Salud España , Valladolid, Viernes, 09 de mayo de 2008 a las 17:10

Un investigador coruñés expone en el IBGM avances en la estimulación sensorial a pacientes de Parkinson

Su grupo trabaja con estímulos rítmicos auditivos que benefician a los enfermos cuando padecen crisis de bloqueo de la marcha

YG/DICYT El catedrático de Fisiología de la Universidad de A Coruña y director del proyecto Neurocom (Neurociencia y Control Motor), Javier Cudeiro, ha presentado hoy en el Instituto de Biología y Genética Molecular (IBGM) de Valladolid, los avances que su grupo de investigación ha logrado en la estimulación sensorial para pacientes de Parkinson que sufren bloqueos en la marcha, un síntoma que suele aparecer cuando la medicación habitual deja de surtir efecto. Cudeiro ha dado a conocer el funcionamiento de un dispositivo que su grupo patentó hace dos años (aún no está comercializado) y que, mediante estímulos rítmicos auditivos, hace que el paciente se recupere de estas ‘crisis de bloqueo’.

 

Según ha explicado el investigador a DiCYT, ya se sabía de los beneficios de la estimulación visual en estos pacientes, aunque con los estudios realizados por el grupo de Neurocom “hemos demostrado que la estimulación auditiva es aún mejor”. Aunque las causas no están aún muy claras, Cudeiro opina que se debe a que “la vía auditiva es más directa y se comunica mejor con otras zonas del cerebro que no están dañadas por el Parkinson”. En este sentido explica que, los parkinsonianos sometidos a estos estímulos “mejoran el flujo sanguíneo en algunas partes del cerebro que antes estaban hipoactivas” y que “formarían un circuito paralelo de actividad”.

 

El dispositivo que han diseñado, y que el paciente lleva en la cintura, emite un ritmo sonoro que el enfermo escucha a través de auriculares sin cables y que funciona como si fuera “un disparador para que estas vías alternativas marquen el reloj interno del paciente”. Dependiendo de la persona hay que hacer ajustes, añade el investigador, ya que “la frecuencia de estimulación óptima es individual en cada enfermo”.

 

Además de este aparato, el grupo de investigadores ha diseñado otro dispositivo pensado para las personas son problemas de audición, que va acoplado a ambos lados de las gafas. En cada uno de ellos va instalado un diodo emisor de luz que se encienden y apagan a la misma frecuencia que marca el dispositivo y que son detectados por la retina periférica del paciente.

 

Los estudios realizados con estas dos técnicas de estimulación auditiva y visual han demostrado su validez para pacientes que sufren estos bloqueos en la marcha, sin embargo, apunta Cudeiro, no se han apreciado beneficios para los pacientes de Parkinson que sufren temblores.
 

Estimulación transcraneal magnética

 

Además de la estimulación sensorial, el grupo de investigadores que dirige Cudeiro trabaja con otra técnica que también trata de “poner en funcionamiento zonas alternativas o que no funcionaban bien”. Se trata de la Estimulación Transcraneal Magnética, que funciona aplicando un campo magnético mediante un estimulador sobre zonas del cráneo localizadas. Sobre esta técnica el investigador explica que “mediante la aplicación de impulsos magnéticos de alta intensidad y poca duración se induce un campo eléctrico en la corteza cerebral” que lo que hace es “influir en la excitabilidad de las neuronas, de forma que podemos inhibir o excitar a voluntad un grupo de neuronas”.


El grupo está utilizando esta técnica, ya conocida y usada, para estimular aquellas zonas que, mediante el uso de Tomografía por Emisión de Positrones (PET), se ha detectado que están hipofuncionantes en el paciente de Parkinson”. Una de estas zonas, apunta el científico, es la corteza transfrontal dorsolateral, aunque los resultados no han sido demasiado halagüeños por el momento. Actualmente están probando esta técnica en otras zonas del cráneo, en el área central, con resultados “bastante mejores” que están redundando en una mejora en la marcha de los pacientes. Al margen de los síntomas motores, también está tratando de utilizar esta técnica para mejorar otros síntomas de los enfermos de Parkinson, los cognitivos y los problemas de sueño.