Salud España , Salamanca, Viernes, 13 de noviembre de 2015 a las 16:55

“La investigación sobre alzhéimer va en la buena dirección, pero no hay que crear falsas esperanzas”

Antonio García, catedrático de Farmacología de la Universidad Autónoma de Madrid y reputado farmacólogo, explica en la Universidad de Salamanca los estudios contra la neurodegeneración

JPA/DICYT Antonio García, catedrático de Farmacología de la Universidad Autónoma de Madrid, es uno de los farmacólogos españoles más reconocidos internacionalmente y en su trayectoria investigadora destacan sus trabajos sobre neuroprotección. Esta mañana ha ofrecido una clase magistral en la Facultad de Medicina de la Universidad de Salamanca con el título ‘¿Para cuándo un medicamento que frene la progresión del alzhéimer?’ A pesar de que “para esa pregunta no hay respuesta”, en su opinión sí que existen por primera vez buenas perspectivas sobre lo que puede ofrecer la investigación en los próximos años.

 

“Un hallazgo reciente ha creado muchas expectativas para prevenir el depósito de un péptido tóxico, el beta amiloide, que se cree que es la causa de la enfermedad”, explica el experto en declaraciones a DiCYT. El compuesto que se está estudiando evitaría que se formasen en el cerebro las placas de beta amiloide que producen la neurodegeneración, lo que al menos retrasaría por un tiempo la enfermedad. “Podría actuar como una especie de vacuna y también detener el avance de la enfermedad”, señala.

 

Sin embargo, los estudios no resultan lo suficientemente convincentes para los especialistas. “Los pacientes de alzhéimer y sus familiares deben pensar que esto es una observación preliminar y que no tenemos a la vista un nuevo tratamiento que frene la enfermedad”, asegura Antonio García.

 

El principal problema es que aún “no conocemos bien la enfermedad” más allá de síntomas como la pérdida de memoria. En realidad, “no sabemos si las placas de beta amiloide causan la enfermedad o son una consecuencia de ella”, comenta, “y esa incertidumbre nos impide diseñar un fármaco capaz de detener su avance”.

 

En cualquier caso, este tipo de progresos son “alentadores”, asegura. “Hasta ahora solo tenemos fármacos sintomáticos que no detienen el avance de la enfermedad, pero parece que por primera vez hay buenas perspectivas”, añade.

 

La otra gran batalla es diagnosticar pronto el alzhéimer, incluso antes de que aparezca. “Se están investigando biomarcadores para que, nada más que haya un pequeño signo de pérdida de memoria, se pueda determinar si se debe a algún aspecto fisiológico inherente al envejecimiento o si se va a desarrollar esta enfermedad”, indica.

 

En definitiva, “parece que la dirección que se lleva en investigación es buena pero no hay que despertar falsas esperanzas todavía”, resume el catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid.