Tecnología España , Salamanca, Mi茅rcoles, 10 de marzo de 2010 a las 15:17

Los ge贸logos plantear谩n entre 40 y 60 lugares favorables para almacenar CO2 en Espa帽a

Un experto del Instituto Geol贸gico y Minero de Espa帽a (IGME) explica en Salamanca que el almacenamiento de CO2 es una de las opciones para reducir la emisi贸n de gases de efecto invernadero

José Pichel Andrés/DICYT El director del Departamento de Investigación y Prospectiva Geocientífica del Instituto Geológico y Minero de España (IGME), Vicente Gabaldón López, ha anunciado hoy en Salamanca que el próximo mes de junio será presentado un catálogo de entre 40 y 60 estructuras geológicas favorables al almacenamiento de dióxido de carbono (CO2), aunque sobre esas propuestas "habrá que realizar más investigaciones para evaluar con precisión la cantidad de este gas de efecto invernadero que se podría almacenar. Una de las opciones para reducir las emisiones de CO2 que son responsables del cambio climático es almacenarlo bajo tierra a gran profundidad, aunque aún hay que perfeccionar la tecnología a través de proyectos como los de la Fundación Ciudad de la Energía (Ciuden) de El Bierzo, según explica el experto.

 

"El CO2 produce efecto invernadero y, como consecuencia, un calentamiento global que conduce al cambio climático. El almacenacimiento geológico significa capturar el CO2 en las fuentes de emisión, ponerlo en condiciones adecuadas para su inyección en el subsuelo y almacenarlo, porque supuestamente existe una capacidad ilimitada para hacerlo", ha señalado el experto en declaraciones a DiCYT momentos antes de ofrecer una conferencia sobre este tema en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Salamanca.

 

Para realizar todo este proceso, se están desarrollando las denominadas tecnologías CAC (captura y almacenamiento de carbono). Una directiva europea obliga a todos los países de la Unión Europea a trabajar en este sentido con el objetivo de dar solución a tres problemas: la captura, el transporte y el almaceniamiento. En el captura, el problema es la separación del CO2 de otros gases producto de la combustión o del uso industrial. Asimismo, resolver el problema del transporte hasta el lugar de almacenamiento supone otro reto. Finalmente, hay que encontrar un lugar en el subsuelo que esté "en condiciones de seguridad para que quede atrapado indefinidamente, sin riesgo de escape, en un lugar análogo a las trampas de petróleo, ya que en ellas contienen un fluido que no escapa salvo que se haga un sondeo". En definitiva, el objetivo es almacenar CO2 en condiciones de seguridad.

 

Tres lugares adecuados

 

Los expertos sugieren tres lugares adecuados para este almacenamiento: los campos de gas y petróleo agotados, porque contenían un fluido que no escapaba; los acuíferos salinos muy profundos, ya que no afectaría al agua útil para consumo humano; y las trampas de carbón muy profundas sin interés económico minero.

España no tendría demasiada capacidad ni en el caso del petróleo ni del carbón, pero en sí en cuanto a los acuíferos profundos, puesto que presenta una gran cantidad de terrenos con rocas porosas que filtran el agua hasta grandes profundidades. De hecho, casi dos tercios del territorio español está formado por rocas sedimentarias, así que, en teoría habría mucha capacidad de almacenamiento.

 

Sin embargo, la tecnología aún no está a punto, porque "para realizar la inyección de CO2 en el subsuelo hay que llevarlo al estado supercrítico", en unas condiciones determinadas de presión y temperatura. Eso tiene un coste energético que se puede asumir, pero también supone realizar una inyección a una profundidad que estaría por debajo de 800 ó 1.000 metros. "Salvo en plan experimental aún no se ha desarrollado en ningún lugar del mundo" esta inyección en estado supercrítico. En España, "hay un proyecto de la Fundación Ciudad de la Energía que pretende realizar una inyección piloto de CO2 procedente de una planta, también piloto, de captura de CO2.

 

Un reto para 2020

 

Para el 2015 se prevé que en toda Europa haya plantas experimentales con el ciclo de captura y almacenamiento de CO2 para demostrar que es viable y rentable esta tecnología. Para el 2020 habría que tener centrales térmicas de producción de energía eléctrica con captura y almacenamiento y lugares de almacenamiento para inyectar millones de toneladas de CO2 por año. "La Unión Europea dice que hay que reducir las emisiones y, si no hay energías alternativas, habrá que seguir usando carbón, petróleo y gas para producir energía; además de que otras industrias también lo emiten", señala Vicente Gabaldón.

 

Este experto del IGME reconoce que el debate sobre el almacenamiento de CO2 puede generar un debate similar al que ha creado la instalación de un cementerio nuclear en España, pero considera que se trata de asuntos muy distintos. "Debate habrá y eso es bueno, pero no tiene nada que ver con los residuos radiactivos, el CO2 lo respiramos y lo emitimos todos y el problema de posibles grandes fugas se resuelve técnicamente con estructuras adecuadas, así que no se debería generar debate por el hecho que de que sea una actividad de riesgo", indica, sino que el debate puede estar en la apuesta por la energías renovables o por seguir explotando los combustibles fósiles que originan el CO2.