Los nuevos usos de las plantas van desde procesos de descontaminación hasta la localización de minas antipersona
María Jesús Fernández/DICYT Las plantas pueden convertirse en antídotos contra los efectos de la contaminación mediante la absorción o degradación de los elementos contaminantes, una técnica que ha comenzado a emplearse en las salidas de aguas residuales, si bien tiene un alto coste económico. Esta es una de las infinitas posibilidades de aplicación del aprovechamiento de las propiedades de las plantas que se han puesto de relieve durante la jornada de hoy del IV Congreso de Fisiología Vegetal Aplicada, que se celebra en León, en la que se han abordado las nuevas propiedades de las plantas, que podrían ser usadas, incluso, para localizar minas antipersona.
Este tipo de aplicaciones tienen un carácter eminentemente ecológico, y se engloban bajo el término de fitodescontaminación, que se utiliza para hacer referencia a todas aquellas técnicas de descontaminación que hacen uso de las propiedades de las plantas y que pueden ser empleadas para subsanar suelos contaminados por fábricas, e incluso para paliar los devastadores efectos de las contaminaciones de costas causadas por naufragios de petroleros.
Sin embargo, la mayor parte de estas técnicas de descontaminación todavía no tienen una aplicación real en la actualidad debido a su alto coste y la falta de pruebas empíricas acerca de los resultados y riesgos que pueda correr el proceso. Entre las que ya sí emplean en la actualidad se encuentra la rizofiltración, que se utiliza en la descontaminacion de aguas residuales.
El coordinador del congreso y profesor responsable del Área de Fisiología Vegetal de la Universidad de León, José Luis Acebes, explica a DICYT que la técnica de rizofiltración consiste en colocar plantas con gran proporción de raíces, como el sauce, en salidas de aguas residuales. Según precisa, mediante esta técnica se consigue absorver los contaminantes presentes en este tipo de aguas, no sólo a través de las raíces sino también gracias a los microorganismo contenidos en ellas.
Las plantas empleadas en estos procesos se conocen como hiperacumuladoras, precisamente por su propiedad de absorción. Sin embargo, hay plantas que no presentan este tipo de características y es entonces cuando se recurre a la aplicación de la biotecnología. Este ha sido el tema de la exposición que han realizado dos de las alumnas que han intervenido en la jornada de hoy del congreso como ponentes. Marina López y Mercedes Martínez explican que la biotecnología se utiliza para mejorar las características de las plantas o introducir genes de otros organismos, como las bacterias, en plantas que no tenían esas características.
El profesor Acebes señala que en ámbitos como la fitominería (extración de metales del suelo mediante uso de plantas), se han hecho estudios que han demostrado la rentabilidad de estos procesos. Según este experto, para ello tendría que hacerse uso de plantas con gran capacidad de absorción para recuperar metales con alto coste en el mercado como el niquel. También asegura que, por el momento, ninguna empresa a nivel mundial ha apostado por este tipo de métodos, que deben ser aplicados en determinados suelos que contengan una concentración suficiente de metales pero no tan alta que impidiera el desarrollo de la planta.
Plantas contra minas antipersona
Fuera de los temas contemplados dentro del programa del congreso, José Luis Acebes dice tener constancia de investigaciones en las que se utilizan plantas transgénicas en la localización de minas antipersona. Según los datos que maneja, se trata de una técnica consistente en rociar las semillas de la planta en campos en los que se sospecha que puede haber minas antipersona, de forma que sea la propia planta la que alerte sobre la presencia de artefactos explosivos mediante reacciones como el cambio de color.