Conocer la alergia para combatirla mejor
NGM/DICYT José Sánchez Sánchez, profesor del Departamento de Botánica de la Universidad de Salamanca, será el encargado de dirigir un curso extraordinario que, bajo el título de Polen y Alergia, pretende contribuir al mejor conocimiento del polen y las esporas, partículas presentes en el aire y que desencadenan las mayores patologías de este tipo. En Salamanca, los pólenes de gramíneas tienen una especial incidencia en los alérgicos debido al tipo de vegetación de la zona y a cultivos como el maíz, el centeno o la avena.
Unas 90 personas asistirán a estas jornadas, en las que se describirán los principales alérgenos presentes en la atmósfera, la sintomatología clínica asociada a los procesos que generan y los tratamientos empleados. Las sesiones se desarrollarán durante hoy y mañana y los próximos viernes y sábado, 29 de febrero y 30 de marzo, en la Facultad de Farmacia de la insitución académica salmantina.
El aumento de la incidencia de las alergias en los últimos años ha provocado una mayor preocupación tanto por parte de la población como de los organismos públicos y privados dedicados a dichos trastornos. Existen múltiples causas para este incremento. Según el doctor Félix Llorente, especialista en Alergología, "hay diversas teorías, pero se sospecha que los factores ambientales tienen mucho que ver. El aumento de la contaminación, la costumbre de tomar más medicamentos que antes o los cambios en el estilo de vida pueden producir alergias. Por ejemplo, en los últimos año se ha multiplicado por 10 la incidencia de dermatitis, lo que tiene estrecha relación con la higiene y el uso más habitual de jabones, que puede resultar perjudicial para la piel".
Los factores genéticos también tienen que ver. Llorente apunta que "un 70% de los pacientes que sufren alergias tienen antecedentes genéticos, pero eso no explicaría el aumento por sí solo, las otras condiciones ya apuntadas anteriormente tienen mucha influencia".
Las causas de las alergias son muy diversas. Existe un primer grupo, el de las sustancias inhaladas. Aquí encontramos el polen, que en sus diferentes clases es el más habitual: gramíneas, árboles, cupresáceas, malezas, etc. En esta clasificación también están los ácaros, los epitelios de animales –un 40% de la población tienen mascotas en casa-, y los hongos. En una segunda clase están los alimentos, con los niños como principales afectados, pues pueden sufrir patologías derivadas del consumo de proteínas de la leche, de los huevos o del pescado. En un tercer tipo está la intolerancia a medicamentos pero, según el doctor Llorente, "cualquier otra causa puede ser objeto de alergia".
Diversas sintomatologías
La sintomatología depende de cuál sea la causa. Si la alergia se ha producido por inhalación de polen, ésta se puede manifestar a través de una conjuntivitis o de asma. Si es producida por alimentos, la dermatitis o la gastroenteritis con cuadro de vómitos y diarreas es lo más habitual. Llorente afirma que "en las ocasiones más extremas también se puede producir anafilaxia, en el que la reacción alérgica afecta a muchos órganos. El paciente puede perder el conocimiento y sufrir una parada respiratoria. Este caso puede llegar incluso a la muerte".
El diagnóstico se lleva a cabo a través de dos procedimientos. El primero es el denominado in vivo, que se lleva a cabo en el paciente, sometiéndole a pruebas alérgicas cutáneas con una punción en la piel. En este caso, se obtiene la información después de 20 minutos. En el método in vitro, por el contrario, se trabaja en el laboratorio para averiguar los niveles de alergia. Aquí se mide la inmunoglobulina E (IgE) para conocer el grado de sensibilización a la sustancia que lo ha producido. Llorente añade que "en el laboratorio también preparamos alérgenos que no están comercializados como productos médicos pero que son necesarios en patologías no habituales, y llevamos a cabo estudios genéticos".