Alimentación España Le贸n, León, Mi茅rcoles, 21 de mayo de 2008 a las 16:50

La producci贸n de electricidad emiti贸 a la atm贸sfera 107.169 kilotoneldas de CO2 equivalentes en 2007

Las tecnolog铆as de oxicombusti贸n y postcombusti贸n ensayadas en el Bierzo, posibles alternativas para seguir utilizando de forma limpia el carb贸n

IGC/DICYT La emisiones de dióxido de carbono (CO2), principal gas de efecto invernadero, a la atmósfera crecieron en España un 2´5 en 2007 respecto al año anterior y, sin incluir los sumideros, se han incrementado un 61´3 por ciento desde 1990, año de referencia del Protocolo de Kioto. Según un estudio elaborado por Comisiones Obreras y la revista World Watch publicado ayer, la producción de electricidad mediante combustibles fósiles, principalmente carbón, es la actividad que más emisiones produjo el año pasado, 107.169 kilotoneldas de CO2 equivalentes. Las tecnologías de captura de CO2 que se ensayarán en el Bierzo (León) suponen una alternativa 'limpia' para seguir usando el carbón durante este siglo.

 

Según dicho informe, la combustión de combustibles fósiles para producir electricidad es la principal fuente de emisiones en España de CO2 pero, a su vez, es uno de los pilares de la producción energética nacional, puesto que la generación eléctrica por carbón mediante centrales térmicas supuso el 24 por ciento del total (74.935 gigawatios/hora), superando a la totalidad de energías de "régimen especial" (renovables y cogeneración). Además, el estudio señala que las necesidades energéticas mediante carbón se autoabastecen en un 30 por ciento, lo cual es mucho ante el panorama actual del resto de combustibles fósiles (gas y petróleo).

 

"Hay reservas de carbón para unos 250 años, pero no se puede seguir quemando como hasta ahora, hay que hacerlo de forma limpia", comenta a DICYT Pedro Otero Ventín, director técnico del Programa de Captura de CO2 de la Plataforma Experimental del Bierzo, un proyecto desarrollado por la Fundación Ciudad de la Energía (Ciuden). "La captura y almacenamiento de CO2 es una de las posibilidades para mantener el consumo de carbón durante cien años, hasta que el desarrollo tecnológico de las energías renovables permita su uso más eficiente y reducir así la utilización de carbón", concreta.

 

Corriente concentrada de CO2

 

Para capturar el CO2, "primero hay que conseguir una corriente concentrada de CO2 en forma de gas. Esta corriente se puede comprimir y transportar hasta lugares donde se puede almacenar de forma segura", asegura el experto, que impartió una conferencia sobre estas tecnologías recientemente en la Universidad de León. Según Pedro Otero, hay tres alternativas para conseguir una corriente concentrada de CO2. Una se produce en la combustión normal del carbón, donde se da una baja concentración de CO2 que se extrae mediante un proceso de absorción física o química para obtener una corriente concentrada (proceso que se denomina "postcombustión").

 

Otra técnica es la "oxicombustión": si en vez de quemar el carbón con aire (que tiene sólo un 21 por ciento de oxígeno, el resto es nitrógeno) se quema con oxígeno, de los combustibles fósiles (formados mayoritariamente por carbono e hidrógeno) se obtiene una corriente concentrada de CO2 y agua, que se puede eliminar por condensación. Una tercera opción es la "precombustión", utilizar el carbono del carbón y agua para producir hidrógeno en una corriente mezclada a alta presión. A través de membranas se puede separar el hidrógeno del CO2 y utilizar el hidrógeno para producir electricidad o como vector energético del transporte. "Es una tecnología compleja pero que tiene muchas posibilidades", asegura Otero.

 

El almacenamiento de CO2 no se puede realizar en el Bierzo
En la Planta Experimental del Bierzo se desarrolla una línea principal de I+D+i en oxicombustión, aunque se pueden incluir también tecnologías de postcombustión. En cuanto a la tecnología de almacenamiento del CO2, "la más probada es la del almacenamiento geológico profundo", según Pedro Otero. Ésta consistiría en 'reutilizar' los pozos de gas para depositar allí el CO2. "Como España no tiene pozos de gas, las alternativas son formaciones salinas", explica el experto. Sin embargo, "en el Bierzo parece que no hay condiciones de este tipo, por lo que los ensayos de almacenamiento no se podrán hacer allí". Otero recalca que el almacenamiento subterráneo de CO2 no conlleva peligros para la salud humana: "el CO2 no es un gas tóxico pero sí tiene efecto invernadero, relacionado con el cambio climático". Así, cuando bebemos una bebida con gas ingerimos pequeñas cantidades de CO2, que también se utiliza también en laparoscopia.