Alimentación Argentina , Chaco, Jueves, 28 de mayo de 2009 a las 17:52

Una plaga de insectos cerambícidos ataca a las especies forestales del Chaco Semiárido

Los animales atacan tanto a árboles adultos como a maderas de uso comercial provocando importantes pérdidas económicas

INFOUNIVERSIDADES/DICYT La industria maderera es de gran importancia en la provincia argentina de Santiago del Estero, tanto para la producción de muebles, tablas y pisos de parquet, como revestimientos de interiores, entre otras utilidades. Investigadores de la Universidad Nacional de Santiago del Estero (UNSE) realizan estudios con el objeto de conocer la biología de los insectos para prevenir los ataques y orientar métodos de lucha contra ellos. Se clasificaron los daños que realizan, en qué órgano de la planta los producen y el porcentaje de pérdidas de madera o de fustes que representa cada ataque.

En el ámbito del Chaco Semiárido, donde se encuentra incluido Santiago del Estero, las plagas atacan tanto a árboles en pie como a las maderas de uso comercial, produciendo pérdidas económicas considerables. “El estudio de la biología de los insectos nos mostró en qué momento de su desarrollo los coleópteros presentan flancos débiles para así poder implementar métodos para controlarlos y destruirlos, con lo que se podrá contribuir al desarrollo de la industria maderera”, afirmó a Infouniversidades el Dr. Dante Cayetano Fiorentino, director del equipo de investigadores.

 

El equipo realizó estudios exhaustivos de la biología de los principales insectos Cerambícidos que atacan a las importantes especies forestales nativas de la gran región conocida como Chaco Semiárido (que incluye las provincias de Formosa, Chaco, Santiago del Estero, Oeste de Santa Fe y Norte de Córdoba) con el fin de orientar formas apropiadas de control. Para ello, se realizaron trabajos en campaña y de laboratorio.

 

Se llevaron a cabo observaciones directas, cortes de ejemplares, de ramas, colocación de trampas con sebos artificiales y otras de luz. Para la captura de insectos se observó una vez por semana en primavera y verano y una vez cada quince días en el otoño y el invierno. Los datos obtenidos se volcaron en planillas especiales para evaluarlos en forma estadística. Por otra parte, los trabajos de laboratorio tuvieron como objetivo determinar el comportamiento reproductivo de los insectos. De esta manera se pudo detectar la época del año en la que los insectos colocan los huevos.

 

Las conclusiones obtenidas permitieron realizar una clasificación de la duración de los ciclos evolutivos de cada insecto en estudio, es decir cuánto tarda en desarrollarse desde huevo a adulto, así como también determinar la forma y la dimensión de los huevos y los lugares preferidos por los insectos para depositarlos.

Se estimó la cantidad de estadios larvales de los insectos y se realizó una descripción de su estado adulto. Finalmente se clasificaron los daños que realizan, en qué órgano de la planta los producen, como también el porcentaje de pérdidas de madera o de fustes que representa cada ataque.