Tecnología España , Salamanca, Lunes, 26 de abril de 2010 a las 15:32

Una investigación determina con qué frecuencia aparecen los puntos característicos de las huellas dactilares

El trabajo conjunto de la Academia del Cuerpo Nacional de Policía de Ávila y la Universidad de Salamanca permite desarrollar una aplicación informática

JPA/DICYT Hasta el momento, las huellas dactilares se miden por una serie de puntos que se consideran característicos, pero no existe una base científica para decidir cuántos de estos puntos son necesarios para identificar a una persona de manera inequívoca ni cuáles son los más determinantes para realizar dicha identificación. Es más, ni siquiera las fuerzas de seguridad de todos los países comparten los mismos criterios al respecto, ya que, mientras que en España se toman como referencia 12 puntos, en otros países se utilizan hasta 17. Una investigación de la Academia del Cuerpo Nacional de Policía de Ávila y el Departamento de Informática y Automática de la Universidad de Salamanca ha permitido desarrollar una aplicación para calcular con exactitud las posibilidades de error al identificar un dactilograma tomando como referencia unos puntos característicos u otros. 


Según José Gómez Marín, responsable de formación de la Academia de Ávila e impulsor de la investigación, la iniciativa surgió hace ya una década. "La idea es calcular la frecuencia de aparición de puntos característicos, puesto que siempre hemos sabido que la posibilidad de un error es despreciable, pero no existía un cálculo matemático que nos dijera hasta qué punto varían los puntos característicos de una huella dactilar ni la frecuencia con la que aparecen en el dactilograma", ha explicado en declaraciones a DiCYT.
 

 

Sin embargo, ahora "calculamos la tasa de error por mínima que sea" y los resultados son valores "despreciables" que podrían hacer que se confundieran a dos personas entre billones de seres humanos, lo cual, teniendo en cuenta que en el mundo hay 6.000 millones de personas en la actualidad hace casi imposible que suceda.

 

Para llevar a cabo la investigación se eligieron 10.000 huellas dactilares de los archivos policiales y se analizaron estos dactilogramas de una manera aleatoria. Lo único que discriminaban los investigadores era si se trataba de la huella de un hombre o de una mujer y a qué dedo correspondía. Asimismo, dividieron todo el material por tipos atendiendo a la morfología del dedo.

 

Discriminación progresiva

 

En un ejemplo que no es real, el experto explica que la base de la investigación ha sido marcar puntos de manera progresiva, de forma que "un solo punto podría dar un error por cada 300 personas, pero dos sólo darían un error por cada 20.000, con tres se fallarían en un cada cada 1.000.000, y así sucesivamente", indica el experto para explicar el estudio desde un punto de vista matemático, aunque, insiste, no se trata de cifras reales.

 

Para llevar a cabo esta investigación, que requería un volumen de trabajo enorme, los policías tenían que apoyarse en la Informática y de ahí nació la colaboración con la Universidad de Salamanca, primero a través de la experta Angélica González Arrieta y después con el investigador Luis Javier García, que desarrolló la aplicación informática necesaria en un trabajo que sirvió para su tesis doctoral. "A medida que nos iban surgiendo problemas, ellas mejoraban la aplicación", apunta José Gómez Marín.


"El objetivo es ver con qué frecuencia se puede dar la misma característica, lo importante no es el número de puntos que escojamos para identificar una huella dactilar, sino la rareza", señala Angélica González Arrieta, investigadora de la Universidad de Salamanca. Para ello, la herramienta informática extrae los puntos característicos de una huella dactilar de manera automática y, a partir de ahí, mediante algoritmos realiza un estudio de la frecuencia con la que aparecen repetidas las características de cada punto.

 

Apoyo de los jueces

 

Este trabajo ha tenido tanta repercusión que incluso el juez que presidió el tribunal que juzgó los atentados terroristas del 11-M, Javier Gómez Bermúdez, ha estado en contacto con los investigadores y les ha animado a seguir en esta línea, puesto que considera "necesario" perfeccionar la identificación de personas para reducir al mínimo la tasa de error que puede producirse, según ha explicado Angélica González Arrieta. La científica recuerda que aunque las probabilidades de que suceda son mínimas, incluso en los análisis de ADN pueden producirse errores.


Los investigadores han llegado a la conclusión de que incluso con 7 u 8 puntos característicos en un dactilograma se podría identificar a una persona de una forma casi perfecta, en todo caso, lo relevante del estudio no es esto, sino el hecho de conocer matemáticamente las posibilidades de error al tomar como referencia cada punto característico de una huella dactilar.

 

La implicación práctica de este trabajo es que con esta investigación como base se podrían completar los informes periciales con datos científicos precisos, de manera que contribuirían a clarificar la labor de los jueces.