Alimentación España , Valladolid, Miércoles, 12 de enero de 2005 a las 12:08

Microorganismos para acabar con la contaminación

Un equipo de investigadores de la Universidad de Valladolid estudia la utilización de minúsculos seres vivos para deshacer sustancias tóxicas

Beatriz G. Amandi/DICYT El profesor Santiago Villaverde, del Departamento de Ingeniería Química de la Universidad de Valladolid, es el encargado de desarrollar un proyecto que analizará el comportamiento de determinados microorganismos ante la presencia de compuestos volátiles orgánicos, como son los hidrocarburos o algunos disolventes. Se trata de conocer cuáles son capaces de adaptarse a la presencia de estos tóxicos e incluso luchar contra ellos degradándolos y contribuyendo, con ello, a mejorar el medio ambiente. Hasta el momento ya saben que estos microorganismos existen, y su trabajo se centra ahora en saber cuál es su comportamiento y cómo mutan, por lo que se preparan para analizarlos analizarlos genéticamente.

Según indicó Santiago Villaverde, este trabajo parte de la búsqueda de fórmulas para conseguir la descontaminación de compuestos volátiles orgánicos, como son los hidrocarburos, que son altamente tóxicos y tienen una capacidad importante para pasar a distintos estados y contaminarlos, por lo que se pueden encontrar tanto en forma de vapor como disueltos en líquidos o en fase sólida contaminando suelos.

Los compuestos volátiles orgánicos pueden ser de alta toxicidad y tienen un probado carácter cancerigeno. Los que más problemas generan, además de los hidrocarburos como gasolinas o gasóleos, son el benceno, tolueno, xileno y el etilbenceno, empleados como disolventes orgánicos. Entre las fórmulas habituales de contaminación aparecen las fugas que se pueden producir durante su transporte, los vertidos en suelos y acuíferos o las emanaciones en forma de gas.

Villaverde señala que el impacto ambiental se intenta solucionar mediante diferentes tecnologías que intentan mitigarlo. Así, se aplican procesos de oxidación química, de degradación en agua supercrítica o, simplemente, son incinerados. Sin embargo, todos ellos son procesos muy caros, por lo que su grupo de investigación comenzó una nueva línea de trabajo que trata de “encontrar las soluciones a través de los recursos de la propia naturaleza”.

Según resalta “la naturaleza es sabia y tienen infinitos recursos”, y se han descubierto ciertos microorganismos en suelos donde ha habido accidentes o derrames, que demuestran que se ha llevado a cabo una cierta degradación de la contaminación, sin necesidad de la intervención externa. El experto asegura que “en un centímetro cuadrado de suelo puede haber un millón de microorganismos” y sus estudios demuestran que algunos han desarrollado las herramientas bioquímicas necesarias para degradar la contaminación y limpiar el suelo de la zona.

Las pseudomonas

En estos momentos los investigadores vallisoletanos trabajan con un tipo de microorganismos concretos llamados pseudomonas. Sus trabajos hasta ahora han mostrado que estos microorganismos mutan y realizan su labor descontaminante durante un tiempo, pero después pasan a ser microorganismos inútiles para esa función que, únicamente, consumen nutrientes pero no actúan contra la contaminación.

Esto supone que los procesos de descontaminación que han intentado realizar en los reactores carecen de la estabilidad necesaria para desarrollar un sistema de degradación de contaminantes que pueda ser empleado en la industria.

Así, en los próximos meses comenzarán una nueva línea de trabajo con la finalidad de conseguir conocer exactamente cuáles son las mutaciones que impiden a los microorganismos seguir realizando su labor contra la contaminación. Resalta Villaverde que “estos microorganismos ya vienen con esa capacidad de degradación, y lo que hay que intentar es que la exposición prolongada a concentraciones determinadas de tóxico no les provoquen la muerte o mutaciones que cambian su función”.

Para el desarrollo de esta parte contarán con la colaboración de un investigador holandés, Kees Roest, un especialista en genética que trabajará en el nuevo laboratorio de Microbiología y Biotecnología que se está terminando de instalar en la Facultad de Ciencias. El proyecto cuenta ya con financiación hasta 2006, año en que se espera poder contar con resultados suficientes para retomar el desarrollo de reactores biológicos que degraden este tipo de compuestos volátiles.

 

La vida del microorganismo
Los microorganismos que estudia Santiago Villaverde son pequeños seres vivos que para subsistir necesitan de oxígeno y nutrientes como el fósforo o el nitrógeno y que, a cambio, realizan diferentes funciones en la naturaleza. En este caso, las funciones que realizan permiten degradar compuestos tóxicos para los seres humanos y para la naturaleza, de ahí la importancia de su labor. De conseguir desarrollar una técnica lo suficientemente estable y ajustada desde el punto de vista económico, se conseguiría un sistema descontaminante basado en principios respetuosos con el medio ambiente, ya que se estarían empleando herramientas existentes en la naturaleza.