La Universidad de León muestra la relación entre el salto hípico y las lesiones en tendones y articulaciones
Antonio Martín/DICYT "La naturaleza creó al caballo para que corriera o trotara, pero no para que saltara", comenta Jesús Sánchez, profesor de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de León. "Por eso creemos que, de todas las actividades que realiza para el ser humano, la menos recomendable es la del salto", añade. El salto hípico, según ha observado en un estudio retrospectivo de la actividad clínica realizada en la Unidad de Cirugía y Diagnóstico del centro educativo, es la más lesiva para las articulaciones y tendones de sus patas. El trabajo ha analizado tanto el mejor método de diagnóstico para los casos de cojeras de 553 equinos, denominadas también claudicaciones, y ha relacionado esos casos con la actividad que desarrollaban estos animales.
Todas las afecciones de los tendones y ligamentos, concluye el trabajo de investigación, una tesis doctoral defendida por Joaquín Sánchez Valle, "están relacionadas con el nivel de exigencia física de la actividad a la que se dedica el paciente". Es el salto, una disciplina en la que los cuartos delanteros y traseros del equino se ven sometidos a un gran esfuerzo tanto en la batida como en la caída, la que con mayor incidencia se presentaron lesiones en estos tejidos. "Es antinatural", resume Jesús Sánchez, uno de los codirectores de la tesis.
Antes de la puesta en marcha del Hospital Clínico Veterinario de Castilla y León, situado frente a la Facultad de Veterinaria de León, la Unidad de Cirugía y Diagnóstico del centro académico atendía las necesidades de los propietarios de caballos de León y provincias limítrofes. El estudio recoge los casos de los pacientes equinos (la muestra incluye a tres asnos y un mulo), cuyos propietarios dieron permiso para utilizar los datos. En ellos, se realizaron 1.103 exploraciones con diferentes métodos de diagnóstico por imágenes: radiografía, ecografía, resonancia magnética y tomografía axial computarizada (TAC).
Los veterinarios consideran que la resonancia magnética es el método de diagnóstico "más completo" para las afecciones de las extremidades de los equinos, y la ecografía el más versátil y de mayor proyección para la práctica clínica, al evaluar instantáneamente los tejidos duros y blandos y su buena portabilidad. "Existen ecógrafos actualmente del tamaño de un pequeño ordenador portátil", indica el profesor del Departamento de Medicina, Cirugía y Anatomía Veterinaria. En todo caso, los cuatro métodos diagnósticos son "sumamente útiles" y "se complementan a la perfección en la práctica clínica equina actual", refleja el trabajo de investigación.
Dolencias en las extremidades
Al detenerse en las diferencias dolencias que presentaban los equinos, los científicos encontraron diferencias significativas entre cada uso del caballo y las patologías diagnosticadas. De este modo, calificaron como enfermedades profesionales tanto el síndrome podotroclear como las enfermedades articulares degenerativas. El síndrome podotroclear es un dolor en los talones del caballo, más frecuente en caballos deportivos dedicados al salto y al enduro. Las enfermedades articulares degenerativas aparecían con más asiduidad en caballos destinados a competiciones de resistencia y a actividades de recreo sobrealimentados o no entrenados.
La infosura, que causa un gran número de osteítis en la tercera falange del caballo, estaba asociada a caballos ibéricos de exhibición. Trabajos anteriores pensaban que los purasangre españoles tenían esta enfermedad por predisposición genética, pero los especialistas de la Facultad de Veterinaria de León no encontraron evidencias en este sentido, y sí en el manejo de los caballos: al destinarse a ser lucidos, estaban obesos y eran sedentarios.
Peculiaridades geográficas
Al observar la procedencia de estos equinos, los autores encontraron peculiaridades geográficas significativas. Desde Asturias llegaban pocos casos de infosura, pero sí muchos casos de artrosis. En esta comunidad autónoma las cuadras destinan muchos de sus ejemplares al raid o al salto, competiciones deportivas que ocasionaban esos problemas. Cuando el caballo llegaba de las provincias de León o Palencia, sin embargo, era más propenso estadísticamente a las infosuras. En estos lugares es más común utilizarlo como montura de paseo o de lujo, y si compite, lo hace en encierros o en caza de liebres. En todo caso, tiene una vida muy estabulada, lo que provocaba una vida más sedentaria.