Los mayores de 60 años deben incrementar el aporte proteico de sus dietas

CGP/DICYT Jesús Ignacio Pachón, vocal de nutrición del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Valladolid (Cofva), ha ofrecido hoy una charla sobre hábitos y recomendaciones nutricionales en personas mayores en el marco del ciclo de conferencias Tu farmacéutico, doce meses ceca de ti. El experto ha hecho hincapié en los cambios psicosociales y la presencia de enfermedades que caracteriza la llegada a una edad madura, “por lo que resulta necesario analizar las realidades individuales de cada mayor y adoptar nuevos hábitos alimentarios que garanticen una mayor calidad de vida”.

“El abandono de la actividad laboral, la falta de autonomía, la soledad o el desconocimiento de una alimentación saludable son realidades que se están percibiendo entre el colectivo de personas mayores”, ha explicado Pachón, quien además enumeró las enfermedades más habituales asociadas al envejecimiento como son “las cardiovasculares, la hipertensión, la osteoporosis, las anemias, la demencia o el cáncer, entre otros”.

Según la información facilitada por el Cofva, los estudios llevados a cabo reflejan un descenso del consumo energético de un 10 por ciento cada diez años a partir de los 60 años, “por lo que se hace necesario incrementar el aporte proteico en las dietas, y en muchos casos también el aporte de micronutrientes”, ha precisado el farmacéutico.

En cuanto a las recomendaciones dietéticas, el vocal de nutrición destacó la conveniencia de incluir alimentos como la fibra, los lácteos, la verdura y hortalizas, la fruta, los cereales y las patatas de forma diaria, “y de forma menos frecuente la carne, el pescado, los huevos y las legumbres”. La ingesta de 1’5 a 2 litros de agua diarios, así como la práctica moderada pero diaria de ejercicio físico, completan las recomendaciones que completan unos hábitos de vida saludables y adaptados a edades maduras.

Dieta adaptada a diversas enfermedades

Por otro lado, analizó diferentes recomendaciones alimentarias para las personas afectadas por determinadas enfermedades. Así, en el caso de los mayores con problemas cardiovasculares “es importante la ingesta de dos a tres veces por semana de pescado azul; así como incrementar la presencia de fibra en la dieta y disminuir las grasas saturadas, la sal y el alcohol”.

En cuanto a las personas hipertensas es importante reducir la presencia de sodio en la dieta, así como el tabaco y el alcohol, reducir la ingesta de charcutería, de platos congelados y precocinados, y beber abundante agua. Otra de las patologías asociadas a la edad es el cáncer, “donde es habitual el riesgo de malnutrición calórico-proteica de los afectados”, señala Pachón, quien recomienda “realizar tres comidas completas al día, platos cocinados de forma sencilla y aumentar la ingesta de frutas, verdura y hortalizas frescas”.

Igualmente, las demencias condicionan de forma importante la alimentación de los mayores, donde suelen darse casos de deficiencia vitamínica del enfermo. “Los más idóneo es realizar la ingesta en un único plato y en el caso de presentar problemas de deglución hacer uso de los purés”, aseguró el especialista.