Health Spain Salamanca, Salamanca, Tuesday, June 26 of 2007, 16:37

Un experto destaca las propiedades de la soja como alimento de gran valor nutritivo, cardioprotector y antioxidante

Rafael Jiménez, científico de la Universidad de Salamanca, es coautor del libro 'La salud y la soja', que destaca las virtudes de esta legumbre

José Pichel/DICYT Rafael Jiménez, catedrático y subdirector del Departamento de Fisiología y Farmacología de la Universidad de Salamanca, es coautor de la publicación La salud y la soja, en la que especialistas de distintos ámbitos científicos repasan los beneficios de esta legumbre. En concreto, es responsable de un capítulo en el que describe los componentes de la soja y sus principales propiedades desde el punto de la vista de la nutrición y la salud, destacando las acciones cardiosaludables, antioxidantes, antiinflamatorias, antitrombóticas, y como fitoestrógeno, entre otras.

"Lo bueno de la soja es que es un alimento con una gran variedad y cantidad de componentes de gran calidad nutricional, y con importantes beneficios para la salud", ha declarado a DICYT el especialista, que divide estos componentes en tres tipos, grasas, micronutrientes y sobre todo proteínas, que aparecen en abundancia y con excelente calidad. "Casi el 35% del peso de la semilla es proteína, algo que no ocurre en ningún otro alimento, ya que tiene el doble de proteínas que la carne, cuatro veces más que el huevo y 12 veces más que la leche de vaca. Las proteínas están formadas por monómeros que se llaman aminoácidos, de los cuáles hay 20 tipos diferentes en el cuerpo humano, pero el hombre sólo puede sintetizar 12, así que tenemos que tomar ocho procedentes de los alimentos. Pues bien, los únicos alimentos que tienen estos ocho aminoácidos esenciales son la soja y el huevo", destaca.

 

Además, se ha comprobado recientemente que la ingesta diaria de 25 gramos de proteína de soja durante dos semanas baja la tensión arterial en mujeres con hipertensión, y disminuye también el colesterol LDL o colesterol malo.

En cuanto a las grasas, la soja es rica en ácidos grasos poliinsaturados, como los omega-3 y omega-6, que actúan como protectores del sistema cardiovascular, previniendo que se formen las placas o ateromas propios de la aterosclerosis, las cuáles terminan obstruyendo los vasos sanguíneos, principalmente los del corazón y el cerebro. También dentro de las grasas, la soja contiene lecitinas, que juegan un papel de refuerzo en el sistema nervioso, y fitoesteroles, que son sustancias parecidas al colesterol, pero de origen vegetal, y una de sus principales funciones es que evitan la absorción intestinal del colesterol de origen animal. En cuanto a los micronutrientes, la soja es rica en minerales, como el potasio y el fósforo, vitaminas del grupo B, vitaminas antioxidantes E y A, y fibra. Pero sobre todo es muy rica en flavonoides, en concreto isoflavonas.

 

En la menopausia


Este último aspecto es uno de los que más destaca Rafael Jiménez, porque las isoflavonas actúan como los estrógenos, que son las hormonas sexuales de la mujer, que dejan de producirse al llegar la menopausia, de ahí que las isoflavonas de la soja se conozcan también con el nombre de fitoestrógenos. "Los estrógenos tienen muchas funciones, regulan la actividad de los órganos sexuales, el metabolismo, el crecimiento, el mantenimiento de la masa y salud de los huesos", explica. Ante la pérdida de estrógenos por la menopausia, la medicina ha venido utilizando la llamada Terapia Hormonal Sustitutiva (THS), que consiste en la administración de estrógenos sintéticos mediante parches que se pegan a la piel y van liberando poco a poco, a lo largo del mes, los estrógenos sintéticos. Sin embargo, este tratamiento "aumenta el riesgo de cáncer de mama y de útero, de forma que ya se desaconseja su uso", según el científico. "Ahí es donde surgen las isoflavonas de la soja como sustitutivos naturales de la THS, ya que su estructura química es similar a la de los estrógenos naturales, pero los fitoestrógenos no se unen a los receptores estrogénicos que hay en las mamas y el útero, de manera que su consumo disminuye el riesgo de este tipo de cánceres en la menopausia", explica el doctor Jiménez, quien añade que cientos de estudios avalan también su eficacia para corregir los síntomas como los sofocos, palpitaciones o insomnios.

 

Efectos antioxidantes

En cualquier caso, una de las principales acciones de las isoflavonas se debe a sus efectos antioxidantes, precisamente, la línea de investigación de Rafael Jiménez. Los antioxidantes se encargan de neutralizar y destruir radicales libres, unas sustancias tóxicas que se producen en el organismo de forma "obligatoria e incontrolada", señala. "Cada vez que respiramos, el 5% del oxígeno se convierte en radicales libres, que son muy agresivos y nocivos para las células, y parece que están implicados en el mecanismo que desencadena más de 100 enfermedades crónicas y degenerativas, entre ellas, las cardiovasculares, el alzheimer, párkinson, diabetes, hipertensión, artrosis, cataratas o el cáncer, así como el envejecimiento, por oxidación de los componentes de las células", apunta.

Además, las isoflavonas tienen otras acciones importantes a nivel celular, pues "se ha comprobado que disminuyen el número de receptores celulares que intervienen en la replicación y diferenciación celular, tales como los receptores del factor de crecimiento tumoral, por ejemplo, e inhiben enzimas como la topoisomerasa o la tirosina quinasa, que intervienen en el control de la replicación del ADN y de la proliferación celular”, según el doctor.