Salud España , Salamanca, Mi茅rcoles, 22 de diciembre de 2010 a las 13:34

Un estudio revela la necesidad de mejorar la detecci贸n de demencias en Atenci贸n Primaria

El trabajo de la Universidad de Salamanca recomienda adaptar y validar nuevos instrumentos

José Pichel Andrés/DICYT Investigadores de la Facultad de Psicología de la Universidad de Salamanca han publicado recientemente un artículo en la Revista de Neurología en el que analizan el estado de la detección de las demencias en las consultas de Atención Primaria en España. Entre un 60 y un 70 por ciento de los casos muy leves o en fases iniciales no se detectan, de manera que el estudio señala que las herramientas utilizadas por los médicos de familia son pruebas sencillas que no se ajustan al tiempo de una consulta ordinaria o son poco sensibles, es decir, identifican a pocos de los pacientes que tienen algún tipo de demencia. Por eso, recomienda adaptar y validar nuevos instrumentos.

 

Israel Contador, investigador de la Facultad de Psicología, explica en declaraciones a DiCYT que el diagnóstico de una demencia está basado en "criterios establecidos por expertos a nivel internacional" y una parte de ellos comprende el uso de herramientas neuropsicológicas que permiten medir el deterioro cognitivo. Estos test sirven para realizar un cribado en Atención Primaria de los casos bajo sospecha, que luego pasan a los servicios especializados, donde se realiza una exploración neuropsicológica para confirmar o no el diagnóstico de demencia.

 

"El contexto de la Atención Primaria es particular, porque prima el consumo del tiempo, así que necesitamos herramientas prácticas, sencillas y eficaces. El médico de Atención Primaria no dispone de suficiente tiempo para pasar una prueba de cribado y la consecuencia es que la demencia es un síndrome infradiagnosticado", señala Contador tras realizar la revisión bibliográfica que ha dado lugar al artículo.

 

Las pruebas de cribado cognitivo usadas habitualmente en Atención Primaria son las llamadas Mini-Mental y Test del Reloj. La primera trata de evaluar aspectos como la orientación, la memoria, la atención y el lenguaje de manera sencilla, pero requiere emplear al menos 10 minutos. "Su tiempo es breve, pero aún así en Atención Primaria necesitamos herramientas más prácticas y sencillas", señala el experto. A través de preguntas, el Mini-Mental evalúa funciones cognitivas, pero "es una prueba más de diagnóstico que de cribado".

 

Por su parte, el Test del Reloj consiste en dibujar en un folio en blanco un reloj redondo con todos los números y donde las agujas marquen una hora determinada. Sin embargo, en muchas ocasiones este instrumento no consigue identificar pacientes con deterioro cognitivo leve.


Existen otras alternativas, pero por el momento no están validadas ni adaptadas. "En España necesitamos validar instrumentos para adaptarlos a nuestra población, porque las herramientas son pocas y no están validadas en población específica de Atención Primaria, sino que se ha hecho en población clínica en servicios especializados y no conocemos bien cómo funcionarían en otro contexto", apunta el investigador.

 

Nuevos instrumentos

 

Una de las alternativas es el test de alteración de la memoria, que se basa en el recuerdo de las palabras. "El individuo tiene que aprender una serie de palabras y al cabo de dos o tres minutos se le puede pedir que las diga", explica. Así, se evalúa la memoria episódica (recuerdo diferido de palabras tras un intervalo) y semántica (por ejemplo, cuando se pregunta por el nombre del presidente del Gobierno). Se trata de una buena herramienta, ya que se estima que más de un 90% de pacientes que están en las primeras fases del alzhéimer tienen problemas de memoria episódica, pero hasta el momento no se está utilizando.

 

Otra opción se denomina Mini-Cog, que combina el recuerdo de palabras con la prueba reloj. Es una herramienta sencilla que dura entre tres y cinco minutos, pero que aún no se ha validado en España.

 

"Lo más revelador del estudio es la necesidad que tenemos de validar estas pruebas con población española de Atención Primaria", asegura Contador. "No disponemos de muchas pruebas y es necesario hacer mayores esfuerzos para su adaptación", agrega. Para ello, "tenemos que comprobar exactamente cuál es el funcionamiento de la prueba, porque no todas son igual de fiables".

 

Israel Contador, junto con otros especialistas de la Faculta de Psicología de la Universidad de Salamanca y Félix Bermejo, experto del Hospital 12 de Octubre de Madrid, ha procedido a la revisión de artículos científicos relacionados con este tema que abarcan desde 1990 hasta 2010. Se trata de publicaciones nacionales e internacionales, pero con especial énfasis en las españolas, "porque los instrumentos neuropsicológicos están afectados por las características sociodemográficas de la población", asegura. Tanto la edad como los años de escolaridad afectan a los resultados, así que "hay que validar las pruebas en una población representativa, con diferentes niveles de escolaridad y diferentes edades, para ver cómo rinden los sujetos en la prueba".