Health Spain , Valladolid, Wednesday, May 05 of 2010, 17:40

Un estudio comprueba el elevado nivel de expresión de unas proteínas en pacientes con venas varicosas

El trabajo, realizado en el Hospital Clínico Universitario, muestra por primera vez este hecho y permitirá un mejor manejo de la enfermedad en el futuro

Cristina G. Pedraz/DICYT Investigadores del Hospital Clínico Universitario de Valladolid han llevado a cabo un estudio en el que muestran por primera vez el elevado nivel de expresión de genes de quemoquinas, proteínas implicadas en la regulación de la respuesta inmune y en la proliferación celular, en pacientes con venas varicosas. Mientras que en las venas normales las válvulas trasladan la sangre hacia el corazón, en las varicosas las válvulas no funcionan correctamente y parte de la sangre queda en la vena, que se dilata y retuerce de forma que es visible a través de la piel.

 

Tal y como explica en declaraciones recogidas por DiCYT Lourdes del Río, del Servicio de Cirugía Vascular del centro hospitalario y primera firmante del trabajo, “el estudio sugiere la implicación de las quemoquinas proinflamatorias en la patogénesis de la enfermedad”. Dado que es una enfermedad muy común, sobre todo en mujeres, conocer los mecanismos fisiopatológicos de la enfermedad venosa crónica sirve “para establecer dianas coadyuvantes que permitan mejorar el tratamiento de ésta”.

 

Respecto al diseño del estudio, se incluyeron 46 pacientes, que fueron 17 varones y 29 mujeres, con una edad media de 50 años. Se distribuyeron en dos grupos: el grupo patológico control, con 24 pacientes y el grupo control patrológico que fueron 22. Asimismo, hubo un tercer grupo “sano” formado por siete personas. En enero de 2002 se inició y se concluyó en diciembre de 2005. Parte se realizó en el Hospital Clínico Universitario mientras que en el Instituto de Biología y Genética Molecular (IBGM) se desarrolló el análisis molecular de las muestras. Los objetivos, detalla la investigadora, fueron “analizar la expresión de los genes de quemoquinas en venas normales y en venas con insuficiencia venosa crónica y estudiar su modulacióm con ácido acetil salicílico”.

 

El grupo patológico control consistió en venas varicosas de pacientes “que no habían sido tratados con ácido acetil salicílico”, subraya la experta, mientras que en el grupo control patológico se incluyeron venas varicosas “de pacientes tratados con distintos miligramos de ácido acetil salicílico diarios durante 15 días previos a la cirugía”. El grupo control sano, finalmente, consistió en venas safenas (venas que se encuentran en el miembro infeior) obtenidas “de amputaciones de extremidades de cuadros embólicos no revascularizables o de traumatismos en pacientes a los cuales comprobamos que no tenían insuficiencia venosa crónica ni estaban tomando tratamiento antiagregante”.

 

Obtención del ARN

 

Lo primero una vez obtenidas la muestras venosas fue conseguir el ARN (ácido ribonucleico) total, lo que se hizo a través de un método de extracción fenólica. El siguiente paso fue la cuantificación de la concentración de ARN con un espectrofotómetro. Posteriormente se llevó a cabo la detección de los ARN mensajeros (el ácido ribonucleico que contiene la información genética procedente del ADN para utilizarse en la síntesis de proteínas), para lo que se utilizó una sonda múltiple de ADN complementario. Por último se determinó la cuantificación densitométrica, en este caso del gen estructural.

 

Tras realizar estas pruebas hicieron un estudio comparativo de la expresión de genes de quemoquinas proinflamatorias en venas normales y en las venas varicosas de pacientes no tratados. “El patrón de quemoquinas proinflamatorias en los pacientes sin tratar con ácido acetil salicílico fue bastante diferente. Por un lado, se objetivó un aumento de la expresión de MCP1 y de IL8 pero también aparecieron otras quemoquinas, la b1beta o la MIP 1 alfa, IP10 y Rantes”. Por otro lado, compararon las venas varicosas de pacientes no tratados y las de otros que habían sido tratados con ácido acetil salicílico. En este caso “el patrón de expresión de quemoquinas proinflamatorias fue similar”, pero cuando administraron el ácido “hubo una tendencia a la inhibición de la respuesta inflamatoria en todas las quemoquinas”.

 

Finalmente examinaron la celularidad, implicada tanto en la expresión como en la producción de las diferentes quemoquinas, con un estudio de la pared de la vena varicosa, “por un lado con todas las capas incluyendo el endotelio y después de haber eliminado el endotelio” y encontraron que la expresión de quemoquinas antes y después fue similar, “lo cual nos indica que la celularidad implicada fundamentalmente se ubica en la capa media de la vena”.

 

Otras conclusiones

 

Además de la implicación de las quemoquinas proinflamatorias en la patogénesis de la enfermedad, el estudio pone de manifiesto otras conclusiones, como que el patrón observado en las venas normales “puede ser debido a que estas quemoquinas proinflamatorias son expresadas por las células endoteliales pero también por células musculares lisas y por fibroblastos”; o que los niveles de ADN mensajero transcrito en las venas con insuficiencia venosa crónica “demuestran una participación de las quemoquinas proinflamatorias en la enfermedad y que existe una tendencia en la inhibición de esta respuesta inflamatoria cuando los pacientes son administrados con ácido acetil salicícilo”. Por otro lado, se ha determinado que la expresión génica de las diferentes quemoquinas estudiadas “se podía localizar fundamentalmente en la capa media de la pared venosa”.