Nutrition Spain Salamanca, Salamanca, Tuesday, June 12 of 2007, 11:45

Un científico salmantino analiza la introducción de fauna y flora foráneas en Argentina

El profesor de la Universidad de Salamanca Salvador Peris ha llegado a conclusiones muy diferentes según las especies

José Pichel Andrés/DICYT Salvador Peris, catedrático de Biología Animal de la Universidad de Salamanca, se encuentra inmerso en la recta final de una investigación sobre cómo ha afectado al ecosistema del Parque Nacional Lanín, en Argentina, la introducción de diversas especies de fauna y flora foráneas. En concreto, las cuatro vertientes del estudio hacen referencia al salmón europeo, al visón americano, al jabalí y, en cuanto a la flora, a la repoblación con coníferas norteamericanas unida, además, a los problemas de supervivencia que parecen tener los bosques autóctonos de araucarias. Por el momento, los resultados son distintos dependiendo de cada uno de los casos así como de las especies sobre las que ejercen su influencia.


Argentina es, junto con Australia y Nueva Zelanda, el país del mundo que tiene más especies de animales y plantas introducidos por el hombre y, de hecho, en la Pampa argentina la mayoría de las especies que hay en la actualidad son foráneas. En concreto, la zona del Parque Nacional Lanín tiene especial interés debido a la presencia de bosques autóctonos y de población nativa mapuche. Esta investigación, iniciada en 2003, tiene prevista su conclusión en junio de 2008, aunque se encuentra en un estado avanzado que permite hablar de conclusiones.


Cuestión de crecimiento


Uno de los asuntos que más preocupaba a los investigadores es el impacto de la repoblación con coníferas en esta zona de la Patagonia situada a pie de los Andes, con el volcán Lanín (de 3.776 metros) como punto más elevado. En particular, la introducción del pino ponderosa norteamericano, que en Argentina crece a doble velocidad que en su lugar de origen, ha puesto en riesgo a varias especies debido a su poder de propagación, de manera que avanza sobre la estepa y coloniza con rapidez zonas de vegetación nativa. El mayor impacto se está produciendo sobre las aves reproductoras, que no parecen adaptarse con facilidad a los nuevos entornos que crean estos bosques. “Desde que un pinar llega a los 10 años, la avifauna decrece exponencialmente, de forma que en la actualidad hemos localizado seis especies y calculamos que había de 16 a 18”, explica Salvador Peris.


En cualquier caso, la propia velocidad en el crecimiento de estas coníferas también puede traer la solución al problema, ya que entre los 25 y los 30 años de edad de un pinar ya está listo para ser cortado y aprovechar su madera, de manera que las poblaciones de aves podrían recuperarse por sí mismas una vez que el arbolado vuelve a desaparecer de algunas zonas.

Amenaza para las aves acuáticas


Más complicado es el caso de la introducción del visón americano, la misma especie que se encuentra en España. Los estudios han revelado que la presencia de este mamífero de la familia de los mustélidos hace decrecer entre un 85 y un 95% las poblaciones acuáticas de gansos y cisnes. “El gran problema es que el visón está avanzando de sur a norte de la Patagonia y cada vez son más las especies de patos y gansos amenazados, así como su repercusión para la actividades como la caza”, explica Peris.


Las diferentes mediciones que ha realizado el científico español junto a sus colaboradores argentinos indican además que el impacto sobre las aves acuáticas es tan fuerte que incluso en las zonas en las que el visón llega a un tamaño poblacional mínimo las aves son incapaces de recuperarse con posterioridad, de manera que el problema de la introducción del visón es uno de los más graves.

Bellotas para el jabalí


Del mismo modo, los científicos trabajaban con la hipótesis de que la importación del jabalí podría haber causado daños irreparables en el ecosistema de la zona, especialmente por el riesgo que supone para los bosques de araucarias. Esta especie endémica sobrevive desde el Jurásico, pero se reproduce gracias a unas semillas que recuerdan mucho a las bellotas y que constituyen el alimento favorito de los jabalíes.


Además, estas semillas alimentan a la cotorra austral o cachaña y constituyen la base de la alimentación de 10.000 mapuches, ya que hacen harina con ellas, de manera que el problema tiene también implicaciones sociales. Sin embargo, en este caso los estudios son mucho más optimistas. “Los propios mapuches cazan al jabalí y la producción de semillas es tanta que el animal nunca impedirá la regeneración de las araucarias”, apunta Peris, recién llegado de Argentina, adonde acude dos veces al año, pero donde se tendrá que abstener de ir en los próximos meses debido a que llega el invierno austral y la zona de la investigación se convierte en inaccesible.

 

La extinción de los peces autóctonos
Según el estudio, la introducción de ocho especies diferentes de salmónidos (truchas y salmones), que tuvieron una gran importancia económica en los años 80, ha provocado la extinción completa de los peces autóctonos en los ríos. Sin embargo no ocurre lo mismo en los lagos de la zona, debido, al parecer, a que las manchas de vegetación protegen los huevos. Por otra parte, la investigación deja abierta una gran incógnita, ya que los científicos no han logrado explicarse cómo logran comunicarse entre sí los peces autóctones que sobreviven en distintos lagos de la zona, ya que en teoría estos lagos se encuentran aislados unos de otros. Todas estas especies, como la trucha que aparece en la foto de Salvador Peris, son similares a las europeas, aunque suelen presentar diferentes tamaños y colores.