Alimentación España León, León, Lunes, 22 de octubre de 2007 a las 17:42

La Universidad de León realiza un estudio para obtener semillas de judía libres de virus

El Laboratorio de Diagnóstico de Plagas y Enfermedades Vegetales cultiva de forma controlada tres variedades de judía leonesa para obtener semillas sanas

IGC/DICYT El Virus del mosaico común (BCMV) puede afectar, en algunas variedades, hasta al 70 por ciento de las plantas en una parcela de cultivo. Aunque no es perjudicial para la salud humana, el virus merma la producción y repercute en la calidad del producto. Para evitar esto, científicas del Laboratorio de Diagnóstico de Plagas y Enfermedades Vegetales de la Universidad de León desarrollan un cultivo controlado de plantas libres de virus de tres variedades de judía con gran arraigo en León, pinta, canela y riñón menudo, con el objeto de llegar a producir semillas sanas que se incluyan en la producción. La Diputación Provincial de León colabora en el proyecto.

 

El estudio se centra en la incidencia de virus de la familia Potyviridae, concretamente el llamado Virus del mosaico común, en tres de las variedades típicas de judía que se cultivan en León: riñón menudo, canela y pinta. Los datos de infección recogidos por las investigadoras muestran que en cultivos de judía pinta hasta un 70 por ciento de las plantas pueden estar infectadas al final de la campaña. Teniendo en cuenta que la infección va creciendo a lo largo del cultivo, al inicio, es decir, si se cuantifica el porcentaje de infección en semilla, éste ronda el 15 por ciento. Estudios realizados con la variedad canela mostraron un porcentaje de plantas infectadas a final de cultivo de alrededor del 30 por ciento, mientras que en el caso de la variedad riñón menudo la infección afecta al 10 por ciento.

 

“Este virus no afecta a la salud humana”, comenta Eva María Gómez-Bernardo Villar, directora del Laboratorio, “pero influye en el rendimiento de las plantaciones”, puntualiza Piedad Campelo, una de las investigadoras que participan en el estudio. “Las plantas afectadas quedan más pequeñas y hay menos producción”. Esto se ha observado comparando plantas sanas con otras infectadas de forma natural.

 

Crecimiento individualizado

 

Así, el objetivo del proyecto, que comenzó en 2004, es obtener semillas libres de virus para tener, a partir de ellas, plantas sanas. A partir de un material seleccionado por su buena calidad se cultivan plantas de judía de forma individualizada en los invernaderos de la Escuela Superior y Técnica de Ingeniería Agraria de la Universidad de León, sede del Laboratorio. Se evita así la entrada de insectos vectores, una de las fuentes de transmisión del virus (la otra es la propia semilla). Con estas condiciones de crecimiento controladas se obtiene un material libre de virus.

 

A cada planta se le realiza el Test ELISA para ver si está infectada, una prueba basada en la reacción antígeno-anticuerpo. Si se comprueba que está infectada se elimina y no sigue el proceso de cultivo. En el momento de la cosecha se vuelve a comprobar que la planta no es portadora del virus. “Este tipo de enfermedades no se pueden controlar con ningún producto químico”, aclara Campelo, “por lo que para controlarlas habría que recurrir a programas de mejora genética o a otros que no modifiquen genéticamente la planta porque hay una serie de cualidades propias que se quieren conservar". Dentro de estos últimos se incluye el que se está desarrollando el Laboratorio, con el que colabora la Diputación Provincial de León.

 

Llegar a la producción

 

Según el equipo que trabaja en el proyecto, el objetivo final consiste en “obtener una cantidad de semilla suficiente para poder reproducirla a mayor escala”. Este objetivo es además un reto puesto que, mientras que en otros lugares (Asturias) se realiza con una sola variedad, aquí se hace con tres porque todas ellas tienen una calidad reconocida. Además, “el problema es que al sacarla al campo la semilla se puede volver a infectar a través de insectos vectores que transmiten el virus desde cultivos cercanos infectados".

 

De momento, el proyecto se desarrolla a pequeña escala. Para conseguir un número suficiente de semillas sanas para introducirlo en la producción “el estudio tendría que salir del ámbito de la investigación y entrar en el de la producción”, matiza la directora del Laboratorio.