Social Sciences Spain , Salamanca, Wednesday, June 17 of 2009, 18:28

Los especialistas en vida artificial aplican el concepto de selección natural a sus modelos

El congreso 'La idea de evolución. 150 años después de Darwin' analiza el concepto de vida

José Pichel Andrés/DICYT La teoría de la selección natural que enunció Carles Darwin hace un siglo y medio y que explica la idea de evolución de las especies se aplica hoy en día a otras muchas disciplinas, entre ellas, la que estudia la vida artificial. Para investigar en este campo, que busca los fundamentos que dan lugar o que podrían dar lugar a la vida, se aplican simulaciones y modelos que, en parte, están basados en el evolucionismo, según una de las ideas expuestas hoy en el congreso La idea de evolución. 150 años después de Darwin, que vive hoy su segunda jornada en Salamanca.

 

"Las investigaciones sobre vida artificial se relacionan con la Teoría de la Evolución en la medida en que tratan de explorar la Biología y entender qué es la vida, su definición y su origen", ha declarado a DiCYT Jon Umerez, experto de la Universidad del País Vasco. Gracias a los nuevos medios computacionales y robóticos se pueden poner a prueba algunas teorías. En este sentido, "una vez que tenemos planteada esta nueva disciplina, una de las herramientas fundamentales es aplicar la selección natural a muchos de los modelos, como ecologías artificiales, organismos simulados que se crean en el ordenador o también artefactos que, colocados en un determinado entorno, permiten estudiar cómo pueden evolucionar, cómo se pueden adaptar y aprender", apunta el investigador. El campo de la vida artificial es una disciplina "muy amplia", pero incorpora la idea de evolución por selección natural "como mecanismo fundamental, aunque no el único", matiza.

 

El concepto de vida artificial hace referencia a una disciplina muy concreta que tiene poco más de 20 años de existencia. “Trata de estudiar la vida de otra forma, no tal y como la conocemos en la Tierra, que es el único ejemplo que tenemos, sino que se plantea cómo puede ser la vida en cualquier otro entorno y con otras materias como base. La vida artificial tiene un planteamiento muy formalista, intenta explorar cuáles son las propiedades formales de la vida e intenta explorarlas”, comenta Umerez.

 

El adjetivo "artificial" se refiere a un diseño por parte del ser humano, pero esta disciplina se queda en eso, puesto que aspira a desarrollar sistema que pueda ser artificial en la medida en que no se encuentra en la naturaleza, de manera que no esté hecho de carbono, pero sin estar fabricados directamente por el ser humano. "Se trata de ampliar el estudio de la vida, saber cómo podría ser y no quedarnos sólo en el estudio de lo que conocemos. No sólo es la vida basada en el carbono, sino en el silicio u otros materiales. En cualquier caso, esto conlleva un presupuesto filosófico discutible incluso dentro de esta disciplina", indica el especialista.

 

Inteligencia artificial

 

La disciplina que aborda la vida artificial se distingue de la inteligencia artificial, aunque comparten técnicas y enfoques, puesto que la segunda "busca sistemas independientes del creador, aunque sean interacciones simples". Sin embargo, frente a la visión humanizada que la cultura popular tiene de los robots, “gran parte de la robótica que se ha desarrollado es muy precisa, con el objetivo de realizar tareas muy exactas diseñadas por ingenieros en un trabajo previo”. Así, un determinado artefacto realiza una serie de movimientos y obtiene un resultado preciso, algo que no sucede en la naturaleza.

 

Por el contrario, conseguir que un artefacto pueda adquirir rasgos que no tenga programados en el momento de la construcción es “la parte más interesante para este tipo de debates que tratan de comprender mejor qué es la vida, pero no para la industria”.

 

Además, surge el problema de definir qué es la inteligencia, que lleva a un debate filosófico. "La inteligencia ha sido fruto de una serie de organismos vivos que han evolucionado, de manera que para hablar de inteligencia artificial tendríamos que pensar primero en cómo se puede obtener un ser vivo y, a partir de ahí, plantearnos cómo puede tener inteligencia", afirma Umerez. En cualquier caso, "es más práctico plantear qué tipo de acciones pueden hacer los robots y qué tipos de rasgos pueden adquirir, además de cómo los adquieren". En su opinión, "las máquinas más poderosas que tenemos son los ordenadores, que trabajan con operaciones preestablecidas y la interpretación de lo que hacen está fuera, en el usuario". En cuanto a los robots, los actos que realizan son sencillos, como ser capaz de encontrar una fuente de energía o moverse sin chocarse en un entorno desconocido que va explorando.
 

Los campos reservados a la Ciencia 
La segunda jornada del congreso La idea de evolución. 150 años después de Darwin, organizado por el Instituto de Estudios de la Ciencia y la Tecnología (ECYT) de la Universidad de Salamanca, ha analizado el concepto de vida y ha abordado también las implicaciones culturales del evolucionismo, contado con la participación de un experto en Filosofía de la Ciencia como Evandro Agazzi. Este catedrático de la Universidad de Génova ha criticado tanto a quienes consideran que la Ciencia debe tener respuestas para todo como a quienes la rechazan, precisamente, porque hay campos que no aborda. Además de Evandro Agazzi y Jon Umerez, han participado en la jornada de hoy Antonio Diéguez Lucena, de la Universidad de Málaga; León Olivé, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Ramón López de Mantaras, director del Instituto de Investigación en Inteligencia Artificial del CSIC.