"El descenso de fumadores y las nuevas técnicas de diagnóstico han reducido las grandes cirugías de laringe"
IGC/DICYT El cáncer de laringe ocupa el sexto puesto en mortalidad por cáncer en varones. Según el Registro de Tumores de 2006 del Complejo Asistencial de León, en ese año se contabilizaron 21 nuevos casos. Su aparición está estrechamente ligada al consumo de tabaco. Uno de los principales tratamientos es la laringectomía, la extirpación, total o parcial, de la laringe. En el Hospital Universitario Doctor Peset de Valencia trabaja José Dalmau, quien ofreció hoy una conferencia sobre técnicas quirúrgicas funcionales en el cáncer de laringe dentro del XIV Congreso Nacional de la Sociedad Española de Foniatría, que se celebra en León.
Pregunta: ¿Qué son las técnicas quirúrgicas funcionales para tratar el cáncer de laringe?
Respuesta: Son aquellas que no conllevan la pérdida de las funciones básicas de la laringe y la faringe, que son la deglución, la fonación y la respiración. Esto se puede conseguir de dos formas. La primera y más habitual consiste en establecer una comunicación entre la laringe y la faringe para derivar el aire de los pulmones y poder hablar. Se da cuando se tiene que extirpar toda la laringe. Otra técnica es la cirugía parcial, donde no hay que hacer ninguna comunicación porque se mantienen los conductos naturales y la voz, aunque alterada, es normal. Se utiliza en pacientes donde no hay que extirpar toda la laringe.
P.: ¿Qué avances se han producido en las técnicas quirúrgicas para tratar este tipo de tumores?
R.: No podemos hablar de nuevas técnicas en este campo, pero en cada Hospital se utilizan distintos métodos. En el nuestro hemos adoptado uno para los pacientes a los que hay que extirpar la laringe totalmente. Estos pacientes hablan con voz esofágica (voz de estómago), que tiene inconvenientes. Con la implantación de unas fístulas fonatorias que derivan el aire del pulmón directamente al esófago sin pasar por el estómago (lo que hace la voz esofágica), conseguimos una fonación más eficaz, fluida e inteligible. Sin embargo, lo mejor para estos pacientes es que tengan las dos opciones.
P.: ¿Qué mejoras consigue esta técnica respecto a la largingectomía tradicional?
R.: La voz es más parecida a la que el paciente tenía antes de la cirugía. Hay casos en los que tras la intervención no se les reconoce la operación al hablar por teléfono. Además, los pacientes salen del Hospital con fonación, cosa que no ocurre con la voz esofágica, que requiere más entrenamiento. De todos los pacientes operados con esta técnica, el 70 por ciento mantiene la fístula y ese tipo de voz al cabo de unos años. El resto, por diversas complicaciones, hay que cerrarles esa comunicación y mantenerles el sistema normal. La técnica se puede aplicar también de forma secundaria a pacientes ya laringectomizados.
P.: ¿Cuál ha sido el mayor avance en este tipo de cirugía en los últimos años?
R.: El gran avance ha sido la cirugía láser. Hay muchos tumores iniciales que se pueden tratar con este método y sin necesidad de abrir la laringe. Sin embargo, hay que ser muy cautos para no hacer cirugías mínimas con tumores que requieran otro tipo de intervenciones. Hay que dominar bien la cirugía abierta de laringe para dominar la láser con endoscopia.
P.: ¿Y en las técnicas de diagnóstico?
R.: Aquí los avances vienen por el descenso del número de fumadores y las técnicas diagnósticas con fibroscopia. El diagnóstico precoz ha permitido el descenso de grandes cirugías de laringe y el aumento de cirugía más limitada.