Technology Spain , Burgos, Wednesday, May 23 of 2007, 16:59

Las técnicas de la química al servicio de la recuperación de Bienes Culturales

La inmersión en xileno y en acetona han sido algunas de las técnicas utilizadas para la recuperación de tres piezas arqueológicas

SC/DICYT Los alumnos de la Escuela Superior de Restauración de Bienes Culturales de la Fundación Cristóbal Gabarrón, utilizando técnicas químicas diversas, han finalizado los trabajos de restauración de un total de tres piezas arqueológicas del museo de los dinosaurios de Salas de los Infantes. Un proyecto de recuperación que ha sido posible gracias al convenio que la Fundación Cristóbal Gabarrón y la Fundación para el Estudio de los Dinosaurios de Castilla y León suscribieron el año pasado. En concreto, las piezas restauradas han sido un hacha plana de bronce y dos puntas de lanza tubular de bronce.


Con el objetivo de eliminar una parte de los productos de corrosión, considerados como negativos para la conservación de la pieza, el tratamiento que se ha llevado a cabo se ha centrado en recobrar lo máximo posible las superficies antiguas, las formas y decoraciones, así como las huellas de uso.


Como trabajos previos, las piezas se habían sometido a una primera intervención en la que se aplicaron una serie de productos tales como una resina natural o varias ceras sintéticas. Según ha hecho público hoy la Fundación Dinosaurios se procedió a retirarlos químicamente mediante inmersión en xileno con la ayuda de torundas de algodón para poder acceder a los productos de corrosión que se pretendían eliminar.


En el taller sólo se han realizado intervenciones de tipo mecánico, ya que, según las mismas fuentes, son las más sencillas de realizar. Estos tratamientos, que sirven para limpiar la superficie del objeto, han consistido en la intervención con bisturí y microtorno. Se han eliminado en lo posible los cloruros, respetando los carbonatos básicos de cobre -azurita y malaquita-, así como cuprita y la tenorita en los lugares en los que iban apareciendo.


Una vez terminado este proceso, el más largo y costoso, se procedió a la desecación química de las piezas por inmersión en acetona para evitar en lo posible la permanencia de zonas con humedad antes de proceder a su protección final.