Las universidades de Salamanca y León se encargan de medir la concentración de polen en la Comunidad
JPA/DICYT La Universidad de Salamanca y la Universidad de León se encargan de medir la concentración de polen en todas las provincias de la Comunidad y de enviar los datos semanales a la Consejería de Sanidad de la Junta, que financia el proyecto. Estos datos sirven para realizar predicciones e informar a los alérgicos sobre las clases de polen que hay en el aire en determinadas épcoas y sus niveles de concentración.
En Salamanca, los científicos encargados de atender parte de la red de aerobiología formada por varias estaciones en todas las capitales de provincia y otras localidades de la región pertenecen al Grupo de Palinología y Conservación Vegetal, dirigido por José Sánchez Sánchez, que está adscrito al Centro Hispanoluso de Investigaciones Agrarias (Ciale), que próximamente se pondrá en marcha en el campus de Villamayor. En concreto, miden el polen de Ávila, Segovia, Valladolid y Salamanca, mientras que el resto de las provincias están asignadas a León.
"El instrumento que permite la medición es una pequeña estructura montada sobre una veleta para que la zona de captación esté siempre orientada hacia la dirección principal del viento", ha explicado a DICYT José Sánchez. "Dentro lleva una cinta con una sustancia adhesiva en la que se pegan los granos de polen, esta cinta va sobre un tambor que permite tener una lectura cada semana, de forma que sólo se cambia cada siete días", señala. Cada vez que pasa este periodo, los investigadores recogen la cinta y, conociendo la velocidad a la que gira el tambor, que es constante, pueden saber qué parte corresponde a cada día. "Avanza dos milímetros por hora, así que al analizarlo en el microscopio, podemos ver, por ejemplo, que la máxima concentración de pólenes se produce por la mañana", señala.
Correlación con datos meteorológicos
En el caso de Salamanca, existen dos dispositivos de medición, uno ubicado en la azotea de la Facultad de Farmacia y otro cerca de la Plaza del Mercado. "Es importante detectar la concentración y el tipo de polen, porque algunos de los que aparecen en la atmósfera son realmente alergénicos, de manera que sabiendo la concentración que hay en determinados días y semanas se pueden hacer previsiones para los alérgicos al polen de olivo, por ejemplo, que se basan en los datos de muchos años correlacionados con las condiciones meteorológicas", apunta.
La mayor parte del trabajo recae en Salamanca sobre David Rodríguez y Estefanía Sánchez, del grupo de Palinología y Conservación Vegetal, que se encuentran realizando sendas tesis doctorales sobre la relación del polen con las alergias. Los datos que obtienen, además de ir a parar a la Consejería de Sanidad, se envían también a la Red Española de Aerobiología, que proporciona datos a posibles interesados, incluidos los medios de comunicación.