"Es difícil que en un futuro se cree en España un instituto de investigación sobre discapacidad con el nivel del INICO"
AVPR/DICYT El catedrático de Psicología Miguel Ángel Verdugo Alonso dirige el instituto de investigación más antiguo de la Universidad de Salamanca. Desde su creación en 1996, el Instituto Universitario de Integración en la Comunidad (INICO) investiga en una de las ramas más desatendidas por la financiación pública: las ciencias sociales aplicadas. Los investigadores del INICO centran su trabajo en la integración de personas con discapacidad en ámbitos como el laboral, educativo, social y en la salud. Un trabajo duro, ya que, tal y como ha explica el propio Miguel Ángel Verdugo en esta entrevista a DICYT, "todos los recursos con los que contamos, desde las mesas hasta los ordenadores, los hemos pagado con los ingresos que ha generado nuestra actividad investigadora". Sin embargo tanto esfuerzo también tiene a veces sus recompensas, que esta semana se han concretado en la concesión del premio 2005 de la Asociación Americana de Retraso Mental al propio Miguel Ángel Verdugo.
¿Este galardón demuestra que ahora existe una mayor sensibilización social hacia el mundo de la discapacidad, que cuando el INICO comenzó a dar sus primeros pasos?
Es cierto que en la actualidad nuestro trabajo es más valorado que al comienzo, cuando la gente no identificaba muy bien a qué nos dedicábamos y pensaba que el instituto era fruto de únicamente de una cabezonería y no de una auténtica necesidad social. Ahora nos preceden los resultados de nuestro trabajo y las buenas palabras de las personas para las que trabajamos.
¿Las cosas han cambiado también desde un punto de vista institucional?
Depende. Es cierto que nuestro trabajo ha sido percibido por la administración y por las organizaciones sociales que de ella dependen como un trabajo útil y de calidad. Puedo dar varios ejemplos: hace unas semanas hemos impartido un curso a los responsables del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales para orientarles a la hora de poner en marcha políticas sobre discapacidad, y dentro de nada comenzaremos una investigación sobre integración laboral que nos ha encargado Caja Madrid y que cuenta con una financiación de un millón de euros. Eso demuestra prestigio y confianza en lo que hacemos. Sin embargo, los organismos públicos de investigación no nos ven con los mismos ojos.
¿A qué se refiere con esto último?
Lo que quiero decir es que el actual sistema de investigación alimenta unas rutinas que dejan fuera de los círculos de financiación a las ciencias sociales y las humanidades. Si echamos un vistazo a las líneas prioritaria de I+D+i marcadas por la Unión europea, vemos que la mayor pare del dinero se destina a la investigación en Biotecnología, Biología o Medicina. Unas prioridades que se repiten en los planes nacionales de I+D+i y que se trasladan también a la política regional. Desde mi punto de vista esto es un error, ya que ninguna de las administraciones se preocupa por cubrir las áreas que quedan desatendidas, dentro de las que se encuentran los investigadores del INICO, entre otros muchos.
¿Cuáles son las áreas de investigación que en estos momentos han cobrado más fuerza dentro delINICO?
Actualmente trabajan en el INICO unos 15 investigadores, más de 30 profesores universitarios y entre 10 y 12 becarios. Todos ellos se reparten en siete grupos de investigación, que cubren las necesidades en diferentes ámbitos de la discapacidad, como el análisis de la calidad de vida de este colectivo social, y otros aspectos como la inserción laboral, políticas sociales, la relación entre tecnologías de la información y accesibilidad o las habilidades sociales de los discapacitados, entre otros. Se trata de grupos con un alto nivel. Por ejemplo, el profesor de la Facultad de Educación Ricardo Canal es reconocido internacionalmente como un experto en autismo y trastornos generalizados del desarrollo; pero no creo que podamos destacar unas áreas sobre otras.
¿Por qué el éxito del INICO no ha incentivado la creación de institutos similares en otras universidades españolas?
Es muy complejo que converjan en una universidad todas las circunstancias necesarias, grupos de investigación de calidad, ya reconocidos, una voluntad de que esto cristalice en un proyecto común y, sobre todo, financiación. No creo que en un futuro inmediato pueda formarse otro centro con este nivel y este prestigio en nuestro país. Pero es más, actualmente el INICO es pionero también en Europa, ya que sólo existe otro centro dedicado a investigar sobre discapacidad que está en Dublín.
A su juicio ¿cuáles son las características que hacen que el INICO sea un centro de referencia a naviel nacional e internacional?
Podría decirle que casi desde el comienzo, el proyecto tuvo más aceptación fuera de España que dentro. La primera vez que alguien me felicitó por la creación del INICO fue tras una conferencia pronunciada en un centro de la Universidad de Harvard, en Boston. Allí nuestro trabajo fue visto desde el comienzo como una innovación necesaria, sustentada por el trabajo serio de un grupo de investigadores. Por este motivo participamos en proyectos como el que actualmente hemos puesto en marcha con centros de Canadá, Estados Unidos e Irlanda, y en el que también colabora el Ministerio de Ciencia y Tecnología español. Participar en un proyecto como éste, en el que analizaremos la calidad de vida que tienen los discapacitados de estos países, sólo puede ser fruto de un trabajo serio.
Termina el año y es momento de mirar hacia el futuro, ¿qué retos se plantea el centro de cara a 2005?
Esa es una pregunta sencilla. Nuestro reto es seguir creciendo pero para ello necesitamos un espacio físico en el que ubicarnos y dinero suficiente para poder contratar a nuestros investigadores de manera estable.