Alimentación España , León, Viernes, 12 de febrero de 2010 a las 13:16

Recomiendan a los productores de maíz informar de los vegetales extraños que encuentren en sus cultivos

Expertos nacionales muestran en León la importancia de una red de expertos para la detección rápida de plantas invasoras

AMR/DICYT El Abutilon theophrasti es una planta pariente lejana de la malva (pertenecen a la misma familia, la Malvaceae) que desde 1980 ha ocasionado unas pérdidas económicas directas en el cultivo del maíz de unos siete millones de euros en una pequeña comarca del centro de Lérida. Otra especie invasora, de características ecológicas similares, llamada Sicyos angulatus se detectó en la misma zona, la Plana de Urgel, en 2002. En siete campañas agrícolas su control y erradicación ha costado cerca de 78.000 euros. ¿Por qué especies tan parecidas producen daños económicos tan diferentes? Expertos de la Sociedad Española de Malherbología, reunidos en León, creen que ha existido una clave: la detección precoz.

 

Científicos de organismos públicos de investigación, técnicos de la Administración y personal de empresas productoras de herbicidas se reunieron recientemente en la Escuela Superior y Técnica de Ingeniería Agraria de León para analizar la presencia de malas hierbas en los cultivos de maíz. La provincia de León es la mayor productora de este cereal, donde en tierras del Páramo es habitual el paisaje de maizales. En los últimos años, debido a cambios en el manejo como la introducción del barbecho o la rotación de cultivos o el menor uso de herbicidas, nuevas malas hierbas han ido introduciéndose en las tierras. "Para reducir los problemas que ocasionan, es fundamental que exista un sistema de detección temprano de estas especies invasoras", indica a DiCYT el investigador José Dorado, del Centro de Ciencias Medioambientales, centro propio del CSIC ubicado en Madrid.

 

Dorado recuerda la experiencia catalana con el Abutilon theophrasti y el Sicyos angulatus, una planta trepadora de origen americano que se aferra al tronco el maíz. Desde la Generalitat de Cataluña, se inició un plan de erradicación de esta última mala hierba invasora. Sólo habían pasado tres años desde que se detectó por primera vez. Un trabajo de personal de la Universidad de Lérida y del Servicio autonómico de Sanidad Vegetal recoge la experiencia. Los técnicos redujeron la presencia de el Sicyos en 18 parcelas afectadas en cuatro años, de las que en ocho no la detectaron en la última campaña agrícola, en 2009, lo que abre el camino "para su erradicación", recoge el informe.

 

La situación contrasta con la expansión del Abutilon. Desde 1980 a 2005 produjo pérdidas económicas de siete millones de euros, con campañas agrícolas que alcanzaban, a finales de los años 80, los 100 millones de pesetas. Estos gastos extras comprendían tanto el uso de herbicidas como la reducción de productividad de los campos. La situación ha ido remitiendo en los últimos años, pero aún se está lejos de la erradicación de la planta de la comarca de la Plana de Urgel, con una extensión de 6.000 hectáreas. Dorado considera que han incidido dos factores en el éxito de mitigación de daños del Sicyos respecto al Abutilon: "Una red de técnicos han detectado rápidamente el problema y, por otra parte, la legislación ha sido adecuada".

 

El científico del Grupo de Malherbología del Departamento de Protección Vegetal del centro del CSIC recomienda, por este motivo, que "los agricultores que cultiven maíz informen de los vegetales extraños que detecten en sus cultivos a técnicos de la Administración autonómica". A nivel legislativo, Dorado cree necesario que los diferentes ejecutivos regionales adopten leyes similares a la de Control Vegetal catalana. La Plana de Urgel posee algunas características orográficas parecidas al sur de la provincia de León: es una zona sin accidentes geográficos regada por afluentes del Ebro y canales donde abunda el cereal de regadío.