Un estudio en perros comprueba que la terapia celular permite regenerar tejidos periodontales
Cristina G. Pedraz/DICYT El Instituto de Biología y Genética Molecular (IBGM) de Valladolid, la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad de Santiago de Compostela colaboran en una línea de investigación sobre la aplicación de células madre a la regeneración de tejidos periodontales. Los trabajos se iniciaron en 2006 y, en este tiempo, se han obtenido grandes avances. Tras obtener por primera vez en Europa cementoblastos humanos (células a partir de las cuáles se desarrolla el cemento dentario), han realizado un estudio en perros con periodontitis donde se ha comprobado que la terapia celular permite regenerar los tejidos periodontales.
El reto al que se enfrentan en la actualidad es investigar su aplicación en humanos. Recientemente, el grupo de investigadores ha publicado un artículo en la revista Journal of Periodontology de la Academia Americana de Periodontología sobre la proliferación de cementoblastos humanos y la regeneración periodontal en un modelo experimental de periodontitis.
El especialista en periodoncia de la clínica vallisoletana Periocel y promotor de la investigación, Javier Núñez, ha explicado a DiCYT cómo se inició el trabajo científico. Durante los años 2007 y 2008 fueron beneficiarios de las ayudas a la investigación biosanitaria con células madre de la Federación de Cajas de Ahorro de Castilla y León. El primer estudio, centrado en la obtención de las células, fue el más complicado. “Sólo uno o dos grupos de investigación en el mundo habían sacado estas células y, con una beca de la Junta de Castilla y León, me trasladé a la Universidad Sur de California para aprender a obtenerlas”, recuerda.
Carlos Villalobos, investigador del IBGM, señala que los cementoblastos “son células madre de origen dental capaces de producir cemento que pega las piezas dentales al hueso”. Este cemento, como precisa, no es más que fosfato cálcico, que es clave para inmovilizar las piezas dentales y tratar la enfermedad periodontal, que afecta a más del 70% por ciento de la población, cifra que se incrementa hasta el 91 por ciento en las personas mayores de 65 años.
Tras la obtención de los cementoblastos se llevó a cabo el ensayo clínico en perros, a quienes se creó daño en los dientes e infección crónica para realizar la terapia celular. “Se trataron esas zonas de daño con cementoblastos obtenidos de los propios perros para que fuera un trasplante autólogo y se comprobó la formación de cemento”, apunta Carlos Villalobos. En este sentido, Javier Núñez subraya que se produjo una regeneración completa de los tejidos, de forma que se devolvió a los animales “a un estado similar al anterior”.
La posibilidad de mejorar los tratamientos actuales estimula a los investigadores quienes advierten que, para seguir avanzando, hace falta financiación. “Se ha comprobado que la terapia celular mejora las técnicas convencionales”, insiste el especialista en periodoncia, quien asegura que este tratamiento sería aplicable también a mejorar el agarre de los implantes.
Estudio con estrógenos
Otro de los progresos obtenidos se centra en la aplicación de estrógenos. “Hemos visto que se puede hacer lo mismo con estrógenos. Si se emplea una concentración muy baja de estrógenos se favorece la formación de cementoblastos y no habría que llegar a obtener células madre”, avanza el investigador.
Por otro lado, Javier Núñez insiste en que se trata de un procedimiento nuevo y en que hay que buscar la administración óptima para poder aplicarlo en humanos. Además, existen algunas limitaciones. “La periodontitis se va comiendo el hueso. Si se pierde horizontalmente no se puede recuperar, la única manera de regenerar los tejidos es cuando la pérdida es vertical”, concluye.
Tal y como detalla Carlos Villalobos, el papel del IBGM se ha entrado en los estudios de caracterización de las células, mientras que el ensayo clínico en perros se ha llevado a cabo en colaboración con la Facultad de Odontología de la Complutense. Finalmente, el estudio histoquímico se ha realizado con la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Santiago de Compostela y con colaboradores internacionales de esta área, que es “muy nueva”.