El abandono de tierras de cultivo está frenando la erosión
JPA/DICYT El abandono de algunas zonas de cultivo está frenando la erosión que sufren algunos de los lugares más áridos de España, sobre todo en el Sureste, según ha explicado hoy Adolfo Calvo Cases, investigador de la Universidad de Valencia que ha participado hoy en el curso de verano Hidrología de las Cuencas Forestales. Retos científicos y de gestión que se celebra a lo largo de esta semana en La Alberca (Salamanca). Para este experto, la razón más importante del deterioro del suelo es el mal uso que se realiza del mismo, que en zonas de lluvias torrenciales se ve agravado por las escorrentías, corrientes de agua que rebasan los cauces establecidos.
"Donde se está produciendo un abandono de las tierras, las tasas de erosión bajan porque aumenta la vegetación en general e incluso aparecen más árboles", ha señalado el especialista en declaraciones a DiCYT basándose en sus investigaciones en la zona de Levante y Murcia, pero también fuera de España, como en Israel. En cualquier caso, se trata de un fenómeno generalizado que incluso es más acusado en zonas con menos problemas de erosión como es el caso de Castilla y León. Por el contrario, hay otras zonas que se están transformando en cultivos nuevos que, en general, mantienen los antiguos errores en la gestión del suelo porque "no consideran la distribución del agua en casos de lluvias torrenciales".
Soluciones
Por eso, Adolfo Calvo considera que habría que tomar dos tipos de medidas. Por una parte, la repoblación en los campos de cultivo que son abandonados, aunque este tipo de iniciativas chocan con el problema de que se trata de terrenos privados. En la zonas de ladera, la vegetación suele ser discontinua si no se realiza una repoblación eficaz. Por otra parte, la creación de zonas de retención de aguas y de sedimentos. Aunque se trata de propuestas para zonas áridas, "en las zonas húmedas la vegetación también podría ser mayor, pero en realidad se pierde suelo", advierte.
Según ha explicado en este curso de verano organizado por la Universidad de Salamanca, el experto centra su investigación en la realización de experimentos de campo como la simulación de la lluvia, en la que diferentes aparatos tratan de medir la erosión o la infiltración que se puede producir en una determinada zona.