Los expertos trabajan en la mejora del tratamiento para la tuberculosis
JPA/DICYT El VII Congreso de la Sociedad Española de Medicina Tropical y Salud Internacional (Semtsi), que ha tenido lugar en Salamanca a lo largo de la semana, ha finalizado hoy con la conferencia plenaria de José Antonio Caminero, experto del Hospital General de Gran Canaria Doctor Negrín, autor de investigaciones aparecidas en revistas internacionales sobre tuberculosis, una enfermedad infecciosa que sigue siendo muy prevalente en los países con menos recursos económicos. El experto ha explicado que los científicos de todo el mundo que investigan esta enfermedad tienen como principal objetivo mejorar los tratamientos actuales, que son largos y complicados.
"Es una enfermedad más descontrolada de lo que se piensa, de entre las patologías infecciosas es la tercera que más muertes causa en el mundo y la más carente de métodos diagnóstic os y de tratamientos", ha declarado a DiCYT José Antonio Caminero. "Es la enfermedad de los más pobres, porque aparece sobre todo en los lugares con hacinamiento y tiene un gran poder de transmisión", señala, calificando de "fracaso del desarrollo" el hecho de que en la actualidad siga siendo tan prevalente.
El bacilo de Koch es el responsable de esta patología que puede afectar a varios órganos del cuerpo, aunque el tipo de tuberculosis más frecuente es la que afecta a los pulmones, un 80% de los casos, y se manifiesta sobre todo en forma de tos. "Al toser, el enfermo expulsa numerosos microbios que quedan en el aire y son inhalados por vía aérea por quienes le rodean", explica.
La investigación en tuberculosis sigue teniendo muchos puntos de mira. En el conjunto del mundo, lo que más preocupa es mejorar las terapias para que se reduzca el largo periodo que un paciente tiene que estar en tratamiento, que puede durar hasta medio año. Esto supone una gran dificultad para tratar a los pacientes, ya que, especialmente en las zonas pobres, abandonan el tratamiento cuando ven que mejoran apenas un mes después de haberlo iniciado.
En cuanto a los métodos de diagnóstico, en la mayoría de los casos se sigue utilizando la baciloscopia, a pesar de que técnicas mucho más modernas, como la PCR ofrecerían más garantías. "Uno de los problemas es que el enfermo llega a la consulta muy tarde, ya que los síntomas en principio son poco alarmantes y podrían confundirse con un catarro, pero mientras tanto, ha contagiado mucho.
Tuberculosis resistentes
El Hospital General de Gran Canaria trabaja en el manejo clínico de los pacientes con tuberculosis resistentes, de los cuales se calcula que puede existir medio millón en el mundo. Una tuberculosis puede convertirse en resistente por un mal manejo de la administración de los tres antibióticos que hay que tomar contra la infección. Así, cuando los médicos sólo cuentan con uno de ellos, se lo administran al paciente, pero esto no acaba con las bacterias, de manera que en realidad se acaban haciendo más resistentes. Para combatir este problema, los investigadores canarios tienen varios abordajes.
"En la década de los 60 se descartaron una serie de fármacos por ser poco eficaces, caros y tóxicos, pero una opción es volver a recuperarlos en combinación con fármacos nuevos, que también son caros y tóxicos, pero eficaces", señala Caminero, una investigación clínica con una tasa de éxito "aceptable", asegura.
Otra línea de investigación que le está dando muchos frutos a este grupo de investigación es la detección de cepas afectadas a través de técnicas de Biología molecular. "Existen cepas de la infección mucho más virulentas que otras y esto puede ser un problema, porque con el paso del timpo, si en una determinada zona existe una cepa más virulenta y otra menos, siempre sobrevive la más agresiva y esto puede ser un problema a largo plazo", indica, tras haber realizado importantes publicaciones al respecto en revistas internacionales.
Baja tasa histórica en Castilla y León | |
José Antonio Caminero ha explicado que en España la incidencia de la tuberculosis se sitúa entre 25 y 30 casos nuevos por cada 100.000 habitantes al año, lo cual supone no más de 15.000 pacientes. Aunque en otras épocas de la historia la prevalencia ha sido mucho mayor, el experto recuerda que en la zona de Castilla las condiciones sociales, económicas e históricas siempre han hecho que la enfermedad no se manifieste en masa. Según ha explicado, el hecho de ser una tierra de minifundios contribuyó a que históricamente la población estuviese mejor alimentada y la ausencia de industrialización posterior también ha evitado el hacinamiento que hace proliferar la infección. |