La Universidad de León obtiene una patente sobre un proceso pionero para conservar las manzanas asadas
María Jesús Fernández/DICYT La Universidad de León ha adquirido una nueva patente sobre un proceso pionero de conservación de manzanas asadas desarrollado por un profesor de la Escuela Superior y Técnica de Ingeniería Agraria. El registro de dicha patente permitirá sacar al mercado el conocido postre mediante un procedimiento innovador que mantiene y mejora las propiedades de la fruta horneada una vez sometida a la fase de pasteurización, y en el desarrollo de la investigación ha participado el Consejo Regulador de la Manzana del Bierzo.
Gracias al novedoso método de Víctor Marcelo Gabella se consigue que la manzana asada deje de ser un postre que deba ser consumido de forma inmediata a su elaboración para pasar a estar disponible en la zona de refrigerados de cualquier supermercado. Así lo ha adelantado a DICYT su creador, quien asegura que, con el método registrado, "se logra una conservación de unos 15 días".
El proceso incluye una serie de fases que comienzan con el horneado habitual de la manzana. Sin embargo, según precisa Víctor Marcelo, la novedad consiste en que la fruta no se llega a asar del todo, sino que antes de llegar a ese punto se envasa y somete a un proceso de pasteurización. De esta forma, explica su autor, se logra un valor añadido de la manzana, ya que se mantienen intactas las propiedades de la fruta durante más tiempo y una mayor calidad de la misma. Y es que, según precisa, al meter la manzana en la olla de pasteurización antes de que se ase por completo la fruta continúa haciéndose y, al estar ya envasada, se consigue una mayor estabilidad microbiológica y una menor contaminación, lo que que permite que su conservación se prolongue durante más tiempo.
Este innovador procedimiento es resultado de un proyecto de investigación que se ha desarrollado durante seis años, y que ahora ha culminado con la concesión de la patente que otorga los privilegios de explotación a la Universidad de León. Su creador asegura que el proceso ofrece grandes posibilidades de aplicación industrial con unos costes asumibles que pueden garantizar su salida al mercado.
De hecho, el desarrollo de esta patente se ha realizado como respuesta a la demanda manifestada por los propios productores de la manzana del Bierzo y, en concreto de la clase reineta, que han colaborado en el proceso a través del Consejo Regulador de la Manzana del Bierzo, aportando incluso las piezas de fruta. Víctor Marcelo subraya que él es la cabeza visible de un equipo de investigación formado por cinco personas que han trabajado en el proyecto durante los últimos seis años.
Una vez conseguido este logro, el profesor Víctor Marcelo asegura que ahora se abre una línea de investigación en busca de nuevos avances. Según reconoce, "ahora tengo más dudas que hace cinco años sobre todo lo que se puede investigar". Una nuevo cauce de investigación podría ser, según señala, estudiar los tipos de envases que se pueden emplear porque, tal y como asegura, "queda mucho por hacer".
Sin embargo, culminar el proceso no ha sido fácil. Víctor Marcelo considera que "la investigación es muy dura y cara", al mismo tiempo que admite que "he llegado a poner fondos incluso de mi propio bolsillo". También señala que este proyecto de investigación surgió a partir de la elaboración de su tesis doctoral.
Proceso de concesión de la patente | |
La concesión de una patente contempla una serie de pasos que comienzan con la elaboración de una comunicación por parte del autor del proyecto, que debe acompañar con una memoria sobre lo que desea registrar. La técnico de la Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación (OTRI), María José Barrios, explica que el investigador debe defender los aspectos de su patente que la hacen diferente al resto de proyectos existentes hasta el momento. La Comisión de Investigación de la Universidad es la que decide si se aprueba o deniega la solicitud de la patente. Luego se presenta a la Oficina Española de Patentes y Marcas, que es la que finalmente realiza la concesión de la misma. A pesar de la complejidad del proceso, los trámites se realizan en un periodo máximo de tres meses.
La concesión de una patente otorga, según explica Barrios, los privilegios de explotación de la misma, que al mismo tiempo conllevan la apertura de los conocimientos adquiridos. Es decir, el investigador adquiere los privilegios de explotación a cambio de compartir los resultados obtenidos.
Entre los criterios tenidos en cuenta para la concesión de una patente se encuentran la novedad de la idea, la actividad inventiva que implica y la posibilidad de aplicación industrial de la misma. |