La Unión Europea aprueba la creación en Barcelona de una agencia para el proyecto científico ITER
JPA/DICYT Barcelona será la sede de la agencia europea del proyecto científico internacional ITER, según han aprobado los ministros de Economía de la Unión Europea reunidos en el Consejo de Economía y Finanzas (Ecofin). Esta empresa común se dedicará a gestionar la aportación europea al proyecto mundial, que pretende demostrar la viabilidad de la fusión del hidrógeno como fuente de energía inagotable y respetuosa con el medio ambiente.
La agencia, con un presupuesto de 9.653 millones de euros, estará en vigor durante 35 años y gestionará la contratación de equipos y servicios por un valor de unos 2.000 millones de euros. Su objetivo a largo plazo es la coordinación de todas las actividades del programa europeo de fusión. En el proyecto ITER participan la Unión Europea, aportando aproximadamente la mitad de los costes de construcción, además de China, Corea del Sur, Estados Unidos, India, Japón y Rusia, países que engloban a más de la mitad de la población del planeta. Cada socio pondrá en marcha una agencia propia que gestionará sus aportaciones materiales al proyecto.
La agencia europea del ITER contará con un presupuesto de operación de unos 35 millones de euros anuales y dispondrá de una dotación aproximada de 250 personas, de las cuales más de la mitad serán titulados superiores, ingenieros, científicos y administrativos. La Comisión Europea ya había establecido un acuerdo con el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat), dependiente del Ministerio de Educación y Ciencia, para coordinar las actividades de I+D en energía de fusión y crear un grupo de trabajo conjunto en Barcelona, que ya comenzó a funcionar a finales de 2005. En los próximos meses, sus instalaciones pasarán a albergar la nueva agencia, que tendrá capacidad legal propia y podrá alcanzar de inmediato la operatividad necesaria.
Asimismo, se han definido los objetivos y las herramientas con que contará la agencia. Según lo acordado por Ecofin, se refuerza su función al poder contratar los componentes del ITER durante el periodo de construcción, de unos diez años. También coordinará los trabajos de diseño e I+D del proyecto y otros encaminados a conseguir un reactor de demostración de fusión.