Tecnología España , Valladolid, Lunes, 07 de marzo de 2005 a las 14:28

Tecnología punta para controlar la calidad del agua

La incorporación de cinco cromatógrafos iónicos de última generación en Burgos, León, Palencia, Salamanca y Valladolid permitirá ajustar los servicios al nuevo real decreto que regula el control de aguas

Beatriz G. Amandi/DICYT La Junta de Castilla y León anunció hace unas semanas la incorporación a sus laboratorios de cinco cromatógrafos iónicos de última generación, cuya función será mejorar y ajustar los controles que se hacen de las aguas para cumplir la nueva normativa implantada a través del Real Decreto 140 que obliga a controlar los contenidos en el agua de selenio, cianuros y bromatos.

Estos cinco cromatógrafos están destinados a los diferentes laboratorios de la Agencia de Protección de la Salud y Seguridad Alimentaria de la Consejería de Sanidad que se encuentran en Burgos, León, Palencia, Salamanca y Valladolid. Los equipos servirán para conocer mejor la composición del agua analizada y, de ese modo, tener un mayor control de su calidad.

Según ha indicado a DICYT la jefa del Servicio de Gestión de Laboratorios de la Consejería de Sanidad, María Victoria Martín, el personal encargado de manejar estos equipos ya está recibiendo los cursillos correspondientes para conseguir un correcto manejo de los aparatos ya que, aunque hasta ahora también trabajaban con cromatógrafos iónicos, su tecnología no era tan avanzada como los que se incorporarán en breve a los laboratorios.

En este sentido, también apunta que, una vez que se pongan en marcha, los cromatógrafos servirán para analizar el contenido que hay en el agua de los siguientes elementos: amonio, calcio, litio, magnesio, potasio, sodio, cromo, cloruros, fosfatos, nitratos, nitritos y sulfatos, materiales que ya se analizaban con los cromatógrafos antiguos. Pero en este caso también se podrá incorporar el análisis de hierro, manganeso, niquel, aluminio, boro, cadmio, cobre y cloruros, que hasta ahora se realizaban por otras técnicas, pero que podrían empezar a realizarse gracias a los nuevos cromatógrafos.

María Victoria Martín hace hincapié en que estos aparatos están dotados de tecnología punta que permitirá añadir a todos los elementos citados, el análisis de selenio, cianuros y bromatos, tal y como se exige con el Real Decreto 140 que afecta al control de las aguas.

Esta normativa pretende controlar algunos elementos que se encuentran en el agua, y que si se hallaran en concentraciones muy altas podrían suponer riesgos para la salud.

La jefa de Gestión de Laboratorios señaló igualmente que esta adquisición de la Junta podría ser empleada en el futuro para el análisis de otros alimentos, ya que cuenta con la tecnología necesaria para analizar componentes como azúcares, grasas, etc.

Tecnología basada en la conductividad

Los cromatógrafos iónicos son aparatos empleados desde hace tiempo para determinar contenidos en masas cuyas moléculas tienen cargas energéticas detectables a través de la conductividad. Estas moléculas son, fundamentalmente, aniones y cationes. Los aniones son moléculas de compuestos químicos cuyas cargas son negativas, mientras que los cationes, por su parte, son moléculas de elementos metálicos y tienen carga positiva. 

Tal y como ha señalado a DICYT Pedro Sáez del laboratorio Gomensoro, que ha sido el encargado de suministrar el material a la Junta, se trata de “un sistema totalmente automatizado para la determinación de aniones, cationes e hidratos de carbono de forma simultánea en todo tipo de muestras, incorporando la unidad de preparación automática de muestras por diálisis”, apunta.

Según Sáez, se trata de un sistema modular que detecta las sustancias gracias a un reactivo químico que tiene en su interior y que tiene forma de flujo continuado (en movimiento). Así, cuando se introduce la muestra en el cromatógrafo, ésta es arrastrada hacia una zona en la que se separan los distintos componentes de la muestra por una técnica que se conoce como relleno selectivo.

Esta separación se realiza a través de la conductividad que tienen sus moléculas, de modo que si se trata de un determinado tipo de molécula con una carga positiva o negativa determinada, se queda adherida a una zona determinada y tarda un tiempo determinado en volver a soltarse y salir esa zona. Por tanto, el tiempo que tardar en salir de la zona de análisis varía y eso permite, que un programa de ordenador, previamente calibrado, pueda calcular la carga que tiene la muestra de cada uno de los elementos analizados.

Este software analiza el tiempo que tarda cada uno de los elementos en salir de la zona, pero también está capacitado para medir la conductividad de los iones y cationes que tiene la muestra. Estos datos son recogidos y reunidos, y el mismo software ya muestra los resultados del análisis mediante un sistema de comparación con unos datos estándar que le han sido introducidos previamente.