Las ecocardiografías en tres dimensiones mejoran la posibilidad de realizar diagnósticos
JPA/DICYT El Colegio de Médicos de Salamanca acoge esta tarde una conferencia del doctor Antonio Arribas, miembros del Servicio de Cardiología del Hospital Clínico Universitario de la ciudad, con el objetivo de actualizar los conocimientos de los profesionales médicos sobre ecocardiografía, una técnica que a través de ultrasonidos permite a los especialistas obtener una imagen y realizar un diagnóstico. Después de más de 40 años de aplicación, las gran novedad que ofrecen los avances actuales es la posibilidad de ver las imagenes resultantes en tres dimensiones, aunque esta tecnología sólo está disponible por el momento en grandes complejos hospitalarios.
A lo largo de las últimas décadas, "la técnica ha pasado de ofrecer imágenes en una dimensión, a las dos dimensiones y ahora ya está disponible en 3D", un avance que mejora la posibilidad de realizar diagnósticos. Sin embargo, "esta novedad aún está muy poco extendida, en Salamanca todavía no se ha implantado", ha explicado Antonio Arribas a DICYT. Por eso, su intervención se centrará en el uso más rutinario de la ecocardiografía, una información útil tanto para médicos de Atención Primaria como Especializada.
En cualquier caso, "es una técnica fundamental, los ultrasonidos se traducen a una imagen que refleja las estructuras cardiacas", comenta el experto. Esto permite realizar diagnósticos sobre cardiopatías, análisis de válvulas, de la función ventricular y de la estructura del corazón y poder realizar pronósticos en caso de que los médicos detecten anomalías, ya que los movimientos cardiacos quedan recogidos en las imágenes.
¿En qué consiste?
La ecocardiografía es un procedimiento utilizado para evaluar las estructuras y el funcionamiento del corazón. Para ellos se coloca una pequeña sonda llamada transductor sobre el tórax del paciente, la cual envía ondas sonoras ultrasónicas a una frecuencia demasiado alta como para que resulten audibles. Cuando el transductor se coloca sobre el tórax del paciente en ciertos lugares y con determinados ángulos, las ondas sonoras ultrasónicas atraviesan la piel y otros tejidos del cuerpo hasta llegar a los tejidos del corazón, rebotando en las estructuras cardíacas. El transductor recoge las ondas rebotadas (eco) y las envía a un ordenador que se encarga de interpretar los ecos generando una imagen de las paredes y las válvulas del corazón.