Tecnología España , Valladolid, Lunes, 05 de julio de 2010 a las 16:39

Diseñan robots autónomos para apoyar a equipos de rescate

El fin del proyecto, en el que participa Cartif, es que los robots recopilen datos relevantes antes de desplegar el personal

Cristina G. Pedraz/DICYT Además de labores industriales, como vienen realizando desde su origen, los robots pueden facilitar el trabajo de los seres humanos en cualquier ámbito. Buen ejemplo de su potencial es el proyecto Robauco (Robots autónomos y cooperantes), en el que ocho universidades y centros de investigación de todo el país, entre ellos la Fundación Cartif de Valladolid, han desarrollado robots capaces de cooperar con equipos de rescate en situaciones de emergencia.


Como recuerda Salvador Domínguez, uno de los ingenieros de Cartif que trabaja en el proyecto, para los equipos de socorro es vital una valoración de la situación de emergencia antes de desplegar el personal. En caso de una fuga de gas tóxico, por ejemplo, los robots pueden ser de gran utilidad para recabar información útil como la concentración de gases existente, la localización de la fuga, las posibles víctimas, la situación de los accesos o el peligro de derrumbe, de modo que se garantice la integridad de los rescatadores.


Los dos robots creados en el marco del proyecto, uno especialmente diseñado para exteriores y otro para interiores, son capaces de recopilar todos estos datos. Cartif ha desarrollado el de exteriores, llamado Rodolfo, que puede desenvolverse por terrenos agrestes gracias a sus seis ruedas tractoras. Asimismo, está dotado de diversos sistemas para obtener información del medio como un escáner 3D, cámaras con zum, un sensor térmico y dispositivos sensoriales para que el robot “acceda de manera autónoma al entorno siempre que sea posible” o, en su caso, a través “de un teleoperador”, explica Domínguez.


Uno de los accesorios más interesantes es el dispositivo de captura de datos tridimensionales, lo que permite obtener un modelo 3D del entorno del robot. A la hora de determinar los accesos, esta información “sirve de más ayuda que una imagen plana, porque puede ser que en la apertura al lugar donde está el peligro no haya visibilidad con las cámaras”. Del mismo modo, los sensores térmicos se emplean para localizar “focos calientes”, como puede ser un cuerpo humano con vida, una información clave en este tipo de situaciones.

 

Imagen aérea

 

Cuando quiere obtener una visión global de lo que le rodea, Rodolfo despliega un robot aéreo (UAV) que ha sido implementado por la Universidad de Sevilla. Este dispositivo puede generar imágenes panorámicas, lo que posibilita trazar un recorrido óptimo para que pueda moverse sin encontrar grandes obstáculos y llegar a la zona de interés en el menor tiempo posible. Finalmente, los datos capturados por el robot pueden ser analizados en tiempo real por los integrantes del equipo de rescate.

 

Para ello han instalado un sistema de comunicaciones con el que pueden estar en contacto permanente con el robot y reducir los tiempos requeridos para el análisis de la situación, de forma que se mejoran las posibilidades de supervivencia de las posibles víctimas. La Fundación Fatronik de San Sebastián ha sido la encargada de desarrollar la interfaz que permite centralizar la monitorización de los distintos robots desde la estación base.

 

Simulación de un incendio forestal y un suceso en un garaje con éxito
Tras 30 meses de trabajo, el proyecto acaba de culminar con la validación de los robots en dos escenarios de prueba. Mientras que los autómatas ideados para actuar en interiores tuvieron que recabar información en un garaje incendiado, el robot desarrollado por Cartif tuvo que acceder a un incendio forestal. La prueba tuvo lugar en el aeródromo Los Alcotanes de Alcazarén (Valladolid) y consistió en desplegar el robot UAV, que realizó un mosaico de imágenes de un pequeño pinar cercano marcado como “zona cero”. Una vez analizado el entorno se trazó el recorrido para el robot todo terreno, que capturó los datos precisos.El proyecto ha concluido, pero Salvador Domínguez apunta que el objetivo es mejorarlo y relanzarlo, ya que “se han obtenido resultados que con un poco más de desarrollo podrían ser aplicables”. Cerca de 40 investigadores se encuentran inmersos.