Los profesionales debaten sobre las formas de hacer más popular la comunicación científica
JPA/DICYT La Facultad de Comunicación de la Universidad Pontificia de Salamanca acogió hoy la segunda y última sesión de las I Jornadas #ComunicarCiencia 2014, organizadas por la institución académica en colaboración con la Asociación Salmantina de Periodistas (ASPE) y la agencia DiCYT. Por segundo día consecutivo, este encuentro ha servido para transmitir la importancia que para la sociedad tiene la comunicación de la ciencia, así como para que los profesionales debatan sobre la mejor manera de divulgar el trabajo de los científicos.
Clara Grima, matemática de la Universidad de Sevilla y reconocida divulgadora científica a través del blog ‘Mati y sus mateaventuras’, varias veces premiado, además de colaboradora de numerosos medios de comunicación, ha explicado su trayectoria desde la investigación a la divulgación de la ciencia.
En su esfuerzo por hacer comprender las matemáticas a pequeños y mayores, Clara Grima no ha ahorrado ejemplos de cómo esta materia no sólo puede ser comprensible sino hasta divertida y necesaria. En el caso de los medios de comunicación, ha mostrado varios casos de ‘anumerismo’ o mala comprensión de las cifras en cuestiones tan simples como algunos gráficos o más complejas, como la escala Richter, que se utiliza para medir los terremotos y en la que “la magnitud 8 no es el doble de 4, sino mucho más, porque se trata de una escala logarítmica”.
Por su parte, Jorge Alcalde, director de la revista de divulgación científica Quo, ha establecido comparaciones entre el periodismo científico y el deportivo para afirmar que la ciencia también debería convertirse en un gran espectáculo para el público. En ese sentido ha contado la iniciativa de su publicación de vestir a los principales científicos españoles con la camiseta de la selección española del fútbol, que tuvo una enorme repercusión.
Más público que la prensa del corazón
Según Alcalde, sólo el mercado de las revistas de divulgación científica en España tiene un público de seis millones de personas, más que la prensa del corazón, y el interés del público por la ciencia no deja de crecer en los últimos años, de acuerdo con las encuestas. Por eso, se mostró muy esperanzado en el futuro de la comunicación científica, aunque abogó por mejorar la difusión que se realiza para popularizar la ciencia sin sacrificar el rigor.
Para finalizar las jornadas, los dos ponentes de hoy junto con los de ayer, José Manuel Nieves y Mauricio José Schwarz, participaron en una mesa redonda en la que se debatieron varios asuntos de interés. Por ejemplo, si los especialistas en ciencia deben acudir a programas de pseudociencias para llegar a un público más amplio o si deben evitarlo para no darles legitimidad.
Asimismo, analizaron hasta qué punto los periodistas deben aceptar como fuente principal las publicaciones científicas o ir más allá para contrastar la información y, en la misma línea, si se deben hacer eco de las posturas no avaladas por la ciencia.