del incremento de precios de productos agrícolas, Aríztegui apuntó que "todo el bioetanol que se produce en Europa consume sólo el 2 por ciento de la producción", por lo que para el científico este incremento tiene un origen especulativo.
Gasóleo con mezcla de biodiésel
"El biocombustible es una alternativa real, el gasóleo que se consume en España ya tiene una mezcla de biodiésel", dijo Aríztegui. Cualquier motor del mercado puede funcionar con biodiésel en pequeñas concentraciones. Hoy días los motores comerciales utilizan un 5 por ciento de biodiésel, con algunas excepciones (los taxis de Francia llegan al 30 por ciento). "En el futuro se llegará al 10 por ciento", dijo el experto. Sin embargo, "utilizar biodiésel puro es más complicado, puesto que los motores no están diseñados para consumirlo".
Según Aríztegui hay dos problemas: por un lado la dilución del biodiésel en el aceite del motor, con lo que se pierden sus propiedades lubricantes y pueden producir un problema mayor en el motor; y, por otro, los filtros para reducir las emisiones de partículas de los coches nuevos, que funcionan con inyecciones de gasóleo a destiempo para que se queme en el tubo de escape, lo que agrava la dilución del biocombustible en el aceite. "En las concentraciones actuales, los biocombustibles mejoran algo las emisiones contaminantes producidas por los vehículos", sobre todo de CO2, a cuyo ahorro también hay que sumar el que ha absorbido la planta durante su crecimiento.