Semana 24 en el embarazo, clave para detectar diabetes gestacional
AGENCIA ID/DICYT De acuerdo a estadísticas del Instituto Mexicano del Seguro Social, 10 por ciento de las mujeres embarazadas padecen elevados niveles de glucosa en sangre durante la gestación, y de éstas la mitad desarrollará diabetes tipo II en los siguientes 10 años.
Entre las causas que contribuyen a que la mujer desarrolle diabetes gestacional están los antecedentes familiares, tener más de 25 años de edad al quedar embarazada, haber dado a luz un niño con más de cuatro kilogramos de peso y padecer sobrepeso u obesidad.
Otro factor es que cuando una mujer mayor de 35 años de edad decide embarazarse suele utilizar métodos con hormonas artificiales que pueden derivar en diabetes durante el embarazo.
“Debido a que en muchos casos la diabetes puede no causar síntomas, todas las embarazadas deben realizarse una prueba de tolerancia a la glucosa entre las semanas 24 y 28 para detectarla”, señala José Luis Suarez Solís, especialista de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
La prueba consiste en dar a la embarazada una carga de azúcar cada media hora y revisar sus niveles de azúcar en sangre, si las mediciones pasan los 126 miligramos por decilitro el diagnóstico es diabetes gestacional.
Causa y efecto
Durante el embarazo, la placenta suministra nutrientes y agua al feto en crecimiento; sin embargo, algunas de las hormonas que produce (estrógeno, cortisol y lactógeno) pueden bloquear el efecto de la insulina que de forma natural produce el páncreas.
Como efecto lógico a crecimiento de la placenta se genera mayor secreción hormonal y, en consecuencia, la madre aumenta su resistencia a la insulina, con la consiguiente incapacidad para asimilar glucosa en los tejidos.
En la mayoría de las gestantes, el páncreas es capaz de regular esta situación; no obstante, cuando su acción no es suficiente para contrarrestar el efecto de las hormonas placentales, el resultado es diabetes gestacional, explica el especialista de la UNAM.
Toda mujer, embarazada o no, debe mantener la concentración de glucosa en sangre lo más cercano posible a valores normales, es decir, entre 70 y 100 miligramos por decilitro (mg/dL); cuando estos niveles aumentan es preciso que la embarazada acuda con el médico.
“Las mujeres con diabetes gestacional deben tener cuidados especiales para mantener bajo control la glucosa en sangre, ya que el producto también puede verse afectado por trastornos como macrosomía (desarrollo o tamaño excesivo del recién nacido) que ocurre cuando el feto está expuesto a altas dosis de glucosa que almacena en forma de grasa e incrementa su tamaño y peso. Otra consecuencia que puede desarrollar es fractura de clavícula o brazo debido a su gran tamaño si nace vía vaginal; ante este riesgo se recomienda que el parto sea por cesárea.
“Posterior al nacimiento, el bebé de una madre diabética en la gestación puede desarrollar hipoglucemia (baja de glucosa en sangre), ya que al nacer tiene exceso de insulina y al no recibir el aporte de glucosa de la madre la cantidad de azúcar se eleva”, agregó el doctor José Luis Suarez Solís.
Cabe destacar que el tratamiento habitual que reciben las mujeres con diabetes gestacional es la insulina y la dosis de la misma se ajustará según la edad, peso, alimentación y hábitos de la paciente.
Asimismo, la mujer gestante con diabetes deberá tener cuidados especiales, como dieta balanceada, ejercicio moderado y los cuidados que el médico indique, a fin de que el embarazo transcurra sin contratiempos.
“Después que la mujer da a luz es común que la diabetes desaparezca, pero lo recomendable es que continúe bajo tratamiento y consulte a su médico, él le dará las indicaciones adecuadas, ya que de lo contrario el padecimiento puede persistir y desarrollarse diabetes mellitus tipo II”, finalizó el doctor Suarez Solís.