Alimentación España , Salamanca, Lunes, 22 de mayo de 2006 a las 19:29

Castilla y León y Extremadura albergan el 62% de la población de águila imperial ibérica

La comunidad se une este mes a la campaña de conservación 'Alzando el Vuelo' puesta en marcha por la Sociedad Española de Ornitología

Ana Victoria Pérez/DICYT Los campos castellanoleoneses, en especial las llanuras cubiertas de monte bajo de la provincia segoviana y las estribaciones de la sierra de Gredos en Ávila albergan, junto a parajes similares ubicados en la vecina Extremadura, un 62% de la población de águila imperial ibérica. Un porcentaje muy elevado, si se tiene en cuenta que España da cobijo a un 99% de la población mundial de esta especie. Por ello, y por el retroceso que la población de estas aves ha sufrido en los últimos años, Castilla y León se ha unido esta semana al programa Alzando el Vuelo, puesto en marcha por la Sociedad Española de Ornitología, cuyo objetivo pasa por favorecer la recuperación del Águila Imperial a través de mejoras en su hábitat.


Laz presencia del águila amperial, según explica a DICYT el ornitólogo Luis Mariano González, "era también habitual el siglo pasado en los cielos marroquíes, senegaleses, libios, mauritanos o portugueses, cuenta en la actualidad con un total de 200 ejemplares distribuidos en nueve núcleos estratégicos dentro del territorio español". La persecución por parte del hombre, y fundamentalmente la desaparición paulatina de su hábitat asociada a la pérdida de recursos alimenticios, están detrás de un declive que se ha visto frenado ligeramente desde en los últimos años gracias a políticas medioambientales más respetuosas y a campañas de conservación como la iniciada este mes por Seo/Birdlife. En ella participan las nueve zonas estratégicas en las que actualmente se ha registrado la presencia de la especie y entre las que se encuentran parajes de autonomías como Madrid, Castilla la Mancha, Extremadura y la Castilla y León.

Deforestación


La roturación de la gran mayoría de las formaciones arboladas de las mesetas castellanas  llevada a cabo de manera exahustiva durante el siglo XX para el aprovechamiento de leña, ocupación de pastos para el ganado y su transformación en cultivos y regadíos, supuso por entonces un fuerte impacto sobre el hábitat de dicha especie, cuyo área de ocupación actual apenas alcanza los 5.000 kilómetros cuadrados. A esto hay que unir las alteraciones que las grandes infraestructuras de obras públicas, como embalses y autopistas han introducido en el medio de esta gran rapaz, sumando a la destrucción de sus territorios una mayor accesibilidad a las zonas de nidificación. "Sólo el veneno y las torretas del alta tensión han acabado desde 1990 hasta 2006 con la vida de 204 ejemplares, cuatro más de los que existen en estos momentos en el censo nacional de este ave", explica Luis Mariano González.

Entre las medidas propuestas por Seo/Birdlife en esta campaña está la mejora del hábitat en terrenos de propiedad privada del Campo de Montiel y Sierra Morena Oriental de Ciudad Real, donde la especie se reproduce o se alimenta. Para ello se ha recurrido a la colaboración con los propietarios de estos terrenos, proponiéndoles medidas de gestión del territorio compatibles con la presencia de la especie. De la misma manera se está incentivando en todos los núcleos en los que habita el águila imperial la conservación de animales de caza menor, principalmente las de conejo y perdiz roja, con el fin de garantizar recursos alimenticios para estos animales.

 

Lejos de salamanca desde 1971
La provincia salmantina, que en el pasado formó parte del hábitat del águila imperial, no ve planear sobre sus cielos una de estas rapaces desde 1971, remontándose a 1967 el registro de la última nidificación localizada en campos charros. Salamanca ha sido una de las últimas provincias españolas en ver desaparecer a esta especie, y puede ser junto a Guadalajara y algunas poblaciones de las estribaciones de la Sierra de Ronda, una de las principales beneficiarias de los programas de recuperación de dsicha especie, ya que cuenta con la orografía adecuada para convertirse de nuevo en el hogar natural de esta imponente depredadora.