Salud España , León, Martes, 11 de enero de 2011 a las 16:56

El Instituto Biomar identificó 89 compuestos en 2010, 37 de ellos de estructuras no descritas antes

Supone un incremento en la obtención de nueva información sobre estas substancias, que pueden tener utilidad para la salud humana

Antonio Martín/DICYT El Instituto Biomar, empresa de biotecnología especializada en microbiología marina y química de productos naturales asentada en el Parque Tecnológico de León, identificó durante 2010 un total de 89 compuestos, según recoge su memoria anual. Estos compuestos son sintetizados por microorganismos marinos, fundamentalmente hongos y bacterias, y en ellos la compañía pretende encontrar actividades que puedan servir para mejorar la salud humana. En muchos casos, esta labor investigadora es desagradecida y muchos ensayos no tienen éxito. Sin embargo, hay otros, como el de un compuesto procedente del hongo Periconia macrospinos, en los que estos productos tienen desarrollo preclínico.

 

En concreto, según informó la técnica jefe del departamento de Química de Productos Naturales de la empresa leonesa, Librada María Canedo, de los 89 compuestos identificados, 37 fueron nuevos para la ciencia y los otros 52 eran ya conocidas sus propiedades. "En primer lugar, se detecta la actividad de un compuesto sintetizado por un microorganismo, para después aislarlo en su forma activa", explica a DiCYT la especialista, doctora en Farmacia por la Universidad de Salamanca. Esta investigación corre a cargo por los integrantes del departamento de el Librada Canedo es su responsable. Los químicos identifican y revisan la estructura definitiva de los compuestos a través de técnicas de screening.

 

La descripción de compuestos nuevos suponen una ampliación del conocimiento científico sobre la actividad microbiológica, aunque se tenga que abandonar el desarrollo de los mismos en su forma sintética por no resultar atractivos para la industria farmacéutica. Es el caso de la barmunicina, un compuesto producido por una especie del género de Streptomyces, el más numeroso del filo de las actinobacterias. Una reciente investigación realizada por personal del Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona, el Centro de Investigación Biomédica en Red en Bioingeniería, Biomateriales y Nanomedicina y la Universidad de Barcelona, conjuntamente con la empresa leonesa, aisló, asignó la estructura y realizó la síntesis total de la barmunicina. El microorganismo productor es propiedad del Instituto Biomar y el compuesto que sintetiza era, inicialmente, "candidato para convertirse en antitumoral, pero se destectó que sólo era ligeramente citotóxico, por lo que se abandonó la investigación". La revista Journal of Organic Chemistry publica en su último número el trabajo científico. El nombre de barmumicina proviene de la unión de las localidades donde se ha celebrado el estudio: Barcelona y Armunia, y el sufijo -icina, propia de las denominaciones de los compuestos.

 

Cuatro grandes actividades

 

El Instituto Biomar rastrea los mares del planeta con el objetivo de identificar microorganismos potencialmente productores de substancias capaces de ser empleadas para la salud humana. Actualmente, la empresa cuenta aproximadamente con un catálogo de microorganismos que se acerca a las 60.000 cepas, 50.000 aisladas de ambientes marinos. Las investigaciones que practica están encaminadas a encontrar actividad antibacteriana, citotóxica, antifúngica o inhibidora de quinasas, fundamentalmente. "La actividad antibacteriana sirve para hacer frente a enfermedades como la tuberculosis, que vuelve a repuntar por cepas resistentes; la actividad citotóxica tiene fines antitumorales; la actividad antifúngica pretende atacar hongos patógenos de salud humana; mientras que finalmente la inhibición de ciertas quinasas es empleada en diferentes terapias", explica Canedo. Actualmente, la compañía está abriendo el abanico de actividades más allá de los usos farmacéuticos de estos compuestos, con la búsqueda de blanqueadores para cosmética, dirigidos al mercado asiático, o para substancias útiles en el ámbito de la agricultura.

 

Librerías de compuestos

 

Con la incorporación de estos 89 nuevos compuestos analizados durante 2010, la librería total de Biomar supera actualmente los 600 registros. A estos activos hay que sumar la denominada librería de picos, compuestos potenciales, que se eleva más allá de los 2.000 casos. Las librerías son muy útiles para la industria farmacéutica y abre la puerta a futuras colaboraciones. "Dar salida a las librerías de compuestos tiene una importante repercusión económica en la empresa", explica Librada Canedo, ya que las compañías internacionales pueden emplear el conocimiento generado y, de resultar positivos los compuestos para la industria, propiciar un beneficio vía regalías o por negociación directa con los productores.

 

La empresa leonesa cuenta en la actualidad con tres departamentos investigadores: de Microbiología, de Actividad Farmacológica y de Química de Productos Naturales.