Social Sciences Spain El Barco de Ávila, Ávila, Tuesday, July 10 of 2007, 16:56

“Sólo el 7% de la energía total que se consume en el mundo procede de energías renovables”

El geólogo Antonio Gutiérrez apuesta por seguir utilizando georrecursos a la vez que se investigan nuevas alternativas

MMG /DICYT “El hombre no puede renunciar al progreso que ya ha adquirido”. Bajo esta premisa parte la teoría elaborada por el geólogo y profesor de la Universidad Autónoma de Madrid Antonio Gutiérrez Maroto, que hoy ha tomado parte en el IV Curso de Geoquímica Ambiental que la UNED está celebrando en El Barco de Ávila.

Según él, “la población del considerado como tercer mundo también tiene derecho a niveles de calidad de vida equiparables a los nuestros”, por lo que el hombre debería buscar una tecnología que le permitiera seguir consumiendo energía “sin desfasar tanto la producción de la naturaleza”.

Y todo porque, según él mismo ha recalcado, “sólo el 7% del total de la energía que consumimos es renovable”. Y al ritmo que consumimos, considera que hay que encontrar un medio para que las renovables duren más “y que el principio de sostenibilidad siga siendo una realidad”. En este sentido, Gutiérrez Maroto ha puesto como ejemplo el caso del aluminio, el segundo elemento que más consumimos por detrás del hierro. “El índice en que ha aumentado el consumo de aluminio desde la Revolución Industrial es de uno a 15.000”, ha comentado para dar a entender el gran volumen de consumo que actualmente soporta el planeta.

De la mano del Hombre


El profesor Gutiérrez Maroto, como experto en suelos, ha hecho especial hincapié en el impacto que producen en el medio ambiente las explotaciones mineras metálicas, abundantes en nuestro país. “Me refiero al cobre, al zinc, al cadmio o al arsénico, por ejemplo”, ha dicho. “Son minerales que si se quedan a la intemperie y se oxidan de forma iónica, al final son fácilmente transportables y pueden llegar al agua y a los suelos, formando compuestos con la materia orgánica y pasando al ciclo trófico”. “Y esto tiene un gran inconveniente, y es que acaben acumulándose en los organismos, que no los eliminan fácilmente, y produciendo enfermedades como el cáncer”, ha insistido.

Según el ponente, este proceso ocurre en muchas ocasiones de forma natural, pero en otras muchas es la acción antrópica la que, por descuido o dejadez, produce esa contaminación de los metales, al sacar del interior de la tierra los metales que estaban en estado reducido. “Por eso hay que tener en cuenta que la naturaleza actúa de un modo, que es bueno, pero si rompemos ese ciclo, hacemos que no pueda continuarlo”, ha concluido.