Tecnología España León, León, Miércoles, 23 de enero de 2008 a las 14:26

Científicos leoneses diseñan un protocolo adaptable para valorar la resistencia en deportes de equipo

Se trata de un test de campo específico controlado por un software que ya han probado equipos profesionales como el Valladolid y el Salamanca

IGC/DICYT Científicos de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte de la Universidad de León han desarrollado un protocolo de esfuerzo para valorar la resistencia de los jugadores que practican fútbol, baloncesto, voleibol y fútbol sala. El test alterna periodos de esfuerzo y recuperación, reproduce los movimientos del jugador en la pista y está monitorizado por un software. El sistema se ha probado con equipos profesionales de fútbol como el Valladolid y el Salamanca.

 

Según explica a DICYT Juan Carlos Morante Rábago, doctor en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte y miembro del grupo de investigación, “el estudio consiste en el diseño de un test de esfuerzo específico para cada deporte”, elaborado sobre un perfil de esfuerzo propio de cada tipo de actividad física. Los investigadores utilizan una modalidad de test denominada “protocolos interválicos”, que alternan periodos de esfuerzo y de recuperación, cuando “tradicionalmente al deportista se le realizaban protocolos continuos basados en un incremento progresivo del nivel de esfuerzo hasta el agotamiento”. Una modalidad de este tipo de protocolos es el Test de Probst para futbolistas, utilizado por muchos equipos de 1ª División, entre ellos el Real Madrid.

 

Los investigadores de la Universidad de León han diseñado un test con perfiles de esfuerzo y recorridos “que tratan de reproducir lo que hacen los deportistas en competición”. Para controlar y monitorizar el test, Juan Carlos Morante diseñó un software que emite estímulos sonoros (bips) que “permiten al deportista acomodar su esfuerzo en la cancha deportiva”. En el campo se colocan referencias espaciales (conos), y el programa, con el ritmo de esfuerzo introducido previamente por el preparador físico, emite bips para que el deportista sepa cuándo tiene que pasar por ellos.

 

Valladolid, Salamanca, Caja Segovia, selección sub-20

 

El diseño inicial del protocolo se basa “en la bibliografía y en estudios de laboratorio”, y con esa información se introducen en el software los ritmos de esfuerzo, velocidad de inicio, pausas de recuperación, progresión, etc., específicos de cada deporte. Posteriormente, mediante el análisis de las gráficas del ritmo cardíaco de cada jugador, “el preparador físico puede establecer el umbral anaeróbico interválico (momento en el cual se pierde el equilibrio entre las necesidades de oxígeno del organismo y el aporte que se realiza desde las vías respiratorias), una referencia muy importante para la planificación de las cargas de trabajo en los entrenamientos”, sostiene Morante.

 

El objetivo de este método es “valorar la capacidad de resistencia del deportista para observar su evolución a lo largo de la temporada”, lo cual permite “constatar la eficacia del plan de entrenamiento que se está siguiendo”, asegura el investigador. “Es una herramienta práctica y específica para el entrenador deportivo”, finaliza. Este protocolo se ha probado con los clubes de fútbol de Salamanca y Valladolid, la selección nacional sub-20 de baloncesto, la juvenil de voleibol y el Caja Segovia de fútbol sala.