Alimentación España , Salamanca, Jueves, 28 de julio de 2005 a las 19:09

Cientos de cigüeñas blancas se preparan para emigrar desde diferentes puntos de la región

La localidad salmantina de Rágama o la abulense de Blasconuño de Matacabras son lugares privilegiados desde los que observar estas reuniones

Ana Victoria Pérez/DICYT En el último censo nacional de cigüeña blanca elaborado por la Sociedad Española de Ornitología (Seo-Birdlife), Castilla y León aparece como la comunidad autónoma española con más parejas de este tipo de aves. Desde mediados de junio y hasta finales de este mes, buena parte de las 11.723 parejas censadas en la región se congregan en puntos muy específicos de las nueve provincias preparándose para emprender un largo viaje que las llevará más allá del Estrecho de Gibraltar, hasta tierras subsaharianas. La localidad salmantina de Rágama, Blasconuño de Matacabras en Ávila o Cervillego de la Cruz, en Valladolid, son algunos de los enclaves privilegiados en la región en los que es posible observar centenares de cigüeñas blancas en estos días reuniéndose antes de comenzar su gran viaje.

Según ha explicado a DICYT Gabriel Sierra, miembro de la sociedad española de ornitología, "habitualmente se trata de zonas en las que existe gran cantidad de alimento, como por ejemplo en áreas contiguas a embalses, charcas o basureros, en los que abundan pequeños animales y desperdicios orgánicos susceptibles de incorporarse a su dieta". Un buen ejemplo de las preferencias de estos animales se encuentra en el basurero de la capital abulense. Ubicado en el término municipal de Urraca de Miguel, y muy cercano a una pequeña laguna, se convierte en estas fechas, en las que las parejas de cigüeñas ya han sacado adelante a sus polluelos, en uno de los lugares de reunión desde el que iniciar la gran travesía hacia el Sur.

Pero el espectáculo de las reuniones de cigüeñas Blancas es mucho mayor en otras zonas de España, con un clima más benigno, y sobre todo, con un mayores recursos alimenticios. Así las marismas del Guadalquivir y los arrozales andaluces se ven invadidos por estas aves en esta época del año, en la que ya ha terminado la recolección y hay alimento de sobra para coger fuerzas antes de emigrar.

Cada vez menos viajeras

Pero en los últimos años los hábitos de este ave tan reconocible en la Castilla y León han ido cambiando y, si hace un siglo era todo un acontecimiento poder ver cigüeñas en los campos y ciudades de la región durante octubre o noviembre, desde los años 80 es un hecho cada vez más habitual. Los miembros de la Sociedad Española de Ornitología organizaron a comienzos de noviembre de 2004 un recuento de aves con el fin de averiguar cuántas pasaban el invierno en las diferentes provincias españolas, y los resultados confirmaron que más de 32.000 ejemplares, frente a los 7.500 de 1995, habitaron los meses de frío en España.

La explicación, según Blas Molina, miembro del Área de Estudio y Seguimiento de Avifauna de la Sociedad Española de Ornitología, "hay que buscarla en la facilidad que estas aves tienen para encontrar alimento". De nuevo los basureros aportan una clave para explicar este cambio de conducta que según Molina, ha permitido que las cigüeñas aumenten su tasa de supervivencia, ya que el desgaste físico al que se ven sometidas es mucho menor, evitándoles el enorme esfuerzo que supone la migración cada año". Por lo general, son los ejemplares adultos los que suelen quedarse cerca de sus lugares de nidificación a pasar el invierno, lo que obedece, según los expertos, a que estas parejas son más territoriales que los animales jóvenes.


 

Un arma de doble filo
Los basureros se han convertido en una fuente de alimento fácil, y durante las tres últimas décadas han servido como incentivo para que muchas de estas aves desestimen los viajes migratorios. Desde hace unos años los ornitólogos se cuestionan acerca de las consecuencias que tendrá para muchas especies la clausura de los mismos, en cumplimiento de la normativa europea. "No sabemos qué va a pasar", apunta Blas Molina, " lo único que por el momento hemos podido constatar es que en lugares como Segovia, donde se han sellado vertederos hace ahora un año, las cigüeñas que habitaban en esa zona apenas han podido sacar unos cuantos pollos adelante".