La mitad de las hospitalizaciones de ancianos podría evitarse con una medicación más adecuada
JPA/DICYT Hasta el 50% de las hospitalizaciones de anciandos podría evitarse con tratamientos farmacológicos más adecuados y un seguimiento preciso sobre los medicamentos que toman en realidad las personas mayores, según los datos que ha presentado Sonia Jiménez Mola, especialista en Geriatría que desarrolla su trabajo en la Residencia Care Buendía de León y que ha participado en el curso extraordinario de la Universidad de Salamanca dedicado a la comorbilidad, denominación que se utiliza cuando una persona sufre más de una enfermedad, el caso de la mayoría de ancianos.
"Estar tomando varios tratamientos simultáneos puede provocar que los efectos secundarios de unos agraven los síntomas de otra patología", explica a DICYT Sonia Jiménez, que asegura que se realizan pocos estudios sobre los efectos de los fármacos en los mayores. "Siempre se ve la actividad y los efectos secundarios de un medicamento en gente joven, hay muy pocos casos en los que se prueben con población de más de 70 años", indica.
Esta especialista considera básico tener una buena formación en Medicina para luego conocer las diferencias que aparecen en los ancianos. "Sufren patologías que actúan de forma simultánea y los medicamentos que toman para una determinada enfermedad interactúan con otros fármacos. Además, sus patologías suelen ser crónicas, de forma que, en lugar de los problemas agudos de un paciente joven que mejora con los tratamientos, en el caso de los mayores los tratamientos suelen ser de larga duración. Asimismo, a los mayores suelen atenderlos varios especialistas y cuando van a una consulta se les prescriben determinados fármacos sin revisar lo que le ha recetado el oftalmólogo o el urólogo", comenta.
Por todo ello, el geriatra o el médico de atención primaria debería encargarse de dar una visión conjunta, según Sonia Jiménez. Asimismo, asegura que otro problema con estos pacientes es que a menudo ni siquiera cuentan todos los medicamentos que toman en realidad o que a menudo nadie les revisa tratamientos que se le han indicado para un momento concreto, como una intervención quirúrgica, y que con posterioridad deberían ir disminuyendo.