Un estudio del CSIC halla altos niveles de antibióticos en buitres
Natalia Gonçalvez/DICYT Un equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha descubierto que tres especies de buitres salvajes presentan altas concentraciones de antibióticos en sus organismos. Esta es la primera vez que se hallan restos de fármacos en aves salvajes, y puede ser una de las razones para el descenso de población de esta especie en España, principal área de distribución de las aves necrófagas en el continente.
Con las nuevas normativas europeas introducidas debido a la llamada crisis de las vacas locas, la mayoría del alimento que encuentran las aves carroñeras son restos de ganado estabulado al que se suministran grandes cantidades de drogas veterinarias, especialmente antibióticos para el tratamiento de enfermedades que pueden causar pérdidas económicas a los ganaderos. Cuando los buitres se nutren de estos cadáveres, las drogas farmacológicas se transmiten a sus organismos.
El estudio comenzó en 2003 y ha sido publicado en la revista PLoS ONE. Los datos obtenidos a lo largo de estos años confirman la presencia de altas concentraciones de antibióticos en la sangre del 12% de 50 buitres leonados (Gyps fulvus), el 57% de 49 buitres negros (Aegypius monachus) y el 40% de 25 alimoches (Neophron percnopterus), todos ellos muestreados en sus nidos de Segovia y Madrid.
Patógenos oportunistas
El investigador del CSIC que dirige el estudio, Guillermo Blanco, ha explicado a DICYT que "para demostrar el posible impacto de los antibióticos en la salud de los buitres realizamos un muestreo que confirmó la presencia de sustancias farmacológicas en cadáveres de cerdos disponibles para esas aves carroñeras, lo que afecta a la salud de los buitres por su toxicidad y sus efectos inmunodepresores".
Según las conclusiones del estudio, al igual que ocurre en el organismo de un ser humano, los antibióticos encontrados en las aves están claramente relacionados, con la infección por patógenos oportunistas como hongos (Cándida Albicans, Aspergillus fumigatus) y bacterias causantes de enfermedades como la salmonelosis (Salmonella) o la tuberculosis (Mycobacterium avium). De las tres especies estudiadas, el buitre negro es el más afectado. "El examen de los ejemplares de esta especie encontrados en el campo en un pésimo estado de salud confirmó la infección de patógenos oportunistas asociada a la presencia de antibióticos circulantes", afirma el investigador.
La necropsia de otros buitres negros encontrados muertos demostró que había fármacos en el hígado y lesiones en el riñón, así como la degeneración de los órganos del sistema inmune. Para Blanco, "todo esto indica la existencia de una relación directa entre la presencia de antibióticos y la mortalidad asociada a su toxicidad o a sus efectos inmunodepresores, que permiten la adquisición y proliferación de patógenos".
"En los últimos años, debido al impacto que provocan en las poblaciones de buitres los cambios en las actividades ganaderas y la persecución directa de estas aves con veneno cinegético, las poblaciones de buitres están cada vez más amenazadas", recuerda Blanco. También es importante recordar que no existen medidas de disuasión eficaces que eviten que las aves se acerquen al ganado estabulado. Según el Libro Rojo de las Aves de España, el alimoche común está en "peligro de extinción", y el buitre negro es considerado especie "vulnerable".
El estudio cuenta con una financiación muy limitada, ya que según afirma Blanco, el equipo de investigación no recibe ningún tipo de ayuda a pesar de haber pedido distintas subvenciones a organismos e instituciones.