Salud España , Valladolid, Martes, 11 de mayo de 2010 a las 16:01

Un estudio identifica los factores predictores de mortalidad en pacientes con endocarditis protésica

El trabajo, realizado por el Icicor, señala que se asocian a una falta de control del proceso infeccioso y no al desarrollo de insuficiencia cardiaca

CGP/DICYT Un estudio realizado por investigadores del Instituto de Ciencias del Corazón (Icicor) de Valladolid ha identificado los factores predictores de mortalidad en pacientes con endocarditis protésica. Esta enfermedad consiste en la infección de la prótesis que se implanta cuando alguna de las válvulas del corazón del paciente es más estrecha de lo habitual (lo que se denomina estenosis) o más dilatada (insuficiencia) y el flujo sanguíneo se ve alterado. Ana Revilla, primera autora del trabajo, ha recordado que la endocarditis protésica tiene una alta mortalidad sobre todo en los pacientes “que por su mala evolución clínica precisan cirugía urgente”, de modo que determinar los factores predictores de mal pronóstico “ayuda a mejorar su detección precoz y realizar un tratamiento más agresivo”. 

 

El origen del estudio se encuentra en otro realizado en 2007 por el grupo y publicado en el European Heart Journal. En este caso se analizó el global de pacientes con endocarditis protésica que necesitaban cirugía urgente y se concluyó que los factores predictores de mortalidad en este grupo, definido de “alto riesgo”, eran la presencia de infección persistente o el desarrollo de insuficiencia renal. En el trabajo actual se han tomado como referencia 648 casos de endocarditis infecciosa diagnosticados consecutivamente, de los cuales 191 fueron protésicas izquierdas. De este grupo 46 precisaron cirugía urgente y son los pacientes que comprende el análisis.

 

“El objetivo es describir el perfil clínico, microbiológico, ecocardiográfico y pronóstico de los pacientes con endocarditis protésica izquierda que precisaban cirugía urgente y el identificar en estos pacientes predictores de mortalidad hospitalaria”, ha recordado en declaraciones recogidas por DiCYT la investigadora, quien señala que la edad media fue de 60 años, con predominio de los varones y un factor desencadenante desconocido en la mitad de los casos.

 

En cuanto a las enfermedades predisponentes, se registró un porcentaje “no despreciable”, de un 22 por ciento, de pacientes diabéticos; mientras que las manifestaciones clínicas al ingreso fueron en la mayor parte de los casos “la presencia de fiebre y hasta casi un 50 por ciento insuficiencia cardiaca”. Del mismo modo, los microorganismos más frecuentes fueron el estafilococo coagulasa negativo, en el 28 por ciento de los casos y sobre todo en los pacientes que presentaban endocarditis protésica precoz, y el estafilococo aureus en los pacientes con endocarditis protésica tardía, transcurridas unas semanas desde la cirugía.

 

Afectación protésica y valvular

 

El estudio pone de manifiesto que en casi un 90 por ciento de los pacientes la afectación se produjo sobre una prótesis mecánica y en un 40 por ciento fue precoz. En el ecocardiograma, se comprobó en un 80 por ciento la presencia de vegetaciones y más del 50 por ciento precisó en algún momento insuficiencia valvular significativa. Asimismo, en casi el 60 por ciento se registraron complicaciones perianulares (infección más allá de las estructuras valvulares). En la mitad la causa de indicación de cirugía urgente fue la presencia de insuficiencia cardiaca que no era controlable con tratamiento adecuado, mientras que en un 26 por ciento fue la infección persistente, definida como la persistencia de fiebre y hemocultivos positivos tras siete días de tratamiento antibiótico. Además, en un 7 por ciento fue la suma de ambas.

 

La especialista apunta que fallecieron 19 pacientes, lo que supone un 41 por ciento de mortalidad en este grupo, fundamentalmente por shock séptico o shock cardiogénico. “Es importante el análisis en subgrupos, ya que los pacientes en los que se indicó la cirugía por insuficiencia cardiaca la mortalidad fue relativamente baja pese a la gravedad de la situación, un 22 por ciento”, asegura, al tiempo que matiza que para los pacientes a los que se indicó la cirugía urgente por la presencia de infección persistente “la mortalidad fue muy elevada, superior al 80 por ciento”.

 

Así, las variables asociadas a falta de control de la infección, como la fiebre, los hemocultivos positivos tras tratamiento adecuado o la presencia de vegetaciones y el desarrollo en sí mismo de infección persistente fueron “los predictores independientes de mortalidad hospitalaria”. En cambio, el desarrollo de insuficiencia cardiaca “no fue un predictor que se asociara a una mayor mortalidad en el grupo de pacientes”.

 

Grupo de endocarditis infecciosa
Según destaca la investigadora, la necesidad de investigar en endocarditis radica en que “es enfermedad muy compleja y con una elevada mortalidad que no disminuye a pesar de los tratamientos médicos y quirúrgicos”. A su juicio, además es “fundamental” que haya un diagnóstico precoz para iniciar un tratamiento antibiótico y tomar medidas agresivas de tratamiento que puedan incluir la cirugía cardiaca precoz. Desde 1996 el Servicio de Cardiología del Hospital forma parte del grupo de trabajo en endocarditis infecciosa formado por cuatro hospitales terciarios, junto al Clínico San Carlos de Madrid, la Princesa de Madrid y el Río Hortega de Valladolid. Los cuatro centros recogen desde entonces todos los casos de endocarditis diagnosticados y tratados, lo que ha permitido contar con una base de casi 800 casos consecutivos en los que se registran una serie de variables. “Pensamos que la colaboración es fundamental para poder llegar a sacar conclusiones en esta importante enfermedad”, concluye.